El Tribunal Supremo (TS) termina 2022 con más del 20% de su plantilla sin cubrir. Se trata de una situación insólita que trae cuenta del bloqueo que persiste en el Poder Judicial y que afecta igualmente a nombramientos de Tribunales Superiores de Justicia y Audiencias Provinciales de toda España. Sin embargo, la situación en el alto tribunal es especialmente grave ya que el número de vacantes sin cubrir asciende a 19, contando la que va a dejar el hasta ahora presidente de la Sala de lo Contencioso, César Tolosa, tras ser elegido nuevo miembro del Tribunal Constitucional.
En la actualidad, todas las Salas del TS a excepción de la Penal tienen plazas que no se pueden renovar por la imposibilidad del actual CGPJ de efectuar nombramientos. El Supremo ya advirtió de esta situación hace poco más de un año y dijo que la no cobertura de las vacantes implicaría que se dictarán 1.000 sentencias menos al año y más retraso en los tiempos de respuesta.
14 meses después de aquella advertencia, el alto tribunal atraviesa una situación sin precedentes que se agravará todavía más en este 2023 si no se renueva el CGPJ o se devuelven las facultades de nombramiento al Consejo, que permanece en funciones desde diciembre de 2018. Se trata de escenarios que no parece que se vayan a producir a corto plazo, en tanto las negociaciones entre PP y PSOE para renovar el órgano de gobierno de jueces están ahora mismo en punto muerto.
Un TS al límite
Tampoco el Ejecutivo mueve ficha en relación a la reforma que aprobó en 2021 y que retiraba la facultad del actual CGPJ de efectuar nombramientos. A diferencia de lo que ocurre en los TSJ y en las Audiencias Provinciales (donde los magistrados ejercen en funciones), en el Tribunal Supremo las plazas no se pueden cubrir a no ser que se efectúe nombramiento, de manera que la situación actual se traduce en un deterioro nunca visto en el alto tribunal.
Especialmente afectadas están la Sala de lo Contencioso-Administrativo y la de lo Social. La primera de ellas acusa hasta la fecha 10 vacantes, cifra a la que hay que sumar la plaza que dejará el todavía presidente, César Tolosa, cuando jure su cargo como nuevo miembro del Tribunal Constitucional. Tolosa ha sido uno de los magistrados elegidos por el CGPJ junto con la también expresidenta de la Sala de lo Social, María Luisa Segoviano, para renovar el Constitucional.
Así pues, pese a tratarse de una Sala determinante (resuelve todos los recursos que llegan contra los acuerdos y disposiciones del Gobierno) en la actualidad opera con 10 plazas menos del total de 33 que la integran. La gran mayoría de salidas se producen por jubilación de sus miembros. La última, de hecho, fue la del magistrado Octavio Herrero, que se produjo este pasado mes de diciembre.
A la Sala de lo Contencioso se suma también la de lo Social. Ésta debería estar integrada por 12 magistrados más el presidente. Sin embargo, en la actualidad hay cinco vacantes, lo que supone más del 40% de su plantilla. De estas cinco, tres se produjeron por fallecimiento, una por jubilación y la última tras la salida de la magistrada Lourdes Arastey, quien en julio de 2021 fue elegida jueza del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Tribunal Militar
Las otras tres Salas del TS no están en una situación tan límite. La primera de ellas, la Civil, cuenta con una vacante tras la jubilación en octubre de 2020 del magistrado Antonio Salas Carceller. La Sala de lo Militar, que tiene un total de siete miembros y el presidente, acusa dos vacantes y, en último lugar se encuentra la Sala de lo Penal, la cual en estos momentos tiene sus 15 plazas renovadas.
A todo ello hay que añadir la coyuntura del Tribunal Militar Central. El órgano más alto de la jurisdicción militar se acaba de quedar sin ningún miembro tras la jubilación del último de los jueces que lo integraban este pasado mes de diciembre. Precisamente de la situación límite a la que se aproximaba el Tribunal Militar y de la problemática en toda la cúpula judicial se pronunció Carlos Lesmes en el acto de apertura del curso en septiembre.
"El estropicio es tan grande que no se había producido una situación semejante en la cúpula de la Justicia española en toda la historia de nuestra democracia", dijo el entonces presidente del TS y del CGPJ. Tanto es así que en ese mismo acto y en presencia del Rey Felipe VI amagó con dimitir si PP y PSOE no ponían fin al bloqueo que suma ya cuatro años.
El enésimo acercamiento que se produjo en ese momento llevó al Poder Judicial a pensar que finalmente se podría lograr fumata blanca para renovar el CGPJ, pero finalmente la negociación se fue al traste. En el propio Consejo se frenaron en seco las negociaciones para renovar el Tribunal Constitucional ante la esperanza de que se nombraran a los nuevos 20 vocales y fuera este nuevo órgano de gobierno el que, ya renovado, efectuara el trámite.
Sin embargo no fructificó y el resultado fue la salida de Lesmes tras nueve años en la presidencia y el agravamiento de la crisis tanto en el TS como en el propio Consejo General del Poder Judicial. Con todo, la imposibilidad de nombrar del actual Consejo también está pasando factura a los Tribunales Superiores de Justicia, donde hay más de 30 plazas sin cubrir, y también en las Audiencias Provinciales, donde la cifra asciende a 20. A ello se añade también una plaza pendiente de renovar en la Audiencia Nacional.
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