El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, vuelve a surcar los cielos este fin de semana. En este caso, para iniciar una gira por los Balcanes occidentales en el que visita Serbia, Bosnia y Herzegovina, Macedonia del Norte y Albania. El mandatario ha vuelto a movilizar el 'Air Force One' español para este evento junto a su equipo y un nutrido grupo de periodistas para recorrer casi 2.000 kilómetros, según recoge la web FightAware, una plataforma que recoge los datos de navegación aérea en directo. El primer líder balcánico que ha recibido a Sánchez este viernes ha sido el prorruso Aleksandar Vucic, presiente de Serbia, cuya postura a favor del Kremlin y en contra de las sanciones contra Rusia, le ha valido la desaprobación del Parlamento Europeo, pese a ser un país candidato a unirse al club comunitario.
Pese a los recelos de las autoridades europeas, Sánchez ha mostrado su apoyo sin ambages a la adhesión de Serbia a la Unión Europea ante Vucic. Así, ha llamado a acelerar las reformas para integrarse en Europa y ha lanzado un mensaje para subrayar la cercanía con esta región: "Sois parte de Europa", ha señalado.
En una declaración conjunta junto a Vucic desde el Palacio de Serbia, un edificio gubernamental en el que se ha realizado la recepción, Sánchez ha celebrado que la Unión Europea haya reabierto el debate sobre la ampliación y ha asegurado que España seguirá apoyando los procesos de adhesión de los distintos países de los Balcanes Occidentales.
"Siempre vais a encontrar en España un aliado", ha trasladado, al tiempo que ha conminado al presidente serbio a cumplir cuanto antes con los estándares que requiere Bruselas. "Ahora es el momento de acelerar las reformas y comprometerse con la UE y lo que ello representa", ha añadido.
Serbia considera a España un 'país amigo' debido a la fuerte posición que España ha mostrado siempre en contra de la independencia unilateral de Kosovo en 2008. Aún así, el Gobierno apoya el diálogo entre Belgrado y Pristina para resolver el problema.
La segunda parada de esta gira ha sido Bosnia y Herzegovina, país que llegó a albergar 45.000 soldados españoles durante el año 1992 en el marco de la Guerra de los Balcanes. Sánchez ha rendido homenaje a los 23 fallecidos españoles durante la contienda. En Sarajevo, Sánchez se ha reunido con la alcaldesa en la biblioteca de la ciudad, edificio icónico que España contribuyó a restaurar y que actualmente alberga el gobierno local.
El presidente ha aprovechado su parada en Sarajevo para mostrar su respaldo a Bosnia y Herzegovina en su proceso de incorporación a la Unión Europea, aunque ha pedido avanzar en las reformas, reducir la tensión interna y que las próximas elecciones generales se celebren con normalidad. También ha visitado la Biblioteca de Sarajevo, que España ayudó a reconstruir.
Sánchez se ha expresado así tras mantener una reunión conjunta en Sarajevo con los copresidentes de la presidencia tripartita de Bosnia y Herzegovina: el bosniocroata Zeljko Komsic, el serbobosnio Milorad Dodik y el bosniaco Sefik Dzaferovic, que dirigen el país durante cuatro años en turnos rotatorios de ocho meses.
A continuación, ha realizado una declaración institucional junto al actual presidente rotatorio, Sefik Dzaferovic, a quien ha llamado a reducir la tensión entre los tres grupos religiosos que componen el país.
También les ha instado a evitar acciones divisorias, regresar a las instituciones y apostar por el diálogo para proponer soluciones. El presidente ha recalcado la importancia de priorizar a la ciudadanía, principal beneficiaria de las reformas pendientes en el país, y ha insistido en que "no se avanzará hasta que la ciudadanía avance".
Un líder polémico
La posición de Serbia respecto a la invasión de Ucrania por parte de Rusia es vista con recelo por parte de la Unión Europea, Aleksandar Vucic, de tendencia populista y nacionalista, mantienen una estrecha relación con el Kremlin y se ha negado a imponer sanciones contra Putin por la guerra. Mientras en la Unión Europa se teme por el corte de gas el próximo invierno, Serbia se ha garantizado el suministro de gas para los próximos tres años. Esta posición contrasta con el hecho de que el país lleve diez años como candidato a adherirse a la Unión Europea.
Serbia es el único país de Europa-sin ser aún país miembro- que no ha cancelado sus vuelos con Rusia, por lo que convierte el territorio en un puente aéreo con la capital enemiga de Kiev en la frontera europea. El presidente Vucic justificó su posición, además de rechazar, por supuesto, las sanciones a Rusia, de esta forma: “Mantenemos estos vuelos, literalmente por principios, porque queremos demostrar que somos un país libre y que tomamos nuestras propias decisiones”, y agregó: “¿Cancelaron sus vuelos cuando 19 países bombardeaban Serbia? Al menos 30 países, estados miembros de la OTAN, ahora están ayudando.Nadie nos ayudó cuando fuimos atacados por los 19 países más poderosos".
El Parlamento Europeo llegó a hacer un llamamiento a Serbia para que reconsiderase su postura respecto a Rusia en un informe elaborado el pasado junio. El popular Vladimír Bilcik, ponente del documento, aseguraba que es urgente que la nación balcánica replantee su postura. "Se trata de un país que siempre ha mirado en diferentes direcciones en lo que respecta a su política exterior. Pero creo que ahora es el momento de decidir cuál es su posición. Y espero que tome una decisión clara en dirección a Europa".
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