En la encuesta completan la lista Londres (14 por ciento), Bombay (7 por ciento), Hong Kong (6 por ciento), Fráncfort (3 por ciento), Singapur (2 por ciento), Tokio (2 por ciento) y la segunda bolsa china, Shenzhen (1 por ciento), que hoy en día está especializada en pequeñas y medianas empresas del gigante asiático.
En los últimos dos años ha sido Hong Kong el mercado mundial que más fondos ha reunido a través de OPI, por delante de Nueva York y Londres, y según el estudio, esa tendencia probablemente se extenderá hacia China.
Para muchos de los encuestados, aunque Shanghái todavía no permite cotizar a las firmas extranjeras, a partir de que eso sea posible, en los próximos meses según se espera, el parqué chino se convertirá en uno de los principales destinos mundiales para las empresas que necesiten recaudar fondos.
"El (esperado) panel internacional (en la Bolsa de Shanghái) se percibe como que ofrece un canal de recogida de fondos para las empresas extranjeras, ya que les permitirá reunir capital directamente y acelerar su desarrollo en China", señala el informe de Allen & Overy.
"Lo que esto demuestra es que la competencia entre mercados de valores nunca ha sido tan feroz", concluyó, "los negocios nunca han tenido antes semejante variedad de opciones a la hora de elegir dónde salir al mercado".
En febrero pasado un alto directivo del mayor banco de inversión chino, la Corporación Internacional de Capitales de China (CICC), aseguró en São Paulo que la esperada apertura de un índice que permita la cotización de empresas extranjeras en Shanghái, en preparación desde hace años, tendría lugar este mismo año.
El futuro índice para empresas extranjeras de Shanghái, denominado en yuanes, hará posible que firmas de fuera de China puedan, por primera vez, captar fondos en el gigante asiático para la expansión de sus negocios, al tiempo que se abrirán nuevas posibilidades para los inversores chinos.
Entre las multinacionales que ya se han interesado públicamente por cotizar en Shanghái están el banco británico HSBC y la multinacional cosmética anglo-holandesa Unilever, según el propio vicealcalde financiero de Shanghái, Tu Guangshao.
La medida llega en el marco de los esfuerzos que la ciudad está haciendo para cumplir el objetivo que se marcó en 2009 de convertirse en uno de los principales centros financieros del mundo para 2020.
Las voces más críticas del gigante asiático ante este proyecto temen, sin embargo, que el futuro índice se convierta en una especie de cajero automático para las firmas extranjeras presentes en China, dadas la todavía limitada capacidad de supervisión del país asiático sobre las empresas en bolsa y la inmadurez de su mercado de valores.
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