Pedro Sánchez ha retado al PP a romper con Vox en todas las comunidades autónomas a cambio de una abstención del PSOE que facilite la investidura de Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León. El cordón sanitario de Sánchez es el mismo que el presidente del Gobierno rechazó aplicar a EH Bildu, tal y como le pidió Albert Rivera en 2019.
Sánchez ha lanzado su propuesta al PP en respuesta a una pregunta del portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, durante la sesión de control al Gobierno en la Cámara Alta.
"Si quiere pedir la abstención del PSOE, explique el por qué quiere la abstención del PSOE, explique el por qué Vox es un peligro para la democracia y que hay que poner un cordón sanitario, pero haga una cosa previa, con todos aquellos Gobiernos que están pactando con la ultraderecha, díganle que rompan sus acuerdos", ha replicado Sánchez al portavoz del PP.
Sánchez: oferta y estrategia
La oferta del jefe del Ejecutivo se produce solo unas horas después de que la dirección del PSOE rechazase cualquier ofrecer su abstención al PP en Castilla y León. De hecho, Ferraz rechazó de plano el planteamiento del alcalde de Valladolid, Óscar Puente, el único dirigente del socialismo actual que habló abiertamente de una abstención que evitase la entrada de Vox en el Gobierno de la Junta.
"La oferta que planteó Puente no era cerrada y admite todo tipo de matices", explican desde el entorno del alcalde de Valladolid. "Pero está claro que la esencia de la misma está en la intervención de Sánchez en el Senado".
Horas antes, el líder del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca, se expresaba en términos similares a los del presidente del Gobierno. "Si quieren (el PP) que hablemos de cordón de sanitario que rompan los acuerdos con Vox en Palencia, en el Espinar, en Aranda de Duero, que lo hagan en Murcia y que se comprometan en todas las instituciones de este país a poner un cordón sanitario a la extrema derecha", ha afirmado Tudanca.
Fuentes socialistas consultadas por Vozpópuli atribuyen estos movimientos de Sánchez a la estrategia de mantener a Pablo Casado aislado con Vox. Tal y como ha informado este diario, la lectura que hace la cúpula socialista del 13-F es que el escenario político apenas ha cambiado con respecto a las generales de noviembre del 2019.
El 'cordón sanitario' a Bildu
A la repetición electoral del 10-N se llegó tras fracasar el intento de Sánchez de formar gobierno. El PSOE se negó a formar un Gobierno de coalición con Podemos tras los comicios de abril. Y casi sobre la bocina, Sánchez rechazó una oferta in extremis de abstención de Ciudadanos para desbloquear la investidura. Dos de las tres peticiones de Rivera eran similares a las que ahora plantea el PSOE y que Sánchez ignoró para forzar la nueva cita con las urnas.
El partido naranja pidió a Sánchez "romper su pacto en Navarra con Otegi", en alusión a la abstención de EH Bildu que posibilitó el Ejecutivo del PSN, Geroa Bai y Podemos en la comunidad foral. En la carta de respuesta que el jefe del Ejecutivo respondió que "no había pactos con Bildu". El PSOE ha suscrito varios acuerdos con la izquierda abertzale tanto en el Congreso como en Navarra.
Otro de los compromisos que Rivera pidió a Sánchez fue no indultar a los líderes separatistas encarcelados por el 1-O en Cataluña. En aquel caso, el presidente del Gobierno respondió que estaba obligado a "respetar el principio de independencia judicial y a no interferir en los procedimientos en curso". Sánchez concedió los indultos a los condenados del procés en junio del 2021.
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