Hasta tres veces ha negado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se vaya a celebrar un referéndum en Cataluña, en línea con lo que viene manteniendo su Gobierno, pero este martes interpelado por el discurso navideño del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que ha señalado directamente a esta exigencia como su reivindicación clave en el tiempo que queda de legislatura. Sin embargo, Sánchez no ha dicho en ningún momento si se va a sentar a negociar en la mesa del diálogo que mantiene con Cataluña y si está dispuesto a pactar algún tipo de consulta como le piden sus socios, y en lo que podría ser un primer paso o una manera de intentar contentar a ERC.
En la rueda de prensa de final de año en que hace balance y rinde cuentas, el presidente ha presentado las medidas económicas que ha aprobado el Consejo de Ministros y en lo político ha tratado especialmente de Cataluña y ha atacado al PP, "el mismo que con Pablo Casado", al que ha acusado de estar fuera de la Constitución.
Sánchez ha defendido que el procés ha acabado, como viene sosteniendo y a pesar de las palabras de Aragonès, y para ello ha citado a Jordi Sánchez, que así lo dijo cuando se rompió el Govern de coalición. El discurso de Sánchez sostiene que "la mesa de diálogo ha sido muy útil, a pesar de las críticas de la oposición", y que la situación en Cataluña se ha pacificado, gracia a su gestión.
En este sentido, ha subrayado que la situación está mucho mejor que en 2017 y que la Declaración Unilateral de Independencia (DUI), las leyes de desconexión y las consultas ilegales se presentaron con el PP en el gobierno. "En cuatro años de gobierno no me han presentado ni una consulta, ninguna declaración de independencia", ha subrayado.
Ha acusado a los que le precedieron de "ineficacia" y de "mala gestión". Pero en ningún caso respondido a la pregunta de si se va a reunir con la mesa de diálogo, que el Gobierno parece querer dar por terminada, ni ha detallado si se abre a pactar algún tipo de consulta, sólo se ha referido a un referéndum, que no cabe en la Constitución, ha insistido.
Este mismo mensaje lo ha esgrimido preguntado por la malversación, sobre en qué lugar quedaría si se libera a algún político corrupto, como está pasando con la Ley del Sí es Sí. "La corrupción en 2018 era uno de los principales problemas para los españoles, monopolizaba el debate público, hoy ya no lo es. Lo que hacemos es homologar estos delitos con las principales democracias europeas, y en algunas cuestiones nos posicionamos a la vanguardia europea, con la tipificación de un nuevo delito de enriquecimiento injustificado de los responsables políticos", ha subrayado.
Para a continuación insistir: "Hoy Cataluña y España están mucho mejor, todo lo que hago va en esa dirección, que las sociedades española y catalana mejoren, con la enorme vergüenza internacional que supusieron la DUI y las leyes desconexión, que llevó a que los catalanes no pudieran hablar de política, toda apuesta por la convivencia es siempre poca, lo que hacemos quedará para el presente y futuro, hacia la unión de España, después del incumplimiento flagrante que hace el PP de la Constitución. Lecciones de constitucionalidad y patriotismo, si las da alguien, es el PSOE", ha remachado.
Credibilidad y año electoral
La pregunta que ha parecido sorprender al presidente ha sido sobre su credibilidad, qué dice a los que creen que no la tiene, y aquí ha tirado de nuevo del argumentario catalán y sobre su gestión de las crisis y de la pandemia: "Estamos en un tiempo inédito, nadie pensó que viviríamos una guerra, o una crisis climática de estas características. Me atengo a los fundamentales, al cumplimiento de la Constitución, como líder de la oposición y ahora como presidente me he mantenido fiel. En la oposición he apoyado el artículo 155, ahora estoy garantizando que la Constitución se cumpla en todo el territorio; ojalá quien me ha precedido hubiera hecho lo propio".
Sánchez no ha desvelado cómo afronta la negociación de la última parte de la reforma de las pensiones ni otros planes, pero eso sí, ha subrayado que "en año electoral el Gobierno progresista se va a comportar como siempre, lo que hace todos los años, pares e impares: va a subir el SMI, va a buscar mejorar la vida de la clase trabajadora". Y se ha despedido advirtiendo de que "el próximo año apunta intenso".
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación