Son el Morgan Freeman de la Salud Pública, los actores secundarios en un panorama dominado por la covid-19 y, ahora también, la viruela del mono. No por ello las enfermedades vectoriales (infecciones transmitidas por la picadura de insectos) han dejado de tener relevancia en los departamentos de Medicina Preventiva. Es más, están llamadas a ser una de las principales preocupaciones de epidemiólogos y virólogos en los próximos años ante el cambio climático, la globalización y la consiguiente movilidad de agentes infecciosos entre Estados. El Ministerio de Sanidad español, consciente de esta realidad, ha invertido cerca de un millón de euros en un sistema de vigilancia de las enfermedades transmitidas por insectos.
Se trata de la aplicación Mosquito Alert, un proyecto de cooperación ciudadana a través del cual cualquier usuario puede enviar la foto del mosquito que se encuentre y un equipo de científicos lo categorizará y geolocalizará para tener un mapa actualizado de las colonias que se hallen en nuestro país. Este mapa resulta de gran interés y utilidad para los equipos de Salud Pública, que podrán llevar a cabo las acciones de prevención pertinentes.
"Las enfermedades infecciosas transmitidas por vectores constituyen en los últimos años un problema de salud pública relevante debido a que nuevos mosquitos han colonizado países muy alejados de sus zonas de distribución habituales, permitiendo la implantación de enfermedades infecciosas en países habitualmente ajenos a la presencia de estas patologías", argumenta el Ministerio en la memoria justificativa del proyecto a la que ha accedido este diario.
Los vectores con capacidad de transmitir enfermedades víricas al hombre están apareciendo en zonas del mundo hasta hace poco tiempo libres de ellos debido a la confluencia de factores como "el aumento de las temperaturas medias, el creciente comercio internacional y cambios en los ecosistemas relacionados con el incremento de áreas residenciales periurbanas, que han permitido el establecimiento y desarrollo de vectores en estas zonas". Si a ello se le une el constante trasiego de personas a nivel mundial, que favorece el aumento del número de casos importados de enfermedades -tenemos el ejemplo reciente de la viruela del mono-, hace que "el riesgo de aparición de casos o brotes autóctonos de estas enfermedades se haya convertido en una realidad".
Mosquitos a vigilar
El Ministerio de Sanidad advierte que en España se encuentra ampliamente distribuido un vector competente para transmitir enfermedades víricas como es el Aedes albopictus -conocido comúnmente como mosquito tigre-, que es transmisor de enfermedades como el dengue, chikungunya o fiebre amarilla.
En el año 2018 se notificaron por primera vez casos autóctonos de dengue en España. Además, se confirmaron cinco casos asociados en la Región de Murcia, y uno más aislado en Cataluña. En 2019 se han registrado otros dos casos autóctonos de dengue en Cataluña y Madrid. "Este hecho pone de manifiesto la importancia de mantener una vigilancia epidemiológica y entomológica de calidad".
Otro de los insectos más buscados son los Aedes aegypti. En su caso, vector de enfermedades producidas por virus como el dengue, Zika, la fiebre amarilla o el chikungunya entre otras. En diciembre de 2017 se detectó de forma puntual en Fuerteventura, pero la investigación y seguimientos posteriores constatan que las medidas de control establecidas tras su detección han sido eficaces, y se considera erradicado.
Según informa el Ministerio, se ha descubierto la presencia en España de otra especie invasora, Aedes japonicus, en el Principado de Asturias. "La información disponible apunta a que este mosquito puede estar establecido en esa zona, aunque es necesaria una mayor investigación para determinarlo. Este mosquito tiene capacidad de transmisión del virus del Nilo Occidental y diversos estudios de laboratorio demuestran que es un vector competente para la transmisión de otros virus como dengue o chikungunya".
La importancia de vigilar
Los especialistas en Salud Pública consultados por Vozpópuli coinciden en valorar la utilidad de la medida. "Antes en España había mucho paludismo, y consiguió erradicarse con la mejora de la higiene y una serie de medidas. Con el cambio climático y la globalización el riesgo vuelve, porque los mosquitos pueden transmitir enfermedades. Puede haber un aumento de casos como ha ocurrido con otras enfermedades y tener un sistema de vigilancia creo que es una buena decisión", explica Rafael Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva (Sempspgs).
Álvaro Torres, especialista en Salud Pública de Canarias, coincide en que estas enfermedades infecciosas son "un riesgo real". "La costa del Mediterráneo está llena de trampas para mosquitos. Es una forma de conocer qué razas y colonias van llegando al país. Son un problema complicado porque hay pocas formas de eliminarlos una vez que se asientan", advierte.