La gripe no tiene nada que ver con el ébola, pero esta es la época del año en la que se activa el virus y las diferentes comunidades autónomas comienzan sus campañas de vacunación. El Gobierno teme que la inquietud con la que buena parte de la población ha reaccionado al primer caso de ébola contraído en España pueda contribuir a que la alarma se extienda provocando un colapso en las urgencias de los centros hospitalarios. Esta es una de las principales preocupaciones que albergan ahora los altos cargos de Sanidad, conscientes de que hay que abordar el problema "con la máxima responsabilidad". Los responsables del Ministerio ya han contactado con todos los grupos parlamentarios para que no se salgan del guion y eviten difundir la alarma entre los ciudadanos.
La fiebre, el dolor muscular y las molestias gástricas son comunes a la gripe y también al ébola, aunque en muy diferentes grados. Por esta razón, según fuentes del Gobierno, no es descartable que los ciudadanos que se vean afectados por el primero de estos virus, ahora que empieza la época de los resfriados, muestren intranquilidad y acudan a las urgencias de los hospitales, con el consiguiente peligro de colapsarlos. Para evitar esta situación, desde Sanidad se ultima una campaña informativa en la que se divulgarán las peculiaridades del ébola, teniendo en cuenta que no se conocerá toda la dimensión del problema hasta que no transcurran 21 días, el tiempo estimado para la incubación de esta enfermedad.
Preocupación por la exigencia de visados
La inquietud del Ejecutivo va todavía más allá. Quiere evitar a toda costa una situación de alarma tal entre la población que obligue a otros países europeos a poner filtros en las fronteras a los españoles que salgan en avión al extranjero, a modo de controles preventivos. "Sería una situación muy poco deseable que tendríamos que evitar entre todos, de ahí que estemos pidiendo una actitud responsable no solo a todos los partidos políticos, sino también a los medios de comunicación, ya que se pueden llegar a ver afectados sin necesidad sectores claves como el turismo”, señalan estas fuentes.
En el Gobierno se recuerda que España no podía negarse en modo alguno a la repatriación del sacerdote Manuel García Viejo, el segundo español fallecido por la enfermedad, ya que en parecidas circunstancias, con otras enfermedades infecciosas, no lo ha hecho ningún país extranjero con sus compatriotas. Solo se ha dado el caso de Japón, cuando sus autoridades intentaron que uno de sus enfermos infecciosos viajara a España, algo a lo que se negaron las autoridades españolas.
El PSOE no ha pedido de momento la dimisión de ningún alto cargo de Sanidad. Pedro Sánchez ha advertido que ya llegará el momento de ello. Este y el resto de los grupos, esperan la comparecencia de la ministra Ana Mato en el Congreso.
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