El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se presentará este martes antes el Rey sin apoyos acreditados para ganar una investidura y, desde luego, con menos respaldo que los 172 escaños de Alberto Núñez Feijóo. Todo forma parte de una estrategia del PSOE para retrasar la investidura a noviembre y presionar a los separatistas con la repetición electoral. Sánchez trasladará a Felipe VI su voluntad de afrontar una investidura "pronto". Pero pedirá a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, que no fije una fecha para el debate como sí hizo Armengol con el líder del PP, según explican fuentes parlamentarias a Vozpópuli.
Felipe VI ha iniciado su segunda ronda de consultas tras la investidura fallida de Feijóo. Y se ha encontrado con el plante habitual de los separatistas, las dudas del PNV y la sobreactuación de Yolanda Díaz poniendo en duda el apoyo de Sumar a Sánchez. Este es el guion que ha planteado el PSOE para encarar la fase final del acuerdo con Carles Puigdemont para su amnistía. El límite de Sánchez para atar los apoyos es el 27 de noviembre. Si no hay investidura antes de ese día, los españoles volverán a las urnas el 14 de enero.
La consecuencia inmediata de las primeras reuniones en Zarzuela es que Sánchez no tiene los apoyos para ganar la investidura. Se trata de una falta de respaldo buscada, porque el PSOE quiere, por un lado, llevar la negociación al límite, tal y como adelantó este diario la semana pasada. Y, por otro, rebajar el precio de la investidura en la medida de lo posible ante el temor de sus socios potenciales a una repetición electoral. Las expectativas electorales de Puigdemont, ERC y el propio PNV son ahora mismo alarmantes según sus propias encuestas. "Lo único que no quiere el PNV son elecciones", dicen estas fuentes.
Sánchez, sin apoyos ante el Rey
Así las cosas, Sánchez se presenta ante el Rey con el apoyo de unos 128 diputados siendo generosos, pero la voluntad de intentarlo, como así trasladará el presidente a Felipe VI. Los 121 diputados del PSOE, los seis de EH Bildu y el diputado del BNG. Ni siquiera Sumar está de momento en el 'sí'. La vicepresidenta segunda ha asegurado que su grupo está "muy lejos" de alcanzar un acuerdo con el PSOE para conformar un nuevo Gobierno de coalición.
"Vamos a trabajar para cumplir con el mandato ciudadano pero a día de hoy no hay acuerdo. Estamos lejos del Gobierno progresista", ha dicho Díaz.
La Moncloa, sin embargo, confía en que el Rey nomine a Sánchez como candidato a la investidura. Entre otras cosas por el precedente del 2015/2016. En aquel momento, el renuncia de Mariano Rajoy a afrontar un debate en el Congreso que tenía perdido llevo al monarca a proponer al segundo partido más votado en las elecciones: el PSOE de Sánchez entonces como ahora.
En ese sentido, los socialistas dan por descontada la nominación por parte de la Corona. Pero no forzará la máquina poniendo una fecha para la investidura. La idea es que Armengol aproveche las dudas expresadas por Sumar y los aliados de Sánchez para dar un margen a la negociación. Y así se lo reclamará el jefe del Ejecutivo a la presidenta del Congreso.
Investidura sin fecha
Este mismo margen es el que tendría el PSOE si el Rey decide no proponer formalmente candidato alguno. Es otra de las posibilidades que hay encima de la mesa. Pero estas fuentes consideran que Felipe VI dará la oportunidad a Sánchez porque esta vez, a diferencia de la anterior, Sánchez sí expresará su intención de intentarlo.
Para ello, el líder del PSOE tendrá que cerrar un acuerdo con el PNV, ERC y el partido de Puigdemont. El separatismo catalán reclama no solo la amnistía, que tiene el rechazo de la oposición y buena parte del Poder Judicial, sino también un referéndum de autodeterminación. Sociedad Civil Catalana ha convocado una manifestación en contra de la amnistía el domingo que Barcelona que contará con la presencia de Feijóo y el líder de Vox, Santiago Abascal, y que se prevé multitudinaria.
El PSOE respondió la semana pasada al ultimátum de la renovada entente entre ERC y JxCAT que "no hay avance posible" por ese camino. Sánchez confía en que la amenaza de una repetición electoral y el hecho de llevar la investidura a noviembre acabe facilitando el acuerdo y ablande la posición de máximos de sus aliados nacionalistas e independentistas en la negociación.
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