España

Santi Vila, el conseller favorito de Moncloa, da un paso al frente y reclama contundencia contra Pujol

No es soberanista, ni siquiera nacionalista. Santi Vila, 41 años, es un conseller atípico del Gobierno de Mas. Se siente cómodo en España, es el favorito de Moncloa y este jueves arremetió contra Jordi Pujol, pidió que se esclarezca la verdad y se "actúe con contundencia".

Para muchos es el 'tapado' de un movimiento catalanista no nacionalista, que se siente cómodo en España, que abomina del frentismo, que apenas tiene algo que ver con ERC y que no se entusiasma con un horizonte secesionista. Santi Vila, 41 años, se considera un hombre de Mas y no tanto un hombre de Convergència. Fue alcalde de Figueras, es taurino y hace unas semanas se casó con su pareja de siempre, un cocinero brasileño.

Forma parte de la nueva hornada del Gobierno catalán. Huye de las confrontaciones y las polémicas, de ahí que sus duras críticas a Jordi Pujol no hayan pasado inadvertidas. "Que se esclarezca todo el asunto de los dineros de Pujol y que se actúe en consecuencia", ha declarado, luego de asegurar que los casos de corrupción son de una generación anterior a la suya. O sea, cosa del pasado, de un tiempo en el que él no estaba allí. "Hechos como éste han de castigarse con toda la contundencia necesaria". En Convergència tan sólo Xavier Trias, alcalde de Barcelona, y Josep Rull, secretario de organización, han hablado con tanta firmeza al abordar el caso de las cuentas de Andorra. En general los convergentes han optado prudentemente por la línea de Artur Mas ("un asunto personal y privado") para situarse ante el escándalo de quien fuera 'President' durante 23 años.

Comentarios elogiosos

Vila ha sido siempre el 'conseller' favorito de la Moncloa. Mantiene unas excelentes relaciones con la ministra de Fomento, Ana Pastor, con quien celebró la inauguración del AVE hasta la frontera francesa y quien por cierto asistió a sus esponsales. Está muy bien visto en el Gobierno de Rajoy y tanto la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría como el ministro del Interior, Jorge Fernández, se refieren a él en términos muy elogiosos.

Un personaje como Vila sería la pieza que durante tanto tiempo ha buscado el Gobierno del PP

Hace unos meses publicó un libro de entrevistas titulado Un perfil propio en el que se mostraba algo distante con determinados personajes del soberanismo, y hasta de su partido y manifestaba su admiración por socialistas como Ernest Lluch o Pasqual Maragall. Entonces se dijo de él que buscaba un hueco en el panorama político del post-referéndum, aunque es cierto que nunca ha realizado movimiento alguno en esa dirección.

La pieza necesaria

Un personaje como Vila sería la pieza que durante tanto tiempo ha buscado el Gobierno del PP para ejercer de algo más que un interlocutor moderado y razonable. 'Si Santi tuviera más peso específico en el Govern las cosas serían distintas", se ha escuchado comentar por Madrid. Por ahora carece de relevancia dentro de su partido aunque la evolución de los acontecimientos, tras el terremoto de la escandalera de los Pujol y la previsible caída de Artur Mas puede dar lugar a un interesante movimiento de piezas.

De momento la persona que más encaja en los intereses de Moncloa es Duran i Lleida, por su rechazo al secesionismo, sus relaciones con el mundo financiero y empresarial de Cataluña y de Madrid y por su preeminencia política después de tantos años en primera línea. Pero Duran forma parte del pasado, ha compartido demasiados intereses con Pujol y con Convergència y su partido, Unió, quedó señalado por el estigma de la corrupción en el 'caso Pallerols'. Duran está enfrascado ahora en sacar adelante una especie de movimiento catalanista no secesionista que es muy bien visto desde el Gobierno de Rajoy, que incluso lo jalea y lo anima.

Duran está enfrascado ahora en sacar adelante una especie de movimiento catalanista no secesionista

En el entorno más próximo a Santi Vila no le ven con ansias de escalar, hoy por hoy, hacia puestos de mayor responsabilidad. Pero es legítimamente ambicioso y la deriva crepuscular de todo el entorno del pujolismo posiblemente le anime a dar algún paso en esa dirección. Convergència planteará algo parecido a una refundación, a la vuelta del verano, y una vez que haya acudido Pujol a explicar en el Parlament el asunto de sus dineros ocultos. No se sabe hacia dónde, aunque se supone que Rull, verdadero hombre fuerte de la situación ante el desfallecimiento de Artur Mas, pretenderá inclinar a su formación hacia un territorio más a la izquierda y más 'comprometido socialmente'. La cuestión está en saber si Santi Vila tiene algo que decir o que hacer en ese futuro de CDC o que, sencillamente, abandonará el tren en marcha en busca de otros horizontes.

No se sacarán las urnas si el TC lo prohíbe

Así lo ha desvelado Vila, asegurando que la Generalitat no se plantea sacar las urnas a la calle en caso de que el Tribunal Constitucional prohibiera, a instancias del Gobierno, la consulta soberanista. Esta decisión de no llevar hasta el final el desafío contrasta con los deseos de los más fieles compañeros de viaje de CiU en este proceso: ERC y la Asamblea Nacional Catalana. 

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