El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se marca un tanto. El líder del Ejecutivo ha logrado este viernes que ni ERC ni EH Bildu, sus socios independentistas en el Congreso, enmienden a la totalidad los Presupuestos. Ambas fuerzas buscan dar margen a las negociaciones para lograr concesiones en el trámite legislativo.
ERC asegura que, con su decisión, "contribuye a generar las condiciones que permitan mantener abiertas las negociaciones que están en marcha". Los republicanos se dicen "plenamente conscientes del contexto grave de crisis económica y social". En eso escudan su decisión.
Eso sí, los republicanos advierten de que "pese a renunciar a la enmienda a la totalidad", todavía están "muy lejos de poder aprobar las cuentas". "Los presupuestos tienen un amplio margen de mejora, y deben ir acompañados de medidas estructurales exigentes, en materia de vivienda, cambio de modelo energético, una adecuada financiación autonómica y local y reformas fiscales para paliar la situación de emergencia social", zanjan fuentes de la formación.
Los vascos no devuelven las cuentas
Por su parte, EH Bildu, que tampoco enmienda las cuentas a la totalidad, advierte de que sus votos "no están asegurados en la votación del jueves" e insta al Gobierno a ganarse los apoyos: "El Gobierno no debe dar por hecho ningún escenario, todas las opciones siguen hoy abiertas", explican fuentes del partido que capitanea Mertxe Aizpurua en la Cámara Baja.
"La voluntad de EH Bildu es intentar alcanzar un buen acuerdo que responda a las necesidades sociales y económicas de la ciudadanía vasca: actuará con rigor y máxima exigencia", zanja el partido vasco. El otro grupo euskaldún del Congreso, el PNV, tampoco enmenderá a la totalidad las cuentas, según ha anunciado en Twitter, tras alcanzar un acuerdo para renovar el cupo vasco.
Como informó este diario, el PNV ha mostrado gran beligerancia con los impuestos a banca y energéticas, que el Gobierno anunció en julio, y los jeltzales se han pasado el verano exigiéndolos en todos los frentes. Finalmente, Sánchez trasladó a los senadores vascos y navarros en el debate con Alberto Núñéz Feijóo en el Senado del 6 de septiembre que se los cederá para evitar el rechazo.
El problema de Defensa
El gran problema para estas fuerzas, especialmente para las independentistas de izquierda, está en el incremento del gasto en Defensa, que el Ejecutivo ha elevado un 25%. Y es que las cuentas, que se deben votar sección por sección, necesitan el sí a todos los capítulos. El rechazo a alguno de ellos tiraría los presupuestos en su totalidad. Por el momento, el Gobierno exhala confianza y espera aprobar las terceras cuentas de la coalición en tiempo y forma para que entren en vigor el próximo 1 de enero.
Unidas Podemos lamenta que la fórmula empleada por el núcleo duro de Moncloa para engordar el presupuesto de Defensa haya sido la de los planes especiales. En plata: una partida que no tiene obligación legal de ejecución, pero que reserva el dinero para dotar con más recursos a las Fuerzas Armadas españolas. Eso hace que, oficialmente, la coalición pueda vender que el incremento de otros ministerios, como el de Derechos Sociales, sea mayor que el de Defensa -18% frente al 8,4%-. Pero el matiz es el matiz y es que ha escandalizado mediáticamente a Podemos, embarcado en una estrategia contraria a la del PSOE respecto al conflicto entre Moscú y Kiev.
Estos programas especiales que modernizan las FAS y que se computan en distintas anualidades, asciende para 2023 a 4.900 millones, frente a los 3.011 millones del ejercicio en curso. La mayor parte de esta cifra se corresponde a contratos para la industria nacional con los que se esperan crear 22.667 empleos de forma directa o indirecta.
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