Un grupo de beneficiarios de las tarjetas opacas de Caja Madrid y Bankia, entre los que se encuentran varios sindicalistas y algún político, ha solicitado a Bankia que le remita toda la información relativa a los movimientos de sus tarjetas opacas con el fin de poder justificar esos gastos y poder comenzar a preparar con sus abogados su defensa, en previsión de que tengan que responder ante la Justicia. Bankia, sin embargo, ha blindado, por el momento, esta información a los afectados, a la espera de que los servicios jurídicos de la entidad determinen si procede o no trasladar el resumen de gastos a estos beneficiarios, según confirman fuentes de la entidad.
La mayoría de estos ex directivos no cuentan con todas o algunas de las facturas con las que pretenden dar una explicación del dinero gastado con estas tarjetas. En el caso de los sindicalistas, esta petición se enmarca dentro de las investigaciones internas que están realizando tanto Comisiones Obreras como UGT. La mayoría de estos beneficiarios, con los que ha contactado Vozpópuli, aseguran no haber realizado ninguna extracción en metálico con estas tarjetas 'b'.
Todos estos usuarios de las tarjetas opacas han comenzado ya a trabajar con sus respectivos abogados en su defensa. Reiteran que no tenían conocimiento de que tanto Caja Madrid, como posteriormente Bankia, no tributara por estas tarjetas fueras del circuito de las tarjetas coorporativas legales de las que también disponían todos ellos. Uno de ellos asegura que "con estos movimientos podré demostrar que todos mis gastos están plenamente justificados. No sólo de cara a la Justicia", continúa, "sino también de cara a mi familia".
Varios sindicalistas han solicitado a Bankia estos movimientos como parte de las respectivas investigaciones internas que están llevando a cabo tanto UGT como CCOO
Algunos de estos beneficiarios sostienen que el silencio que ha impuesto Bankia ante sus peticiones es la respuesta de la entidad a la obstrucción que intentaron muchos de los titulares de estas tarjetas opacas en la investigación interna llevada a cabo por la entidad. Sin embargo, los datos recopilados por Bankia sobre los extractos de estas tarjetas, remitidos a la Fiscalía Anticorrupción en un cd, se mantienen un secreto sumario.
La obstrucción que promovieron los beneficiarios obligó a Bankia a necesitar cuatro meses para reconstruir todos y cada uno de los gastos y facturas que han remitido a la Fiscalía Anticorrupción como consecuencia del sistema opaco que diseñaron los antiguos responsables de Caja Madrid y de las trabas que han puesto quienes diseñaron y disfrutaron ese sistema.
Según refleja la investigación interna de la entidad, los obstáculos tienen su origen en el diseño que estableció el número dos de la entidad, Ildefonso Sánchez-Barcoj. Muchas de las anotaciones se hicieron a mano para evitar que pudieran ser rastreadas o detectadas por el nuevo equipo gestor encabezado por José Ignacio Goirigolzarri. Los cargos se remitían a una cuenta interna numerada 2038.0600.91.6000000XX y a la que se facturaban las tarjetas business plata y oro con límites de 25.000 y 50.000 euros para los diferentes consejeros, según consta en la documentación entregada por Bankia a la Fiscalía. "La gestión de esas tarjetas se realizaba y gestionaba de forma separada al resto de tarjetas de empresa de la Entidad", denuncia la investigación interna de Bankia ante la Fiscalía.
El segundo juego de resistencias lo han planteado los propios beneficiarios de las tarjetas que, en algunos casos, se han negado a facilitar los movimientos que hicieron con ellas o proporcionar copias de sus gastos. Pese a ello, el nuevo equipo gestor de Bankia comenzó esa investigación a iniciativa propia sin que lo requiriera la Fiscalía, después de que los correos de Blesa revelaran la existencia de lo que se definían como "tarjetas black".
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