Los redactores de las cinco ponencias que el XVII congreso del PP comenzará a debatir esta misma tarde han tenido que lidiar con 1.500 enmiendas llegadas de toda España en las que se ponen de manifiesto las distintas sensibilidades que conviven en el partido en el Gobierno. Porque si bien informábamos esta semana, por ejemplo, de que el líder del PP vasco, Antonio Basagoiti, tiene una visión mucho más abierta que la oficial de su partido en cuanto al matrimonio homosexual, o que la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, y el concejal presidente del Pleno del Ayuntamiento de Madrid, Ángel Garrido, se apuntan a ese carro y piden, ya de paso, que desaparezca la palabra cristiano de la definición del partido, también hay otras del sector conservador que tocan temas sensibles.
Es el caso del senador leonés Luis Aznar, quien reclama que se reconozcan derechos civiles al no nacido al tenerle en cuenta, por ejemplo, a la hora de acceder a las ayudas públicas o en la oferta de vivienda social. Asimismo plantea, en una cuestión ya sopesada por su partido, que los trámites de acogimiento y de adopción "puedan iniciarse durante la gestación" o que no se financie la investigación "con embriones hiumanos ni clonación terapeútica". Por su parte, el ex diputado por Huesca Ángel Pintado propone que se fundamente el apoyo a la familia, nada más ni nada menos, en el argumento de que es una institución "anterior al Estado".
Todo apunta a que estas enmiendas, --presentadas al texto social del que son ponentes el presidente de la Xunta gallega, Alberto Núñez Feijóo, el presidente del Gobierno balear, José Ramón Bauzá, y el líder de los populares navarros y miembro de la Mesa del Congreso, Santiago Cervera-- no prosperarán en comisión y, en la medida de los posible, no llegarán a ser debatidas por el pleno si no consiguen un 30 por ciento de los apoyos antes de llegar a plenario.
"Presunción de culpabilidad" del hombre
Tampoco lo hará otra que reclama que se reforme la Ley Integral de Violencia de Género al objeto de que no se penalice el hecho de ser hombre o se le suponga "presunción de culpabilidad", tema, sin duda, espinoso ya no tanto para el PP como para el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Este capítulo es tan diverso que acoge otra enmienda que reclama que se eleve de trece a catorce la edad para tener relaciones consentidas.
Además, para cerrar el debate en torno al matrimonio homosexual, que afectaba tanto a esta ponencia, como a la política, se ha acordado una ennmienda transaccional que no cuestiona el recurso de inconstitucionalidad que los populares presentaron ante el TC. El texto político, del que fue autor Basagoiti, quedaría redactado de la siguiente manera: "Por eso queremos reafirmar nuestra voluntad de defender los derechos de todas las personas, también de aquellas que sufrieron discriminación legal o social por razón de sexo u orientación sexual, mostrando nuestro compromiso con el reconocimiento de los derechos de las personas homosexuales con normalidad, acatando en cualquier caso la sentencia dque dicte el Tribunal Constitucional acerca del alcance la definición constitucional del matrimonio".
Por otro lado, el PP seguirá declarándose heredero del "humanismo cristiano". Esta cuestión ya se suscitó en el XV congreso, celebrado en 2004, y al entonces ponente, Gabriel Elorriaga, le cayó una buena reprimenda pública por abrir este debate. Ahora, tampoco toca.
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