España

Los técnicos votan en contra de que Sanidad quite las mascarillas antes de Semana Santa

La Ponencia de Alertas ha votado en contra de llevar a cabo esta desescalada tan seguida de la anterior. Algunos expertos consideran que tampoco es recomendable quitarlas inmediatamente después

El 'no' barre. La propuesta de Fernando Simón y del equipo de Carolina Darias de comenzar a quitar las mascarillas en interiores antes de Semana Santa ha sido recibida con un rechazo mayoritario por parte de los técnicos de Salud Pública de la Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta, tal y como ha podido confirmar Vozpópuli. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes) mandó un email el pasado jueves para recabar la opinión de los expertos y el plazo en el que se cerraban las votaciones fue ayer lunes.

No solo ha habido un rechazo mayoritario a quitar las mascarillas en interiores antes de Semana Santa, algunas comunidades autónomas, incluso, han apuntado que no es recomendable quitarlas tampoco inmediatamente después. Los especialistas de la Ponencia de Alertas mantienen la misma posición que ya defendieron ante el Ccaes y el Ministerio de Sanidad en su última reunión. Los motivos por los que se oponen a la desescalada final de las mascarillas tampoco ha cambiado.

Estos profesionales consideran que es un error poner en marcha dos desescaladas tan seguidas. Creen que se manda un mensaje inadecuado a la ciudadanía, el de que todo ha terminado ya. Al respecto, apuntan que la pandemia no ha muerto del todo y que la Semana Santa puede servir como multiplicador de casos. Este error de precipitación no sería la primera vez que lo comete nuestro país.

En cualquier caso, todo apunta a que el Ministerio de Sanidad seguirá adelante con la eliminación de las mascarillas sin tener en cuenta la opinión de los expertos, algo que ha venido ocurriendo en los últimos meses. El desencuentro más notable tuvo lugar la pasada Navidad, precisamente a cuenta de las mascarillas. Los técnicos elaboraron un documento con recomendaciones de cara a la Navidad que el Ministerio de Darias ni siquiera presentó a las comunidades autónomas en la reunión de presidentes autonómicos. La única medida que salió de aquella reunión, apenas unas horas antes del inicio de las vacaciones, fue la de imponer de nuevo la mascarilla obligatoria en exteriores, una medida sin ningún aval científico y que es, precisamente, la que no contenía el documento de la Ponencia.

Este martes se celebra la Comisión de Salud Pública para tratar dicho tema. El Gobierno de Pedro Sánchez mantiene apretado el acelerador y no quiere perder la ocasión de agenciarse otro mensaje que gozaría de gran aceptación entre los españoles: la retirada de mascarillas. España es de los últimos países en quitar la mascarilla en Europa. Esta medida ya ha sido aprobada en Países Bajos, Dinamarca, Noruega, Finlandia, Reino Unido y Bélgica. El último país en dar pasos en este sentido ha sido Alemania.

En España, el plan de Sanidad es que la retirada de la mascarilla sea progresiva y por distintos ámbitos: laboral, escolar, social, familiar, cultural, eventos multitudinarios, etc. Su propuesta inicial fue rechazada por la Ponencia por ser poco específica con los indicadores que debían establecer la retirada de mascarillas.

Las mascarillas, un sprint político 

El uso de mascarillas se ha convertido en el último vestigio de una pandemia que parece desaparecida. En los últimos días, se ha percibido con claridad el sprint que hay entre los grupos políticos por colgarse la medalla de la retirada de una de las medidas más impopulares entre la ciudadanía. El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha acelerado la medida tras la moción de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados, donde solicitaba poner en marcha la misma con la aprobación del Consejo Interterritorial.

El Partido Popular, que en regiones como Madrid aboga firmemente por su retirada, votó en contra aduciendo que debían ser los expertos los que decidieran su retirada. El PSOE votó a favor de la retirada de las mascarillas, mientras que su socio de Gobierno, Unidas Podemos, se abstuvo. Con el resultado favorable a la moción en el Congreso, los socialistas apretaron el acelerador para que el fin de las mascarillas sea una realidad cuanto antes en nuestro país y, de paso, llevarse algún que otro aplauso tras semanas de absoluta tensión por la crisis de los camioneros, los hidrocarburos, la electricidad y la situación del Sáhara. Buena muestra de las prisas que tiene el Gobierno con este asunto residen en el hecho de que Fernando Simón mandase a la Ponencia un correo electrónico con el borrador pocos minutos después de la votación de la medida en el Congreso.

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