Tres años y más de 30 piezas separadas después, el fiscal Ignacio Stampa dejará el caso Villarejo. Es el resultado de la decisión adoptada por la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, después del Consejo Fiscal en el que se decidían las vacantes de varias plazas, entre ellas las de este investigador, que se encontraba en situación interina. En las votaciones no ha contado con el apoyo de la Asociación de Fiscales a la que pertenece. “Más allá de su profesionalidad, había una presión mediática que hemos considerado que había que cortar”, dice en declaraciones a Vozpópuli la presidenta de este colectivo, Cristina Dexeus.
Se refiere a la polémica suscitada tras la publicación de los chats internos de Podemos y las acusaciones de una presunta connivencia con Podemos, que ejerce la acusación popular en el caso. En esos mensajes, una de las abogadas de la formación morada se jactaba de tener planes de boda con el investigador como muestra de la confianza que tenían en el marco de las pesquisas, aunque luego ella en esos chats reconocía haber exagerado. “Soy una bocazas”, aclaró a sus compañeros.
La candidatura de Stampa llegaba a este Consejo entre turbulencias aunque con el aval de que la propia Inspección de la Fiscalía le hubiese archivado varios expedientes. Se consideró que no había pruebas para concluir que hubiese obrado de forma irregular. No obstante, la Fiscalía de Madrid estudia desde hace meses una querella presentada por Vox contra este fiscal al que acusa de revelación de secretos. En el marco de estas pesquisas ya han declarado varios abogados de Podemos presentes en los chats, incluido José Manuel Calvente, despedido bajo una falsa acusación de acoso sexual a una compañera.
Abandono de su asociación
Ese “ruido mediático” al que apela ahora su asociación para negarle el apoyo llegó hasta el número dos de la Fiscalía, Luis Navajas. En varias entrevistas concedidas hace semanas criticó duramente a Stampa por esas presuntas relaciones con Podemos hasta el punto de que después tuvo que pedirle perdón. “Me limité a hacerme eco de anteriores publicaciones periodísticas que ahora sé que eran rotundamente falsas”, dijo.
La presidenta de la Asociación de Fiscales, considerada conservadora en la carrera, admite que ha existido un debate interno sobre este asunto y no todos tenían la misma opinión sobre la postura a adoptar en el decisivo Consejo de este martes. También aclaran que no han votado en contra de Stampa sino a favor de otras opciones. Lo cierto es que a la hora de la verdad le han dado la espalda. “El hecho de que hubiera un ruido mediático, en parte impulsado por las partes, pensamos que podía perjudicar a la apariencia de imparcialidad y a la propia causa”, explican desde el colectivo.
El Consejo Fiscal lo integran 12 vocales, la mayoría salen de unas elecciones internas en la Fiscalía. Actualmente lo componen cuatro de la Unión Progresista de Fiscales (UPF) y cinco de la Asociación de Fiscales (AF). El resto son el propio Luis Navajas, el responsable de la Inspección que archivó los expedientes sobre Stampa y la fiscal general del Estado, Dolores Delgado.
La figura de Delgado
Dado que la propia Delgado ha salido a colación de algunas conversaciones grabadas por el propio Villarejo que obran en el sumario del caso, fuentes fiscales opinan que su postura debería haber sido la de abstención en el Consejo que pueda afectar a los fiscales que investigan al comisario. Otras fuentes recuerdan además su cercanía con el exjuez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, cuyo despacho de abogados defiende a varios de los principales acusados en el caso.
Nada de lo que se debate en el Consejo es vinculante y la exministra socialista tiene siempre la última palabra. Pero en este caso no ha tenido mayores complicaciones la decisión porque Stampa no ha recabado ningún apoyo. Fuentes presentes en el Consejo informan de que Navajas se abstuvo de la votación que afectaba a Stampa. Tampoco estuvo presente al menos en otras dos.
Distinta suerte ha corrido en cambio el otro fiscal del caso Villarejo, Miguel Serrano, también interino en comisión de servicios y también candidato a otra de las plazas fijas en liza de la Fiscalía Anticorrupción. En su caso ha recibido el apoyo de los vocales de la Unión Progresista de Fiscales a la que perteneció en el pasado y Delgado ha dado luz verde a este nombramiento. Stampa volverá en unas semanas al puesto que por destino le corresponde en la Fiscalía de Madrid y el responsable Anticorrupción, Alejandro Luzón, tendrá que decidir si le busca sustituto en la macrocausa Villarejo o deja en solitario a Serrano.
El propio Luzón dio la cara por sus fiscales durante uno de los últimos interrogatorios del caso Dina en la Audiencia Nacional: “No se desprende ninguna complacencia ni connivencia con Podemos”. La decisión de apartar a Stampa ha generado entre sorpresa y malestar en su departamento, según fuentes consultadas por este periódico. Tampoco ha dejado indiferente abogados o investigados en el caso. Lo hay que reaccionaban con satisfacción y quienes lamentaban su marcha y la necesidad de sustituirle con alguien que llegue nuevo a una causa compleja y mastodóntica.
Y mientras todas las miradas se fijaban en el futuro del caso Villarejo, en el Consejo se libraba otro frente en el que se escenificaban viejas rencillas. Delgado rechazó promocionar a los fiscales del procés para la plaza de fiscal de Sala jefe de sección Penal en el Tribunal Supremo. Se habían presentado Javier Zaragoza, Consuelo Madrigal y Jaime Moreno.
Los fiscales del 'procés'
Zaragoza fue jefe de Delgado en la Fiscalía de la Audiencia Nacional y ambos mantuvieron fuertes enfrentamientos por diferencias de criterio. Consuelo Madrigal se encuentra señalada por las presuntas presiones ejercidas sobre Navajas para que informase a favor de investigar al Gobierno en el Tribunal Supremo por la gestión de la pandemia. Los tres candidatos integraron el grupo de fiscales que defendió la rebelión en el juicio del procés en contra del criterio del Delgado que ordenó a la Abogacía del Estado que apostase por la sedición cuando llegó al Ministerio.
Optaban a la plaza que dejó vacante tras su jubilación Antolín Herrero. Todas las previsiones apuntaban a que iría a parar a Javier Zaragoza por su antigüedad y experiencia al frente de departamentos tan destacados como las fiscalías de la Audiencia Nacional y Antidroga. De hecho, Zaragoza ha obtenido el aval para el cargo de los cinco vocales de la mayoritaria Asociación de Fiscales (AF), a la que curiosamente no pertenece, mientras que su asociación, la Unión Progresista de Fiscales (UPF), ha votado a favor de Huete.
Fuentes fiscales citadas por Europa Press señalan que esta maniobra parte de un interés expreso de la fiscal general por promocionar a su candidato para evitar el nombramiento del fiscal del procés a cambio de respetar los apoyos de la asociación progresista a otros candidatos. Los fiscales de Sala son considerados la élite de la carrera en la que se deciden las cuestiones más relevantes y cada voto puede ser clave.
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