España

Sánchez radicaliza su discurso y acusa a la "derecha económica y mediática" de ir de la mano del PP

El presidente del Gobierno arremete contra las eléctricas y los medios de comunicación del centro derecha y les sitúa como cómplices de los populares ante Bruselas para intentar que sus medidas fracasaran

Quién albergara alguna duda sobre el grado de 'podemización' al que ha llegado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en los últimos tiempos no tiene más que escuchar el discurso que ha pronunciado en Sevilla, este sábado, en el arranque del curso político de la gira que le llevará por 30 ciudades. El líder del PSOE ha radicalizado aún más su discurso, al cargar contra lo que ha denominado "derecha económica, política y mediática" por ir, según ha dicho, "de la mano del Partido Popular para oponerse a las medidas que hemos tomado". En el ámbito empresarial se ha referido expresamente a las eléctricas, a las que tiene en el punto de mira.

Sánchez ha protagonizado un acto celebrado en la barriada sevillana de Pino Montano, bastión socialista, acompañado del líder del PSOE andaluz, Juan Espadas, y del alcalde hispalense, Antonio Muñoz. Ambos le han precedido en el uso de la palabra, como teloneros, para glosar de forma machacona las bondades de lo que ahora Ferraz llama "el Gobierno de la gente", un guiñó más, con la palabra "gente", al léxico de Podemos y el vacío que ha dejado el partido de Pablo Iglesias en la intención de voto demoscópica.

Hasta en tres ocasiones el secretario general socialista ha hablado textualmente de "derecha económica y mediática". Lo ha hecho para fijar de forma clara su discurso radical, "porque nosotros estamos con la gente", ha reiterado para referirse a la "clase media y trabajadora". Previamente, ha comenzado a construir sus argumentos con la llamada 'excepción ibérica' como punto de partida. En este punto se ha preguntado, en voz alta, cuál había sido "la reacción de la derecha política, mediática y económica", frente a aquella petición en Bruselas que "hace que la elevación de los precios de la luz sea inferior en España a otros sitios de Europa".

A renglón seguido, tras caldear el ambiente, Sánchez ha sido claro: "nunca me voy a olvidar cuando el Gobierno de España tuvo que pelear la excepción ibérica quién medraba en Bruselas..." para que esta medida fracasara. " Las grandes empresas energéticas llevan tiempo de la mano del PP, junto a la derecha mediática para defender los intereses minoritarios y particulares de unos cuantos poderosos", ha repetido.

Tras su beligerancia contra este trío que ha demonizado (eléctricas, PP y medios de comunicación conservadores) Pedro Sánchez se ha jactado de "dos impuestos a las grandes eléctricas y entidades financieras", lo que ha motivado los aplausos del público, compuesto de militantes y simpatizantes de la provincia de Sevilla. Además, ha provocado que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se levantara a saludar tras elogiar que bajo su gestión "se han acabado las amnistías fiscales". El binomio que defiende Sánchez y repite es el de "políticas sociales y responsabilidad fiscal". Todo ello en el marco de un ejercicio de 'reconectar' con el votante socialista.

Sin embargo, esta 'reconexión' de Sánchez, justo a meses de unas elecciones municipales y autonómicas, no deja de ser un ejercicio arriesgado. Su radicalidad y 'podemización' le alejan de la centralidad y centro político que busca precisamente el PP. Es el objetivo de Feijóo, al buscar votantes socialistas moderados que le ayuden a llegar a Moncloa. Todo ello al más puro estilo de Juanma Moreno en Andalucía, con cerca de un 20% de trasvase de voto del PSOE.

El máximo responsable socialista ha esgrimido como argumento, para esta nueva etapa que afronta antes de las municipales y autonómicas, la "certeza" de que la política "debe ser útil y sana, a servicio del país". Una política útil que "no ponga paños calientes a la situación de invasión de Ucrania, pero que tampoco abone el discurso del miedo", una referencia clara al Partido Popular y a su presidente, Alberto Núñez Feijóo.

"Nuestra función es actuar, somos el gobierno de la gente y vamos a defender a la clase media trabajadora cueste lo que cueste", ha prometido arropado especialmente por Espadas, que de nuevo ha vuelto a convertirse en el mayor abanderado de las políticas gubernamentales, a pesar de lo mal que le fue tal estrategia durante los últimos comicios andaluces.

Sánchez, que ha hablado de una "legislatura compleja" no sólo para su gobierno, sino también "en todo el mundo", ha recordado que "las siete principales economías del mundo han limitado el precio del petróleo", frente al "chantaje de Putin", al que ha llamado "autócrata" en un momento de su intervención.

El gobernante español ha pedido a "la Comisión Europea y a Bruselas" que acometa las "reformas" que el Gobierno de España "lleva pidiendo más de doce meses", sobre todo –ha aclarado Sánchez– en base a "apoyar al tejido productivo", en clara alusión al sector industrial, principalmente, con el que se ha volcado en sus palabras de respaldo concreto.

El presidente del Gobierno ha mostrado su apoyo expreso a la decisión del G7 de poner tope al precio del petróleo que se compra a Rusia y que ha desencadenado la gasista rusa Gazprom haya anunciado la suspensión del envío de gas a Europa.

"Desde el Gobierno de España apoyamos esta medida, la unidad es fundamental, pero también pedimos a la Comisión Europea que de una vez por todas haga las reformas que llevamos meses pidiendo para defender a la clase media trabajadora y la industria, que emplea mucha gente", ha expresado el presidente. Lo ha recalcado "frente al chantaje de Putin, que ha dejado claro que la energía es un arma de guerra, unidad", ha incidido Sánchez.

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