España

Sánchez reabre la 'guerra del agua' con Murcia y Valencia para aplacar al crítico Page

García-Page ha conseguido que el Gobierno ceda a sus demandas, aunque sea para mantenerlo apartado de la polémica, rompiendo así la llamada "solidaridad hídrica" que hasta ahora había permitido el trasvase de agua del Tajo hacia el sureste de España

El conflicto por el agua en España vuelve a alcanzar un nuevo punto álgido. Esta vez la decisión del gobierno de Pedro Sánchez de apoyar las demandas del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha intensificado las tensiones entre las regiones afectadas por el trasvase Tajo-Segura. Esta medida ha generado un profundo descontento en la Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía y Madrid, que ven peligrar el abastecimiento de agua para sus hogares, industrias y cultivos.

El 31 de julio, Pedro Sánchez hizo un comentario que confirmaba las grietas dentro de su propio partido: “La noticia sería que (García-Page) apoyara al gobierno”. Estas palabras, que reflejan la tensa relación entre el líder socialista y el presidente de Castilla-La Mancha, fueron el preludio de un acuerdo que ahora ha aumentado las tensiones entre distintas regiones y que Sánchez ha utilizado para dar un aviso al presidente de Castilla-La Mancha. 

García-Page ha conseguido que el gobierno central ceda a sus demandas, aunque sea para mantenerlo apartado de la polémica, rompiendo así la llamada "solidaridad hídrica" que hasta ahora había permitido el trasvase de agua del Tajo hacia el sureste de España. Este acuerdo, firmado en medio de un ambiente político marcado por la investidura de Salvador Illa como presidente de Cataluña, ha dejado a la Comunidad Valenciana, Andalucía, Murcia y Madrid en una posición vulnerable.

La respuesta de Teresa Ribera: un portazo a las demandas del sureste

El mismo día en que Sánchez anunciaba el acuerdo con García-Page, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, envió una carta a los consejeros de agua de la Comunidad Valenciana, Andalucía, Murcia y Madrid, en la que dejaba clara la postura del gobierno: no habría concesiones adicionales para el trasvase Tajo-Segura. Una noticia que claramente cayó como un jarro de agua fría para las comunidades afectadas.

Ribera justificó esta decisión en base a la necesidad de cumplir con los caudales ecológicos establecidos en el Plan Hidrológico del Tajo, una normativa que, según la ministra, había sido ignorada en anteriores ciclos de planificación. Esta medida, que busca garantizar el mantenimiento de los ecosistemas fluviales en la cuenca del Tajo, ha sido criticada por las regiones del sureste, que dependen del agua trasvasada para mantener sus economías agrícolas y abastecer a sus poblaciones.

El descontento de las comunidades afectadas

La decisión del gobierno central ha provocado una ola de indignación en las comunidades autónomas del sureste de España. En concreto, Miguel Barrachina, consejero de Agricultura y Agua de la Comunidad Valenciana, ha sido uno de los más críticos con la postura de Ribera. En una carta enviada el 29 de julio a la ministra, Barrachina, junto con sus homólogos de Murcia, Andalucía y Madrid, advertía de las "consecuencias irreversibles" que tendría la reducción del trasvase para el abastecimiento de agua en estas regiones.

Trasvase del Tajo-Segura

"Es responsabilidad de su Ministerio, por acción u omisión, haber dado lugar a la lamentable situación actual", afirmaron los consejeros en su carta. Según ellos, la aprobación del Plan Hidrológico del Tajo sin considerar las necesidades de agua de las regiones del sureste pone en riesgo no solo la viabilidad del trasvase, sino también el sustento de miles de agricultores y la estabilidad de numerosas industrias.

Las consecuencias económicas de la decisión de Sánchez: aumento de costos y crisis en el sector agrícola

El trasvase Tajo-Segura es un sistema esencial para la transferencia de agua desde el río Tajo hacia el sureste, donde la escasez de agua es un problema crónico. Este agua es vital para el riego de cultivos en Murcia, la Comunidad Valenciana y Andalucía, regiones que son fundamentales para la producción agrícola de España y Europa.

La reducción del trasvase amenaza con provocar una crisis en el sector agrícola, que podría ver mermadas sus capacidades productivas. Además, la falta de agua podría afectar a la industria y al abastecimiento doméstico, generando un aumento en los costos. Según los expertos, el impacto económico de esta decisión podría ascender a miles de millones de euros, afectando tanto a la economía local como a la nacional motivada por una crisis agrícola. Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente: "Las administraciones estamos obligadas al cumplimiento de estas sentencias".

La negativa del gobierno central a atender las demandas de las regiones afectadas se sustenta en sentencias del Tribunal Supremo, que dictaminaron la necesidad de establecer caudales ecológicos en la cuenca del Tajo. Estas sentencias anularon partes del Plan Hidrológico del Tajo 2015-2021 por no haber incorporado estas medidas de protección ambiental. 

Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente, defendió la postura del gobierno afirmando que "las administraciones estamos obligadas al cumplimiento de estas sentencias". Según Morán, las demandas de las comunidades autónomas del sureste, que buscan evitar la modificación de las reglas del trasvase, son incompatibles con la obligación del gobierno de cumplir con las disposiciones judiciales.

Sin embargo, el gobierno de la Región de Murcia ha respondido que “ninguna de las sentencias dictadas establece el nivel exacto al que deben elevarse los caudales ecológicos del Tajo”. Según las autoridades murcianas, la decisión del gobierno central de elevar estos caudales responde más a criterios ideológicos que a fundamentos científicos.

El futuro del trasvase Tajo-Segura 

Los regantes del trasvase Tajo-Segura, que han sido los principales beneficiarios de este sistema durante décadas, han expresado su preocupación por las consecuencias de la reducción del flujo de agua. Los agricultores han resaltado su uso eficiente del agua trasvasada, argumentando que la “reducción del caudal tendría un impacto devastador en las cosechas” y, por ende, en la economía de la región.

A pesar de los esfuerzos por mantener el sistema de trasvase, el futuro del Tajo-Segura parece cada vez más incierto. En medio de este conflicto, Teresa Ribera ha hecho un llamado a las comunidades afectadas para que colaboren en la implementación de las nuevas reglas de explotación del trasvase.

Según la ministra, el gobierno central cuenta con la cooperación de los gobiernos autonómicos para cumplir con la ley y las decisiones judiciales. Sin embargo, “la falta de consenso entre las regiones afectadas y el gobierno central sugiere que esta colaboración será difícil de alcanzar”.
Mientras tanto, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha instado a las comunidades de usuarios de aguas subterráneas a evitar los "robos de agua" y garantizar que no se produzcan competencias desleales en las explotaciones agrícolas. Este problema, que ha sido señalado por la Confederación Hidrográfica del Guadiana, es otro síntoma de la creciente presión sobre los recursos hídricos en España.

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