“Me gustaría anunciarles que vamos a trabajar en estrecha colaboración público privada con el Barcelona Supercomputing Center y la Red Española de Supercomputación, junto con la Academia Española de la Lengua y con la Asociación de Academias de la Lengua Española en la construcción de un gran modelo fundacional de lenguaje de inteligencia artificial”. Estas palabras textuales de Pedro Sánchez en la cena de gala previa a la inauguración del Mobile World Congress, el domingo pasado son lo que en lenguaje coloquial se llama vender una moto: el anuncio solemne del presidente del Gobierno no era tal pues se estaba refiriendo, sin nombrarlo, al PERTE Nueva Economía de la Lengua, aprobado y presentado el 1 de marzo de 2022.
“Este es el anuncio que me gustaría trasladar al conjunto de la sociedad española y, lógicamente, también a todos ustedes”, insistió Sánchez Pérez-Castejón con su falsa novedad ante unos comensales entre los que se encontraba el Rey de España, ministros y altos directivos de compañías tecnológicas que conocen desde hace años el proyecto que lanzó Nadia Calviño para un desarrollo de las nuevas tecnologías del lenguaje, incluyendo la Inteligencia Artificial para la elaboración de corpus lingüísticos. La `novedad´ de la que presumió el jefe del Ejecutivo en la cena del día 25 de febrero de 2024 tiene ya el siguiente recorrido en los años pasados:
1-Real Decreto 36/2020, del 30 de diciembre, definiendo cómo han de ser los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica, los llamados PERTE, al amparo del Plan de Recuperación, Transformación y resiliencia.
2- Cuando el presidente anuncia una colaboración con el Barcelona Supercomputing Center obvia que en febrero de 2022 fue presentado el proyecto AINA, para que las máquinas entiendan y hablen el catalán, en un programa desarrollado por el Barcelona Supercomputing Center y el Centro Nacional de Supercomputación, coordinados y financiados por el Ministerio de Economía y Transformación Digital y la Generalitat.
3- El presidente anuncia otra colaboración con la Academia Española de la Lengua, cuando la realidad es que desde el 7 de abril de 2022 está vigente un convenio del Gobierno con esa institución para desarrollar el proyecto Lengua Española e Inteligencia Artificial (LEIA).
El proyecto sobre Lengua e IA vigente desde 2022
4- El 1 de marzo de 2022 el Consejo de Ministros aprobó el PERTE Nueva Economía de la Lengua, con una dotación de 1.100 millones €, en el marco del Plan Nacional de Recuperación con fondos europeos.
5- En noviembre de 2022 y mayo de 2023 se licitaron las dos únicas subvenciones a cargo del PERTE de la Lengua, la primera por importe total de 7,5 millones para IA en català, euskera, galego y valencià, y la segunda de 2,5 millones para impulsar la enseñanza del español en la Universidad de Salamanca.
6- A lo largo de los años 2022 y 2023 el presidente del Gobierno y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, han presentado y anunciado varias veces la puesta en marcha del Centro de Inteligencia de la Nueva Economía de la Lengua, en San Millán de la Cogolla (La Rioja). De ese centro y del Observatorio Global del Español, presentado conjuntamente por el inquilino de la Moncloa y el director del Instituto Cervantes, también como fruto de la Nueva Economía de la Lengua, no hay noticia sobre su funcionamiento..
Añadió Pedro Sánchez en su discurso ante a los ilustres invitados del MWC que el “modelo fundacional de lenguaje” de inteligencia artificial que pretende va a ser “en código abierto y transparente”. Quizás se refiriera, sin saberlo, a que uno de los requisitos en los trabajos de IA con la lengua española es “evitar que el procesamiento del lenguaje recoja expresiones perniciosas”, evitando que los algoritmos incluyan sesgos contrarios al lenguaje inclusivo.
La parte del texto leído por Sánchez en Barcelona referida al estímulo inversor y a los efectos económicos de los programas de IA aplicada a las lenguas, sí guarda parecido con lo que anunciaba el Gobierno al presentar ese PERTE de la Lengua en 2022, confiando en que movilizara “inversiones públicas y privadas para maximizar el valor del español y las lenguas cooficiales” impulsando una nueva economía de la lengua.
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