España

"Sánchez no romperá la coalición pero nos vendría bien al PSOE e incluso a él"

Cunde la preocupación en un PSOE que pide un "golpe encima de la mesa" ya: Desde cambiar la 'Ley del sí es sí' incluso con el PP, hasta echar a Montero y Belarra del Gobierno aunque eso dinamite el pacto

El PSOE ha entrado en estado de máxima preocupación por los efectos electorales de la continua rebaja de penas a agresores sexuales -más de quinientas van ya- derivados de la entrada en vigor de la 'Ley del solo sí es sí'. Empieza a ser un clamor interno que Pedro Sánchez debe dar algún tipo de "golpe encima de la mesa" contra Podemos, aunque no todos están de acuerdo en qué hacer ante una situación que pone en riesgo para los socialistas su resultado en las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo.

Sánchez es conocedor de ese estado de ánimo, que recorre desde la última agrupación al Grupo Socialista en el Congreso -"esto es un desastre, estamos dando sensación de final de ciclo"-; por eso en la madrugada del viernes, tras haber asistido a la cumbre de la UE en Bruselas, cortó en seco el debate de la ruptura con Podemos: "La coalición no se va a romper, eso no se contempla".

No obstante, le va a costar poner sordina al malestar interno porque, cuanta mayor es la distancia del núcleo de poder instalado en La Moncloa y Ferraz, más duro es el diagnóstico: "El PSOE se está desangrando y a Pedro Sánchez no parece importarle nada, solo su supervivencia mañana y el día después de las elecciones de diciembre", señala alguien que tuvo mucho poder en ese partido en alusión a la cautela del líder socialista con los que quiere que sigan siendo sus socios de investidura.

Guillermo Fernández Vara, presidente de Extremadura, tiene claro que de esta crisis se sale haciendo "lo que hay que hacer, que son los cambios necesarios en la 'Ley del solo sí es sí' propuestos por el PSOE y hacerlos cuanto antes"

Una mayoría de las fuentes consultadas se inclinan, de momento, por contenerse en la respuesta a los 'morados', hasta ver si entran en razón para modificar la ley. Este sector se sitúa en la tesis que resume a las claras el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, a Vozpópuli para esta crónica: "Lo que hay que hacer son los cambios necesarios en la ley propuestos por el PSOE y hacerlo cuanto antes".

Dicho y hecho, el Grupo Socialista ha solicitado a la Mesa del Congreso tramitar por vía de urgencia esa reforma, para alejarla lo más posible de la precampaña y la campaña a las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo. Si logra sacar adelante los cambios con el bloque de investidura -además de Podemos, ERC, Bildu, PNV, Más País y Compromis- bienvenido sea; si no, aceptaría a regañadientes una mayoría alternativa con el PP.

Esta último no es plato de gusto para Sánchez porque le debilita electoralmente frente a su rival, Alberto Núñez Feijóo, pero el jefe del Ejecutivo y sus más próximos han llegado a la conclusión de que, con 500 agresores sexuales beneficiados, lo que al final juzgarán víctimas y ciudadanía en general es "si logramos arreglar este desaguisado, no con quien lo arreglemos”.

Fuera Montero, Belarra… y Llop

Frente a esa mayoría partidaria de no romper con Podemos, hay una minoría no desdeñable de cuadros y militantes socialistas argumentando que las cosas han llegado ya "demasiado lejos" como para que la sola vuelta a la ley anterior -al fin y al cabo, seguirán las rebajas de penas y excarcelaciones- vaya a frenar el desgaste de la sigla. El “desafío”de las ministras Irene Montero y Ione Belarra es tal que la coalición "se ha vuelto tóxica para el PSOE" y su permanencia en el Gobierno un imposible.

Creen que el presidente debería echar a ambas y a la titular de Justicia, Pilar Llop -muy tocada tras una entrevista este martes en la SER que echó más gasolina al incendio político, aprovechando la inminente remodelación del gabinete que va a tener que llevar a cabo para sustituir a las ministras alcaldables, Reyes Maroto (Madrid) y Carolina Darias (Las Palmas de Gran Canaria).

Tenemos presupuestos, una Presidencia Europea y diez meses por delante hasta las elecciones generales", señala una de las fuentes territoriales para relativizar los efectos negativos de una posible ruptura con Podemos

"Tenemos presupuestos, una Presidencia Europea y diez meses por delante hasta las elecciones generales", señala una de las fuentes territoriales consultadas, en un intento por relativizar los efectos negativos de una ruptura. El problema es que una decisión así dificultaría mucho la continuidad de Sánchez en La Moncloa tras los comicios de diciembre. Dicho de otro modo, el PSOE vive ahora mismo un conflicto de intereses interno: lo que conviene al presidente, tragar carros y carretas para no contrariar al socio obligado en 2024, resulta "absolutamente contraproducente" para los alcaldes y barones autonómicos que se van a examinar en las elecciones del 28 de mayo.

Otro importante barón territorial llega a señalar a este periódico con cierto tono de desesperación: "No romperá la coalición con Podemos, pero nos vendría bien al PSOE e incluso a él". Esta fuente cree que "el inquilino de La Moncloa necesita como el comer pegar un puñetazo encima de la mesa aunque resulte sobreactuado", porque "se le está yendo la credibilidad a chorros, con las preocupantes consecuencias que eso tiene para nosotros", añade en referencia a las próximas elecciones del 28M en que alcaldes y barones socialistas se la juegan.

Yolanda Díaz, "fuera de juego"

A pesar de las palabras del presidente en Bruselas la madrugada de este viernes, negando la ruptura de la coalición, la situación ha llegado a un punto de incertidumbre en el que ya nadie en el partido pone la mano en el fuego porque el presidente del Gobierno no decida disolver las Cortes por sorpresa y convocar elecciones generales solo, en abril, cuando se cumplen cuatro años de su primera victoria en las urnas sobre el PP, o junto a barones y alcaldes socialistas en un superdomingo el 28 de mayo; algo impensable hasta hace unas semanas.

Entonces, las fuentes consultadas explicaban que no solo sería inconveniente para el PSOE como organización; también para una Yolanda Díaz que necesita tiempo para organizar electoralmente su plataforma 'Sumar'. Ahora mismo ni eso está claro. La vicepresidenta y ministra de Trabajo ha quedado en tierra de nadie entre dos socios cada vez más alejados y "muy fuera de juego", señalan fuentes socialistas, con sus silencios improductivos para "cuidar la coalición", como ella misma dice.

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