Las cosas entre el PSOE y Podemos por la crisis del 'sí es sí' están encalladas. Por el momento, no se vislumbra solución, aunque Moncloa está cambiando algunas piezas para resolver puzzle. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha apartado a la ministra de Justicia, Pilar Llop, de la negociación con Igualdad y ha encargado directamente al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, buscar un acuerdo con la ministra Irene Montero, según confirman fuentes gubernamentales de un lado y otro del Ejecutivo.
Fuentes moradas, no obstante, insisten en que el problema no es que la ministra de Justicia esté o no en las conversaciones, sino que los socialistas mantengan la propuesta de contrarreforma en los términos en los que salió del despacho de Llop y que según Podemos implica reventar el consentimiento, es decir, el espíritu de la ley. Eso sí, según fuentes socialistas, la ministra de Justicia, a quien Sánchez dejó sola este miércoles Congreso defendiendo su contrarreforma y asumiendo toda responsabilidad ante su devenir, aún se encarga de la parte técnica y jurídica en la mesa de conversaciones. "Sigue en eso para las negociaciones que sigan ahora", zanjan.
En mitad de la disputa está la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. La líder de Sumar, la tercera pata de la coalición, trabaja para evitar una ruptura que reviente sus planes electorales. Su obsesión es sentar en serio al PSOE y a Podemos. Es más, la titular de Trabajo, que hace gala de su prudencia, achaca el fuerte desencuentro a ruido, mero ruido amplificado por la cercanía de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. Algunos dirigentes socialistas consultados por este diario, no dudan en reconocer en privado que las urnas complican todo y que la legislatura está en tiempo de descuento por mucho que el Ejecutivo se esfuerce en lanzar el mensaje de que aún quedan leyes por aprobar.
¿Un choque interesado?
El entorno de Díaz, en efecto, insinúa que el choque está siendo interesado y, además, por ambas partes. Mientras, en Podemos, son conscientes de que ha sido el presidente del Gobierno el que ejecutó la orden de bombardeo a Igualdad y que comenzó con la filtración en La Vanguardia de la predisposición de Irene Montero de retocar su ley estrella. El PSOE, por su parte, sigue enrocado. Los socialistas, que también han desplegado a la ministra de Hacienda y segunda a los mandos de Ferraz, María Jesús Montero, intentan desesperadamente pactar con los partidos de la investidura la proposición para retocar la ley. Pero todo es una falacia, porque la negociación es en el Gobierno, no en el Congreso.
Además el PSOE enfrenta otro gran problema: ni ERC ni Bildu, plenamente alineados con Podemos, se van a mover al calor de los socialistas, que incluso contemplan ya en privado la posibilidad de que sea el PP el que termine sacando la reforma. Pero la verdad es que la imagen de un Gobierno fracturado votando diferente sobre una de sus banderas es algo que no se quiere ni pensar.
Todas las fuentes consultadas en el Ejecutivo confían en que se terminará llegando a un acuerdo, aunque todas también lamentan las plumas que Moncloa está perdiendo en esta batalla. La propia Pilar Llop ya está asumiendo el coste político y sus polémicas declaraciones sobre la violencia y la "herida" en la víctima de una agresión para probarla no han hecho más que caldear el ambiente. Es más, en el PSOE no sentaron nada bien.
Un mes para el 8-M
Para más inri, el tiempo apremia. Queda menos de un mes para el 8 de marzo, la gran jornada de reivindicación feminista. Y este año se cumplirán cinco de la histórica movilización que inundó las calles de España para exigir igualdad real entre hombres y mujeres. Sánchez llegó a Moncloa ese 2018 subido a la ola morada. Por eso le da tanta importancia. En plata es consciente de que no puede fallar. Y ahora, más de una legislatura después, el PSOE quiere robarle a Unidas Podemos la bandera del feminismo en plena guerra por el 'sí es sí'.
Los socios de Gobierno están en modo campaña. Y eso lo condiciona todo. De nuevo, previsiblemente, las divisiones políticas agitarán al movimiento feminista, que ya está tomando partido en la guerra entre el PSOE y Podemos. Cabe recordar que el año pasado también hubo 'dos manifestaciones'. En verdad, los tiempos de debate en ambas cámaras para la contrarreforma del 'sí es sí' se pueden solapar con el 8 de marzo. Y es que la proposición puede terminar su tramitación el mismo martes 7. La alarma suena en Moncloa con fuerza, porque una de las banderas fundacionales de la llegada del PSOE al poder se va a quemar en un asunto que a Sánchez le está dando grandes dolores de cabeza.
La proposición socialista se calificará el martes que viene en el Congreso y salvo que la presidenta, Meritxell Batet, convoque una Mesa extraordinaria o haya unanimidad en la Junta de Portavoces, la proposición se votará la semana del 8-M. Y ahí es cuando entra el Senado, porque la proposición requiere el visto bueno de la Cámara Alta. Y allí solo hay plenos los días 21, 22 y 23 de febrero. Y los días 7, 8 y 9 de marzo. En plata: el Gobierno no logrará cerrar el grifo de las rebajas hasta pasado el día de reivindicación. Las nubes que amenazan Moncloa son moradas.
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