España

Sánchez se vuelve a ir en Falcon a un acto del PSOE, esta vez en Hospitalet

El presidente se ha colocado una visita institucional previa al acto de partido celebrado en la ciudad catalana

Pedro Sánchez ha vuelto a utilizar el Falcon para acudir a un acto de partido. En esta ocasión, para estar junto a Salvador Illa en Hospitalet de Llobregat. El presidente se ha colocado de manera estratégica una visita oficial a las obras del túnel de la B-40 entre Abrera y Viladecavalls para justificar el uso del avión oficial para sus intereses electorales. Allí ha acudido junto a Raquel Sánchez, ministra de Transportes.

El Falcon ha salido a las 9.18 de la mañana de Torrejón y ha tomado tierra a las 9.47 en Barcelona. Así lo refleja la plataforma FlightAware, que registra la actividad aérea. Tras llegar a la Ciudad Condal, Sánchez se ha desplazado al recinto de las obras, a las que ha llegado sobre las 10.30 horas. Tras asistir a la presentación del proyecto de construcción del túnel, ha puesto rumbo a Hospitalet a un acto del PSOE, programado para las 11.30.

El caso es especialmente sangrante por la buena conexión que existe entre Madrid y Barcelona: el presidente podría haber optado por coger un AVE o incluso, utilizar el puente aéreo. En su lugar, el gran impulsor de la Agenda 2030 en España ha optado por volar media hora en jet privado, cuya huella de carbono es muy alta: en los treinta minutos que ha estado en el aire, ha emitido el mismo CO2 (una tonelada) que el empleado por un ciudadano europeo en todas sus actividades -conducir, calefacción...- en mes y medio.

Además, ha utilizado tanto combustible como un español medio en nueve meses: 520 litros de queroseno, según los cálculos que ya realizamos en este diario tras consultar la ficha técnica del Airbus A310.

Tal y como publicó este diario, estos aviones despegaron un total de 1.231 veces durante 2022, lo que equivale a unos 102 despegues al mes. Un uso que la oposición cataloga como excesivo, un argumento que las cifras de consumo y de emisiones respaldan.

Tanto el presidente, como Casa Real, así como otras autoridades VIP dejaron con estos viajes una huella de carbono muy alta. Cada vez que despegó el Airbus A310, gastó 4.400 litros de queroseno por hora de vuelo y casi 8 toneladas de CO2. Esto significa que sesenta minutos en el aire, esta aeronave multiplica por 5,5 el consumo medio de un español en un año (774 litros).

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