El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recurre a una vieja estratagema para derrumbar al líder de la oposición, el popular Alberto Núñez-Feijóo. Como ya hiciera durante la etapa de Pablo Casado al frente del PP, el jefe de los socialistas ha dado orden de atacar en tromba a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Y, en ese empeño, Sánchez usa a sus ministras y a su partido, el PSOE.
Este mismo martes, la titular de Sanidad, Carolina Darias, dedicó cuatro minutos a atacar la política sanitaria de la Comunidad de Madrid a cuenta de la huelga de médicos decretada en la región. Un día antes, Ferraz emitió un comunicado en el que exigió al líder del PP que desautorizara Díaz Ayuso, a la que acusó de importar "las peores prácticas del 'trumpismo y el 'bolsonarismo" por comparar al Ejecutivo con el régimen nicaragüense de Ortega, que "quiere a la oposición en la cárcel". Palabra de Díaz Ayuso.
Moncloa, tras la ruptura unilateral de las negociaciones para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) propiciada por el PP, repite el mantra de que Feijóo es rehén de Díaz Ayuso por el mensaje que esta envió a su jefe desaconsejándole estrechar la mano de Sánchez. El PSOE machaca que es la baronesa popular, junto a la derecha mediática "más reaccionaria", quien de verdad dirige los mandos de Génova, 13.
El PP cierra filas con Díaz Ayuso
El plan del núcleo más cercano al presidente es desacreditar la imagen de pactista de Estado de Feijóo. Pero también buscar el choque con la presidenta madrileña, conscientes de que esta entrará al trapo y opacará el papel de jefe de la oposición del expresidente gallego. Sánchez busca otra vez el faro de Díaz Ayuso para deslumbrar a Feijóo. Y Ferraz no se esconde: "Cuando se hace y se dice lo mismo que Pablo Casado, se acaba como Casado: devorado por Ayuso. Los españoles no se merecen la radicalidad y el enfrentamiento al que nos quiere llevar un PP arrastrado por Ayuso, a su vez ayudada por la debilidad de Feijoo", zanja el partido del puño y la rosa.
Durante los peores meses de la pandemia, con el país confinado y la economía en coma inducido, la presidenta madrileña se erigió en ariete contra el Gobierno de Sánchez hasta el punto de hacer sombra al entonces jefe del PP, Pablo Casado. Sánchez y Díaz Ayuso se buscaron y se encontraron. Y ahora, con Feijóo fuera de España, de gira por Latinoamérica, la presidenta madrileña y el Gobierno se han intercambiado ataques.
No obstante, el PP cierra filas con Díaz Ayuso y no considera deslealtad alguna que la presidenta madrileña se enzarce con Sánchez. Es más, Génova rechaza que la baronesa madrileña quiera mover la silla al presidente del PP pese a algunas informaciones publicadas que apuntaban a un supuesto malestar en el entorno del gallego con Díaz Ayuso por dinamitar su estrategia centrista. Y para defender el argumento, en el PP se escudan en los sondeos internos que les auguran la victoria en las próximas elecciones generales, informa Jesús Ortega.
El optimismo del PSOE
Pese a todo, el PP madrileño dio réplica a los ataques de Darias en el Consejo de Ministros entrando al trapo contra el Ejecutivo socialista. El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, acusó a la ministra canaria de manipular a la opinión pública desde Moncloa: "Es intolerable”, espetó. En cualquier caso, lo cierto es que tanto en la planta noble de Ferraz como en el búnker de Sánchez en Moncloa se respira cierto alivio, porque creen que su estrategia de desgaste está funcionando.
En el PSOE se escucha cada vez con más fuerza que "el efecto Feijóo está desmontado". Y, para ello, el PSOE también se agarra a las encuestas que comienzan a reflejar una tibia recuperación que, no obstante, aún no es suficiente para igualar al PP de Alberto Núñez Feijóo. Pero desde que el líder del PP se echó atrás y dinamitó el pacto con Moncloa, los socialistas descorchan cava casi a diario. Ven a Feijóo atrapado.
El presidente del Gobierno se siente un incomprendido. Sánchez se queja en privado agriamente de que el PP le niega la legitimidad de origen y de ejercicio para llevar las riendas del país. Por eso, según razona el líder del Ejecutivo, Feijóo ha cedido a la presión de los sectores más reaccionarios de la derecha política y mediática y ha quedado desacreditado para soñar siquiera con sentarse donde se sienta el gerifalte socialista. Ayuso mediante.
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