Parecía imposible, pero el Gobierno de Pedro Sánchez ha logrado politizar hasta los árboles de España. En concreto, los de la ciudad de Madrid, eterna aspiración de los socialistas, más si cabe cuando nos encontramos a tres meses escasos de las elecciones municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo. Como ya pasó en 2021, a las puertas de las elecciones anticipadas que convocó Isabel Díaz Ayuso, el Ejecutivo central ha puesto en marcha toda la maquinaria propagandística para movilizar a una parte de la ciudadanía en cuestiones de toda índole.
Todo esto dio comienzo el pasado sábado 18 de febrero, cuando miles de personas protestaron en el parque infantil de Madrid Río contra la tala de 1.000 árboles que servirán para ampliar la línea 11 de metro por los distritos de Arganzuela, Carabanchel y Retiro. Una demanda que se repetirá el próximo 4 de marzo, y a la que seguramente vuelvan a acudir centenares de familias, como sucedió en el primer envite.
En resumen, la faraónica obra de la ampliación de la línea sur del metro constará de dos nuevas paradas, una en el Parque de Comillas y otra cerca del Puente de Praga que cruza el río Manzanares, además de tres estaciones de enlace a otras ya existentes (Palos los de la Frontera, Estación del Arte y Conde de Casal). El montante final rondará los 500 millones de euros y tardará en llevarse a cabo unos tres años y medio.
Los árboles seleccionados desaparecerán para dejar paso a las obras de ampliación del subterráneo en la línea 11 entre Plaza Elíptica y Conde de Casal. Aunque, en un principio, no se iban a ver afectados por estas labores, finalmente se decidió que debían talarse, algo que no sentó nada bien a la Asociación Vecinal Pasillo Verde y Ecologistas en Acción, promotores en primera instancia de esta revuelta ecológica. Finalmente, la Comunidad de Madrid ha oído a los vecinos y pensará una solución alternativa para salvar el mayor número de árboles posibles.
El PSOE, contra los árboles de derechas
El equipo de Reyes Maroto, ministra de Industria y candidata a la alcaldía de Madrid por el PSOE, acudió a la protesta por la tala de estos 1.000 árboles. Especialmente efusiva en redes sociales fue Enma López, coordinadora de la campaña de Maroto y concejala del Ayuntamiento desde 2019. López alegó que "por donde pasa Almeida no crecen los árboles". Curiosa línea la de un partido que, durante el mandato de Carmena, aupó con su apoyo a la exjueza al Palacio de Correos. En 2017, a mitad de legislatura, el Ayuntamiento, taló 10.000 árboles por supuesto riesgo de caída, una decisión que no contentó a los ciudadanos.
Al apoyo de Reyes Maroto se sumó el de Teresa Ribera. La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica tuiteó el apoyo a la causa enlazando un artículo de The Guardian que se había hecho eco de la situación. No dejaría de ser una protesta política al uso por parte del Ejecutivo contra Madrid si no fuese porque choca frontalmente con una petición muy reciente que han hecho al Ayuntamiento de la capital.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, confirmó ante los medios que han recibido una solicitud por parte del gabinete de Pedro Sánchez para talar 300 árboles, los cuales servirán para ampliar las estaciones de cercanías de Atocha y Aluche. "¿Autorizamos en el Ayuntamiento la tala de 300 árboles que nos ha pedido el Gobierno del que forman parte Reyes Maroto y Teresa Ribera?", comentaba el mandatario.
"Pido que igual que la vicepresidenta en Twitter se dirigió con un tuit denunciando la tala de árboles, igual que Reyes Maroto se ha ido a manifestar, con su equipo, contra la tala de árboles, le pido que me contesten. ¿Hay árboles de izquierdas y árboles del Partido Popular? Esa es la cuestión. ¿Autorizamos o no autorizamos?", sentenció.
El Gobierno de la Comunidad de Madrid ha prometido que plantará 19.000 árboles para compensar el millar que se va a perder con las obras. Además, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha rechazado las medidas cautelares presentadas por Pasillo Verde y Ecologistas en acción. Una vez más, el PSOE ha vuelto a pecar de exceso de celo con la Comunidad de Madrid, mandando a los ciudadanos a las calles a una protesta claramente partidista mientras ellos mismos han solicitado erradicar 300 árboles del suelo madrileño.
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