El informe del Consejo Asesor que financia la Generalitat para preparar el referéndum soberanista reproduce las preguntas que se han hecho en Quebec, Eslovenia, Georgia, Croacia, Estonia, Letonia, Lituania, Ucrania, Eritrea, Timor Oriental, Montenegro, Sudán del Sur y Puerto Rico, entre 1980 y 2013. De todas ellas, se decanta por emplear el año que viene en Cataluña “las más claras y neutrales”. ¿Debería la República de Eslovenia convertirse en un Estado independiente y soberano?, se les preguntó a los eslovenos en 1990. ¿Desea la restauración de la soberanía del Estado y la independencia de la República de Estonia?, les preguntaron a los estonios un año después. ¿Apoya la declaración de independencia ucraniana?, preguntaron a los ciudadanos de esta nacionalidad en 1991. ¿Desea que Eritrea sea un país independiente y soberano?, constó en la papeleta de la consulta celebrada en 1993. “Unidad” y “secesión”, fueron las dos opciones que le dieron a Sudán el año pasado. ¿Debería Escocia ser un país independiente?, les trasladarán el año que viene a los escoceses.
Los asesores de Artur Mas se decantan, al igual que Esquerra Republicana, por una pregunta que no admita ambigüedades y sea neutral para los votantes
Para los asesores de Artur Mas, estos son los interrogantes de más fácil comprensión para los votantes porque son los menos ambiguos y los que menos influyeron también en la orientación del voto. En el otro extremo, colocan el referéndum celebrado hace 23 años en Quebec, donde sus convocantes se inclinaron por la pedagogía. “El Gobierno de Quebec ha dado a conocer su propuesta de llegar a un nuevo acuerdo con el resto de Canadá fundado en el principio de la igualdad entre los pueblos. Este acuerdo permitiría a Quebec adquirir el poder exclusivo de redactar sus leyes, percibir sus impuestos y establecer sus relaciones exteriores, es decir la soberanía, y al mismo tiempo mantener con Canadá una asociación económica comportando el uso de una misma moneda; no se realizará ningún cambio de estatuto político resultante de estas negociaciones sin el acuerdo de la población a través de otro referéndum: en consecuencia, ¿Otorga usted al Gobierno de Quebec el mandato de negociar el acuerdo propuesto entre Quebec y Canadá?”. A juicio del Consejo asesor de la Generalitat, esta forma de preguntar es la menos afortunada en términos de neutralidad y claridad, una deficiencia que observa también en las consultas que tuvieron lugar en Georgia, Letonia, Lituania, Timor, Montenegro y Puerto Rico entre 1991 y 2013.
El dilema guarda relación con quienes dentro de Cataluña opinan que debería preguntarse a sus ciudadanos no solo si desean la independencia, sino si quieren tener un Estado propio con lo que ello implicaría, por ejemplo, para el pago de sus pensiones y el coste de su deuda.
El apoyo a la celebración de la consulta era del 83,9% en septiembre de 2012, del 69% en enero pasado y del 71% en la encuesta dada a conocer este jueves por la Generalitat
La apuesta de Convergencia y ERC por la consulta es nítida y los asesores de la Generalitat han recogido en su informe un resumen de las siete encuestas realizadas en Cataluña desde enero de 2012 en el que se concluye que el llamado ‘derecho a decidir’ estuvo apoyado por el 83,9% de los residentes en esta comunidad en septiembre de 2012 y por el 69% en enero de este año. El sondeo más reciente hecho por la Generalitat, dado a conocer el jueves, lo deja en el 71%. La mayoría de la población es favorable al referéndum en todos los municipios. La diferencia más alta se da en los ayuntamientos interiores de Barcelona, Tarragona y Gerona. Es más pequeña en el litoral catalán, Lérida y el Valle de Arán, es decir, en las zonas más turísticas.
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