Pedro Sánchez trabaja para traer el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, a la cumbre informal de líderes europeos que se celebra en La Alhambra los días 5 y 6 de octubre, según ha sabido Vozpópuli de fuentes diplomáticas. El objetivo del Gobierno es que Zelenski viaje a Granada, pero el líder ucraniano participará de forma telemática si no pudiera desplazarse por cuestiones de seguridad.
Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores han declinado confirmar la presencia de Zelenski en España la próxima semana porque la organización de la cumbre corre a cargo de La Moncloa. Fuentes de Presidencia no han respondido a la pregunta de este diario, evitando confirmar o desmentir la presencia del presidente de Ucrania en España.
Zelenski se ha reunido este lunes con ministros de Exteriores, embajadores y altos representantes de los Veintisiete en Kiev para abordar la agenda de los próximos meses. El mandatario ucraniano ha mantenido una conversación con Sánchez, según ha explicado en sus redes sociales. Y ha reconocido que "trabaja con España" en la preparación de próximos eventos internacionales, sin citar expresamente la cita de Granada.
Zelenski para salvar una presidencia errática
Sánchez inició la presidencia española de la UE con un viaje sorpresa a Kiev el pasado 1 de julio. Una foto con Zelenski junto al resto de líderes europeos en La Alhambra sería un golpe de efecto internacional para el jefe del Ejecutivo antes de afrontar la negociación final de la amnistía con el separatismo catalán. Además, la presencia de Zelenski con los mandatarios europeos sería un hito para la presidencia española de la Unión Europea, que está siendo muy cuestionada en Bruselas.
El presidente del Gobierno ha suspendido dos veces su intervención ante la Eurocámara para explicar las prioridades del semestre español –una tradición habitual-; se ausentó de la rueda de prensa de la cumbre UE-América Latina y Caribe de la que era anfitrión en plena campaña electoral; y ha utilizado el semestre para colar como debate europeo una demanda separatista para la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en las instituciones europeas.
Bruselas sigue dando pasos a favor de la entrada de Ucrania como nuevo socio de la Unión Europea. Y esa es la foto que buscan los líderes de los 27 en la Alhambra. La Unión sigue acumulando sanciones a Rusia y mantiene el envío de armas y apoyo a Ucrania más de un año y medio después del inicio de la invasión rusa. La cita en Granada sería también una oportunidad ideal para zanjar algunas polémicas como el reciente choque entre Polonia y Kiev por las importaciones de grano.
Uno de los objetivos que se marcó la presidencia española era iniciar los primeros pasos hacia un acuerdo de paz. Sánchez viajó a China antes de las elecciones tras conocerse la propuesta planteada por Pekín. Sin embargo, todas esas aspiraciones han quedado diluidas por el resultado electoral y la negociación del presidente con sus aliados separatistas.
La inclusión de las lenguas cooficiales en la agenda europea es algo que no ha sentado bien a los socios europeos, conscientes de que es una necesidad política de Sánchez y no un debate real. Por eso, tumbaron la propuesta hace dos semanas.
Semana clave para Sánchez
Sánchez encara la semana con la nueva ronda de consultas del Rey ya convocada pero la negociación para la amnistía de Carles Puigdemont en punto muerto por la demanda independentista de amnistía y referéndum. Sánchez pretende asumir el encargo de Felipe VI tras la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo. La cumbre de La Alhambra era uno de los eventos marcado en rojo en el calendario de Moncloa, pero las dificultades del acuerdo con el independentismo solo le han permitido llegar “en funciones”.
A pesar de las dudas iniciales, España es uno de los países que más se ha volcado con Ucrania en esta guerra. El Gobierno envía armas con regularidad y ha participado de los acuerdos para la acogida de refugiados –casi 200.000 en España-.
Zelenski hizo una intervención telemática ante el Congreso de los Diputados. Y Sánchez hizo lo propio en el Parlamento ucraniano en su viaje de julio. El Gobierno se comprometió entonces a enviar tanques Leopard a Ucrania –cuatro en total- y anunció varias inversiones más en ayuda humanitaria o la construcción de refugios en escuelas.
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