Las diferencias son apabullantes. La primera vez que Pedro Sánchez organizó un acto para inaugurar el curso político, le arropó la flor y nata del Ibex 35. Fue en plena pandemia, en 2020, pero no falló ni un 'mandamás' del poder económico. Cuatro años después, ninguno de los grandes empresarios de este país ha acudido a un evento organizado en el Instituto Cervantes de Madrid.
El presidente del Gobierno ha sido recibido con abucheos afuera y entre aplausos de puertas adentro. Jugaba en casa, en vista de los rostros que le esperaban en hall del edificio oficial. En primera fila estaba prácticamente el Ejecutivo en pleno, con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, a la cabeza. Faltaba la primera, María Jesús Montero, que a la misma hora se encontraba en el Senado dando explicaciones sobre el cupo catalán.
No había ni rastro de los empresarios que acompañaron a Sánchez en el acto de 2020, y que repitieron también en 2021. En aquellas fechas, altos directos como Ignacio Galán, Isidro Fainé o Ana Botín acudieron a la llamada del presidente. Las cosas se torcieron a partir de 2022, cuando Sánchez cambió los encuentros con el poder económico por entrevistas con ciudadanos (2022) o representantes de la sociedad civil (2023).
En la edición de este año, únicamente estaban presentes los líderes sindicales (Unai Sordo y Pepe Álvarez), y Miguel Garrido, presidente de la patronal madrileña CEIM y que acudió como represente institucional de CEOE. El resto del aforo (solo 150 personas) lo completaban miembros de distintos colectivos.
Pedro Sánchez ha aprovechado el acto para sacar pecho de la acción de su gobierno. Y ha acabado derivando su discurso hacia el terreno del mitin. El líder socialista ha atacado con dureza al Partido Popular, pero ha concentrado sus críticas en los 'barones' territoriales; especialmente, en la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
La estrategia 'agresiva' de Sánchez hay que enmarcarla, obviamente, en el contexto actual, en pleno cisma con las comunidades autónomas por las cesiones fiscales a Cataluña. El líder socialista ha utilizado el acto para cargar contra los líderes regionales que se han rebelado contra el cupo catalán. La mayoría de ellos son del PP, pero también hay críticos en las filas socialistas. Hacia todos ellos ha ido dirigido el duro mensaje de Sánchez.
Duras críticas hacia Ayuso
En primer lugar, el presidente ha echado en cara a los gobiernos autonómicos del PP "los recortes" ejecutados en sanidad, residencias de ancianos o educación. Ha citado, concretamente, a tres regiones: Madrid, Comunidad Valenciana y Andalucía. Acto seguido, ha ido a la carga contra Ayuso. Sánchez ha acusado a la presidenta madrileña de destinar "tres de cada 10 euros" recibidos del Estado a "dar regalos fiscales a los más ricos".
También ha denunciado que, solo en el último año, la comunidad madrileña ha "derivado 1.000 millones de euros públicos" a la sanidad privada. El líder socialista ha acusado al Gobierno madrileño de eliminar prestaciones económicas y derechos. "El modelo está claro: se recursan los servicios y los derechos, mientras se dan ventajas y contratos a los más pudientes", ha aseverado.
Sánchez ha asegurado que todas las CCAA recibirán más recursos de los que recibieron en la época del PP. Lo harán potenciando el fondo de compensación interterritorial. "Así es como se construye España", ha señalado.
En contraposición a las "políticas neoliberales", el presidente ha asegurado que el Consejo de Ministros va a trabajar en este curso por "la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado que lleven el ADN de este Gobierno". En este sentido, ha prometido más impuestos para gravar a quienes más tienen. Y también un nuevo modelo de financiación autonómico que exija la corresponsabilidad de los gobiernos regionales.
Nuevo sistema de financiación
Sánchez se ha comprometido a que "todas y cada una de las comunidades autónomas recibirán más recursos de los que recibieron mientras gobernaba el Partido Popular" y para ello se duplicarán los recursos del fondo de compensación interterritorial. "La descentralización es perfectamente compatible con garantizar la solidaridad entre territorios", ha asegurado, para añadir: "El estado del bienestar ha empezado a recuperarse tras el abandono de la etapa neoliberal".
El presidente del Gobierno ha repasado después los retos pendientes para el nuevo curso. Por ejemplo, en materia de competitividad. Ha prometido "continuar cambiando el modelo productivo", inyectando —entre otras medidas— más fondos europeos para impulsar la industrialización del país.
Respecto a la vivienda, ha vuelto a culpar a las políticas neoliberales de los problemas actuales. Sánchez ha recordado que los Ejecutivos populares han impulsado medidas como la venta a fondos buitre, la eliminación de las 'golden visa' o la limitación de los alquileres. "Vamos a lograr que la vivienda sea un derecho de todos". En este sentido, ha avanzado que la vivienda será el asunto central de la próxima conferencia de presidentes autonómicos, que se celebrará en Cantabria.
El presidente del Gobierno también ha sacado pecho de las medidas acometidas para proteger la "dignidad laboral". Sánchez ha enumerado las medidas aprobadas, como la reforma laboral o la subida del salario mínimo. "Hemos hecho muchas cosas y la tragedia que anunciaba la derecha no se ha producido", ha explicado, dirigiéndose, con complicidad, a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
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