El Tribunal Supremo (TS) ha ratificado una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que confirma a su vez una condena a cinco años de cárcel impuesta por la Audiencia de Sevilla a un padre de la capital andaluza, por abusar sexualmente de su propia hija cuando la misma contaba 13 años de edad, recoge Europa Press.
En una sentencia emitida el pasado 15 de septiembre y recogida por Europa Press, el Supremo aborda un recurso de casación interpuesto por un varón, contra una sentencia del TSJA que avala una resolución previa de la Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla que le condena a cinco años de cárcel por un delito continuado de abusos sexuales perpetrado sobre su propia hija menor de edad, imponiéndole además siete años de prohibición de acercarse a la víctima o comunicarse con ella.
En concreto, la Sección Séptima de la Audiencia declaró probado que desde finales del verano de 2018 a bien entrada la Navidad de ese año, el acusado, David R.R., de unos 36 años entonces y separado de la mujer con la que había tenido una niña de unos 13 años a la fecha de los hechos y un niño de ocho años entonces; "en cumplimiento del régimen de visitas" mediante el cual los niños acudían a su domicilio, "comenzó a tener una actitud de acercamiento libidinoso con la menor, entonces de 13 años de edad".
En una ocasión, encontrándose ambos en la cama, aprovechando que su hija estaba dormida, el acusado cogió una de sus manos y se la puso en su pene".
El padre abusó sexualmente de su hija de 13 años
"Con frecuencia le tocaba el culo, sobándoselo. Asimismo insistía en que su hija era la que tenía que dormir con él en la cama grande, y su hermano pequeño en otra cama, diciéndole expresiones tales como 'yo quiero una mujer como tú', pegándose mientras dormía completamente al cuerpo de su hija", indica la sentencia condenatoria de la Audiencia, exponiendo que "en una ocasión, encontrándose ambos en la cama, aprovechando que su hija estaba dormida, el acusado cogió una de sus manos y se la puso en su pene, despertándose la menor".
"En otras ocasiones, cuando ambos se encontraban sentados en el sofá, el acusado, pensando que su hija estaba dormida, le hacía cosquillas por la barriga llegando hasta el borde inferior del sujetador, y también le acariciaba sus piernas desde la parte inferior hasta llegar a posar la mano en la zona genital de la niña por encima de la ropa", agrega la sentencia condenatoria exponiendo que "otra vez, encontrándose ella también en el sofá tumbada con sus pies sobre el acusado, éste se los cogió y se los restregó por sus genitales".
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