Pedro Sánchez cree que su futuro depende de la economía. España llegó después de otros países a comprender la gravedad de la pandemia del coronavirus; su gestión sanitaria no fue buena y el Ejecutivo se ha visto involucrado en escándalos que han llevado a una remodelación del Gobierno. En el ecuador de la legislatura, Sánchez quiere un cambio de rumbo y lo apuesta todo a la economía. Desde el departamento de Nadia Calviño le aseguran que España va bien, y que pronto se verán los efectos de los fondos europeos en el empleo.
La razón económica tiene prioridad sobre la sanitaria. Por lo menos esto es lo se refleja de la decisión del gobierno de Sánchez de evitar el debate sobre el llamado pasaporte covid, es decir, el documento que certifica que un ciudadano se ha vacunado y que permite acceder a teatros, cines y estadios, pero también a restaurantes y bares.
Pasaporte y aforo completo
Italia y Francia han puesto en marcha dicha medida, entre protestas de la ciudadanía, pero con el apoyo del sector cultural que aspira a recuperar el aforo completo en sus eventos (además del impacto económico en la atracción de inversiones). Pero España ha preferido no hacer nada al respecto. O, por lo menos, no hacerlo durante el corazón del verano. Nadie descarta internamente, de hecho, que a partir de finales de agosto o septiembre el Ejecutivo decida abrir ese debate si los datos pandémicos no han mejorado.
Desde el Ejecutivo sostienen que existen dudas legales sobre la medida. Pero también es cierto que quieren medir el impacto político para un gobierno más débil en las encuestas que el de Francia o Italia. Sánchez quiere evitar protestas como las que se están celebrando en esos dos países, y a la ve sortear el escollo que podría frenar a la economía nacional en la etapa central de la etapa estival. Máxime después el esperanzador repunte del PIB.
"Medalla de oro" en vacunación
De hecho, la propia ministra de Sanidad Carolina Darias ha intentado enfriar el debate sobre el certificado covid alegando que es “complicado” de activar y que “no forma parte del orden del día”. El propio Sánchez dijo el pasado jueves que España tiene la “medalla de oro” en vacunación, para frenar las especulación sobre dicho certificado. El Gobierno calcula que a finales de agosto el 70% de los españoles tengan la pauta completa de la vacuna. Pero detrás de todo, se halla la economía.
La campaña de verano es esencial para un país que vive de turismo, y que ya ha tenido que encajar sin rechistar comentarios tan graves como el de Emmanuel Macron, quien ha pedido a sus conciudadanos no ir a España de vacaciones. En Italia, la televisión bombardea cada día con el mismo mensaje, dejando a España como un país con escasa seguridad e incapaz de atender a los turistas italianos que viajen a la llamada “zona roja” europea.
España se desmarca de Italia y Francia, aunque muchos dan por seguro que el certificado covid entrará en vigor después del verano
Sánchez y Calviño confían en que, si se salva la campaña de verano, y el Gobierno logra activar cuanto antes los primeros fondos europeo, el efecto dominó en el sistema productivo permitirá llegar a cifras récord de ocupación en julio de 2022. De ser así, España dejaría atrás la crisis económica y Sánchez podrá entrar en una “campaña electoral permanente” para dar la vuelta a los sondeos.
Duda de las Comunidades Autónomas
El pasado viernes, Sánchez insistió en la idea de que no hace falta obligar, aunque sea por la vía indirecta, a los españoles a vacunares. Anunció la compra de más de tres millones de dosis de Pfizer, después de que las Comunidades Autónomas se quejaran por la falta de vacunas.
Antes, la ministra Darias tendió la mano a las Comunidades que están barajando pedir el pasaporte covid, aunque les advirtió: "Las comunidades, dentro de sus competencias, pueden establecer cuestiones que requieren este tipo de documentos, como pruebas de vacunación o diagnóstico de infección activa. Está en sus competencias como autoridad sanitaria que son". El pasado viernes, de hecho, la Justicia bloqueó la petición de Canarias de pedir el pasaporte covid para sus establecimientos.
Esta es la esperanza del Ejecutivo, y queda claro que el pasaporte covid solo puede entorpecer esa hoja de ruta. Si el turismo nacional no se activa, el golpe para la economía puede ser demasiado fuerte y poner en peligro un plan de acción en el que Sánchez se juega su futuro. El próximo eslogan de campaña ya existe: por primera vez es el PSOE el partido que resuelve los efectos de una crisis económica mundial, y no los populares. Pablo Casado está avisado.
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