El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha vestido este viernes de Podemos. El líder socialista, que ha hecho balance de su mandato al cierre del curso político sin corbata para contribuir al ahorro energético, ha presumido de que las medidas de que está tomando su gabinete para frenar la escalada de la inflación y que están provocando las iras de los principales rostros de la banca y de las energéticas, son las adecuadas: "Si protestan [Botín y Galán], vamos en la buena dirección", ha espetado. Y ha zanjado: "Son los mismos que dijeron que se iba a caer España por reforma laboral y por subir el Salario Mínimo Interprofesional".
El jefe del Ejecutivo, que descarta nuevos cambios en su gabinete a la vuelta del verano, ha anunciado que propondrá en septiembre a la Comisión Europea intervenir más el mercado energético para frenar la inflación, "el gran problema" del país y que este mes de julio ha escalado seis décimas, del 10,2% al 10,8%. En concreto, Sánchez pedirá a sus colegas europeos desacoplar el gas del precio mayorista de la electricidad y poner un tope al precio de las emisiones de CO2.
Pero el presidente se ha sacado de la manga aún más medidas, consciente de que los españolas están acorralados por las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania. El próximo lunes, Sánchez llevará al Consejo de Ministros un paquete de medidas para la eficiencia y el ahorro energético, que según ha anunciado se ha trabajado durante semanas y se ha debatido tanto con el sector privado como con el conjunto de administraciones públicas, así como con los grupos parlamentarios en el Congreso.
Esta mañana hemos conocido un mal dato de IPC de julioPedro Sánchez, presidente del Gobierno
Sánchez también firmará un real decreto ley de medidas en materia de incendios forestales para "fortalecer la coordinación y las capacidades de todas las administraciones en las tareas de prevención y extinción de incendios, así como la restauración de las zonas afectadas".
"Esta mañana hemos conocido un mal dato de IPC de julio: un 10,8% que confirma que inflación es la principal preocupación de los gobiernos y la principal tarea que tiene por delante el Gobierno de España, que es el tercer país de la Unión Europea que mas recursos está destinando para frenar el IPC. Sin ellas, la inflación estaría en el entorno del 15%", ha lanzado Sánchez, quien obvia, no obstante, que la renta media española es inferior a la de los grandes países europeos. Motivo por el que su Gobierno debe hacer más para contener el bofetón inflacionista.
Según el presidente, España ha destinado ya 30.000 millones de euros (2,3% del PIB) desde que empezaron a subir los precios para contener su subida. "Es el doble de lo hecho hasta el momento por economías como Alemania. Y hemos logrado avances beneficiosos para nuestros intereses, como la excepción Ibérica". Sánchez está obsesionado con lanzar el mensaje a los españoles de que su gabinete protege a la clase media y trabajadora, refuerza la protección de los vulnerables y hace un reparto más justo del coste económico de la guerra.
Sánchez: "Estoy muy a gusto con mi Consejo de Ministros"
El dirigente socialista ha negado que tenga intención de mover las sillas de sus ministros a la vuelta de las vacaciones de verano: "Estoy muy a gusto con mi Consejo de Ministros", ha espetado. También ha descartado que alargue la Legislatura hasta principios de 2024. El presidente dice que su Gobierno cumple la Constitución y convocará las elecciones generales en plazo, tiempo y forma.
El presidente afronta el final de la Legislatura asfixiado por la crisis económica y con las encuestas de intención de voto desfavorables. Pero él no se rinde. Y ha reconocido que trabaja para darle la vuelta a los sondeos de opinión que, como el Centro de Investigaciones Sociológicas, sitúa al PP de Alberto Núñez Feijóo en primera posición. "Vamos a trabajar por darle la vuelta a esas encuestas no cayendo en el catastrofismo. Tampoco en la euforia", ha lanzado.
El líder del Ejecutivo ha seguido la línea del debate del estado de la nación. Sánchez no se ha ido por las ramas, consciente de que solo una respuesta de izquierdas a una tortuosa crisis económica puede movilizar a los votantes que le dieron la victoria en 2019 y que le pueden dejar en Moncloa cuatro años más a partir de 2023. El núcleo duro de presidencia vuelve a responder a la desidia ciudadana que tiene a los españoles desconectados de la política, más pendientes de los letreros con los precios del combustible en las gasolineras. Solo el tiempo y el devenir de las medidas dirá si Moncloa acierta pulsando la tecla que el presidente Sánchez ha apretado este viernes.
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