La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, sufre desde hace tres años a un médico del sistema público de sanidad de su comunidad a su particular némesis, Jesús Candel, más conocido como Spiriman. Desde que el Gobierno regional pusiera en marcha su plan estratégico de fusión de hospitales, este doctor granadino ha sido la punta de lanza de unas manifestaciones que saltaron de su ciudad natal a Málaga, Cádiz, Córdoba, Huelva y Sevilla.
Movilizaciones mastodónticas, de hasta 100.000 personas, que decían no a una política de recortes que limitaba el número de centros, de profesionales y de camas disponibles para los pacientes. Con un teléfono móvil al final de un palo selfie, Candel denunciaba en redes sociales los desmanes producidos desde la consejería de Sanidad, cuando estaba a la cabeza la actual ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Las informaciones que publicaban los medios a raiz de las denuncias de Spiriman se cobraron varias cabezas, como las del el viceconsejero de la consejería del ramo, Martín Blanco, la del gerente del Sistema Andaluz de Sanidad, José Manuel Aranda y finalmente con el relevo del consejero Aquilino Alonso.
Sus acólitos ven a Candel como “el único que se atreve a denunciar los temas de la Junta”
Sus acólitos ven a Candel como “un mesías”, como “el único que se atreve a denunciar los temas de la Junta”, afirman personas que se han movido en un entorno cercano al médico. Si se analizan las redes sociales del ‘azote’ de la presidenta andaluza, se percibe un grupo que cierra filas de manera férrea ante todo lo que dice. La crítica interna es inexistente.
La paralización de la reforma sanitaria andaluza destensó la calle. En una comunidad no muy dada a la manifestación continua, alcanzar el logro principal hizo que más de uno se pensase lo de volver a sacar las pancartas. Pero Spiriman continuó con su enraizada protesta teléfono móvil en mano.
Paso en falso al mundo político
En todo este tiempo, los tentáculos de la política han intentado apropiarse del movimiento que el facultativo inició, aunque por ahora se ha mantenido alejado de toda lista electoral. Lo más cercano que ha estado Candel de entrar en el juego de la “partitocracia” que tanto detesta ha sido la creación del partido Creando Futuro, liderado por la exsocialista Antonia Hierro, y de ámbito nacional. Una especie de marca blanca que espera instalarse en todo el país con las señas de identidad de la transversalidad ideológica, el liberalismo y la lucha contra la corrupción.
Candel se ha juntado desde hace un tiempo de dos personas que también luchan contra lo que consideran las “injusticias” de la Junta de Andalucía. Son Antonio Barreda y Luis Escribano. El primero es un exsindicalista de UGT que en las elecciones municipales de 2015 fue en las listas del PP en un municipio de Cádiz. El segundo es un funcionario díscolo que arrastra una larga trayectoria de denuncias en los tribunales y en redes sociales sobre casos de corrupción y todo tipo de arbitrariedades en la administración andaluza y ahora ligado al blog El Demócrata Liberal.
Barreda y Escribano han sido clave en la estrategia seguida por el médico. La presencia de ambos en los vídeos de Spiriman ha ido en aumento desde 2017, sobre todo desde verano, cuando Candel monta la asociación Justicia por la Sanidad para poder judicializar todas sus denuncias. Los dos compañeros llegan a convertirse en dos personajes más del 'teatrillo' con el que Candel pone de manifiesto sus reivindicaciones. Para ejemplo, un botón. El verano pasado los tres dieron comienzo a una secuencia de vídeos en YouTube a modo de serie bajo el título de ‘El Cortijo’, donde analizan los distintos ámbitos de la administración pública. Siempre denunciando las ‘malas artes’ andaluzas.
El médico encrudece su discurso
Sin embargo, de un tiempo a esta parte la dialéctica del médico ha adquirido un matiz más agresivo. Improperios, agravios e insultos inundan su discurso. No deja títere sin cabeza. Políticos, compañeros, funcionarios, periodistas que no siempre comulgan con su táctica ni con sus formas. En las manifestaciones se apunta con el dedo a los trabajadores de comunicación a los que Candel señala en sus vídeos.
La Fiscalía de Granada ha iniciado un procedimiento penal contra este médico para examinar si pudiera haber incurrido en un delito de injurias y calumnias contra Susana Díaz y la líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez. El inicio de la acción del ministerio Fiscal viene precedida de una denuncia con más de 2.500 firmas en las que se ponía en conocimiento las descalificaciones que profería Spiriman en las redes sociales.
Antes de esto ya cuenta con la inhabilitación por parte del Colegio de Médicos de Granada, que tomó en cuenta los insultos hacia el personal sanitario. En marzo fue suspendido 30 días como funcionario después de que varios compañeros de trabajo interpusieran una denuncia que terminó con una falta grave. Las sanciones administrativas parecen amedrentar al otrora ‘azote’ del socialismo andaluz. En sus perfiles de internet se pueden seguir leyendo su insulto favorito, aquel que se acuerda de las madres de quien ataca.
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