España

Ninguneo al Rey: Sánchez y la mitad de sus ministros nunca han despachado en Zarzuela

En tres años, Pedro Sánchez ha suprimido el despacho semanal con el Rey y no ha tenido ninguna reunión presencial con Felipe VI en Zarzuela. Más de la mitad de su Gobierno actual, tampoco

El contorsionismo político de Pedro Sánchez y su Gobierno se descubre en los arreones, vía hechos consumados o por el BOE, contra instituciones básicas del Estado. Ahí están, desde los más recientes hasta los más antiguos, los casos del INE, el Tribunal Constitucional, el Banco de España, el CNI, el Consejo General del Poder Judicial, el CIS, la Fiscalía General… Incluir en esa relación la Monarquía suena a palabras mayores, pero motivos no faltan: fue la primera en notar el "nuevo estilo" del presidente del Gobierno.

Dicho estilo, que se resume en un afán de control absoluto desdeñando las formas institucionales para conseguir sus propósitos, sobresale en dos datos vinculados a la relación con Felipe VI. Primero: con la llegada del nuevo inquilino de La Moncloa se suspendió el tradicional despacho semanal en la Zarzuela del rey de turno con el presidente de turno. Segundo: 13 de los 22 ministros del actual Gobierno no han despachado nunca con el Rey.

El ninguneo del Jefe del Gobierno al Jefe del Estado, que en los albores de la Legislatura parecía una maledicencia, no ha resultado tal. El 11 de noviembre de 2019, al día siguiente de las elecciones generales, mientras Felipe VI volaba a La Habana en viaje oficial, Pedro Sánchez escenificó en Moncloa su Pacto del Abrazo con Pablo Iglesias para gobernar juntos. Lo hizo sin esperar al recuento de votos de la Junta Electoral, sin estar constituidas las nuevas Cortes y, por supuesto, sin ser propuesto formalmente por el Rey. A esa informalidad en una Monarquía parlamentaria siguió lo insólito de que semanas antes de las audiencias del Jefe del Estado a los portavoces de los grupos parlamentarios de las nuevas Cortes, Sánchez e Iglesias abrieran la tómbola del reparto de carteras ministeriales.

Pese a tales procedimientos, Felipe VI recibió con una sonrisa a Pedro Sánchez el 8 de enero de 2020 para que prometiera el cargo. El presidente volvió a La Zarzuela una semana después para las promesas de cargos de los ministros. Y hasta la fecha. 

Llegó la pandemia, el confinamiento y todo lo demás, pero pasados los meses duros del Covid-19 el presidente siguió, y sigue, sin cumplir con el encuentro presencial con el Jefe del Estado para comentar los asuntos más sobresalientes. Una reunión que cumple con lo que el art. 62.g de la Constitución dice que corresponde al Rey: "Ser informado de los asuntos de Estado y presidir, a estos efectos, las sesiones del Consejo de Ministros cuando lo estime oportuno, a petición del presidente del Gobierno".

El presidente solo ha despachado físicamente en dos ocasiones con el titular de la Corona: en las tradicionales visitas al Palacio de Marivent (Palma) en los meses de agosto de 2020 y de 2021. Si ha puesto fin a las reuniones semanales en La Zarzuela sustituyéndolas por contactos telefónicos o videollamadas, es algo que no consta oficialmente, ni lo reflejan las agendas de la Casa de S.M. el Rey y del Presidente del Gobierno desde enero de 2020 hasta hoy.

Frente al desdén continuado de Sánchez, hubo quince ministros de su primer Gobierno que sí visitaron a Felipe VI entre el 25 de marzo y el 22 de abril de 2020, algo propio de los recién nombrados para presentar al Jefe del Estado las líneas generales de sus departamentos. Sin embargo, ninguno de los ministros incorporados al Ejecutivo a lo largo de 2021 ha visitado al Jefe del Estado tras tomar posesión. Sus relaciones con los Reyes se limitan a acompañarlos en actos oficiales relacionados con sus ministerios.

El resultado de ese modo de obrar es que más de la mitad de los miembros del Ejecutivo, los que aparecen señalados al comienzo de estas líneas, nunca han despachado personalmente con Felipe VI, y son: Pilar Llop (Justicia), José M. Albares (Exteriores), Félix Bolaños (Presidencia), Pilar Alegría (Educación), Miquel Iceta (Cultura), Carolina Darias (Sanidad), Raquel Sánchez (Transportes), Isabel Rodríguez (Administraciones Públicas y Portavoz), Diana Morant (Ciencia), Ione Belarra (Derechos Sociales), Irene Montero (Igualdad), Alberto Garzón (Consumo) y Joan Subirats (Universidades).

Lo del Jefe del Gobierno marcando distancia respecto del Jefe del Estado fue visto como desaire al monarca cuando se le impidió asistir a una entrega de diplomas en la Escuela Judicial, en Barcelona. Y es una actitud que se adivina en el oscuro acuerdo alcanzado por el presidente Sánchez con el rey de Marruecos, no con su homólogo el primer ministro, obviando la figura del rey español en un trascendental asunto de estado y conociendo las relaciones entre las monarquías de ambos países.

A esas formas también corresponde la esquiva y poco transparente posición de Sánchez en la gestión del conflicto por el escándalo del rey Emérito, con algunos comentarios sobre don Juan Carlos que provocaban daño colateral en la figura de su hijo. Y, recientemente, el empeño en agasajar a los estadistas reunidos en la cumbre de la OTAN en Madrid ejerciendo de anfitrión en un acto de postín distinto al presidido por Felipe VI. 

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