El Día Europeo del Sinhogarismo no ofrece este 2024 motivos para celebrar. Porque el número de personas sin hogar sigue su progresión ascendente, lo que complica la reacción al problema y cronifica la situación de las personas que padecen esta situación. Así lo señala José Manuel Caballol, director general de Hogar Sí en conversación con este periódico, quien cree que el problema irá a más si no se empiezan a tomar medidas. En estos momentos, según Eurostat, siete de cada cien personas están en riesgo de quedarse en la calle y, tal y como señala el INE, el número de personas que se encuentran sin hogar ha crecido un 25% en diez años hasta el punto de colapsar los albergues: ya hay más personas sin hogar que plazas disponibles para personas sin techo.
Desde Hogar Sí creen que la situación es más grave de lo que dice el INE, ya que este solo recoge el número de personas que están en los albergues: aquellos que viven siempre en la calle no están registrados en la estadística. Por ello, esta fundación cifra en 37.000 las personas sin hogar que hay en España por las 26.690 plazas disponibles. La principal causa, según señala Caballol, es el "problema enorme de vivienda" que hay en España, además de que "la red de seguridad" que el estado aporta a la población es cada vez de peor calidad.
Esta situación no solo provoca que cada vez haya más gente en la calle, sino que además su situación se alargue. Desde Hogar Sí señalan que para luchar contra el sinhogarismo, es importante sacar a la gente rápido de las calles: si no, se hacen a una vida de miseria y no ven la necesidad de trabajar por su futuro. Un objetivo que no se está cumpliendo: un 40% de los sin techo llevan más de tres años en esa situación. Caballol señala que además, la cronificación de estas situaciones supone más gasto que procurarles una garantía habitacional temporal que permita al afectado ordene su vida. Al fin y al cabo, las personas sin hogar, por no tener un lugar donde vivir, no pueden encontrar un trabajo, tienen dificultades para presentarse a las entrevistas aseados y tienen complicaciones para acceder a ofertas laborales que les permita hacer frente a las facturas.
El perfil de personas afectadas por el sinhogarismo es, tal y como Caballol señala, de varones entre 45 y 55 años con un problema multifactorial, ya que nunca es por un solo motivo: "Suelen ser personas que al mismo tiempo que se divorcian, pierden el trabajo...". Esas situaciones suelen llevar a no poder pagar el alquiler: el 40% llegaron a una situación de sinhogarismo por no poder mantener una vivienda. Pese a que la media de edad es de gente sénior, el 20% de las personas sin hogar tiene menos de treinte años, según el Instituto de Juventud.
Debido a esto, Caballol cree que no hay que perder de vista el sinhogarismo juvenil, con menores no acompañados que a los 18 se quedan sin garantía habitacional y que quedan "fuera del sistema" o jóvenes en familias que, por su orientación sexual, son expulsados del hogar familiar.
Preguntado por las soluciones para acabar con esta tendencia alcista, Caballol señala que el problema principal es que "no está muy claro quien debe liderar el combate", ya que son los ayuntamientos quienes "tienen a las personas en la calle" pero es el Estado quien debe "dar la financiación" para dar la atención necesaria. Esta confusión genera que el problema se convierta en una 'patata caliente' que nadie llega a abordar. Además, desde Hogar Sí consideran que es necesario meter a las personas sin hogar en "viviendas normalizadas en entornos comunitarios" para conseguir su readaptación social.
Una situación que la fundación practica con viviendas que alquilan con sus propios recursos, algo que podría cambiar en poco tiempo si los pisos siguen subiendo de precio. Se trata de un programa de Houisng First, muy utilizado en países escandinavos, que pretende dar un techo a medio plazo -no un albergue, que es una solución de emergencia- que permita recuperar la estabilidad. Según el estudio "evaluación de la metodología housing first en España", estos mecanismos tienen un 96% de éxito.
Pese a ello, en Hogar Sí presumen de haber conseguido que el 94% de las personas a las que se les ha dado un hogar temporal han conseguido recuperar su autonomía. En 2023, fueron 2.158 las personas que fueron atendidas por la fundación. Esto coincide con lo que piensan los propios afectados: un 82% de las personas sin techo creen que la vivienda es la primera vía para erradicar el sinhogarismo.
Un ejemplo de ello es Lola, una persona atendida por Hogar Sí, quien reconoce que tras tener un techo en el que vivir, recuperó las "ganas de vivir". Tras perder su trabajo como celadora tras una baja médica sufrir un divorcio, se quedó en la calle, por lo que tuvo que vivir de la beneficencia hasta que logró salir del pozo gracias a un entorno normalizado.
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