Las tarjetas de crédito opacas que Caja Madrid otorgaba a sus directivos, llamadas "black" en la entidad, se concedieron con criterios de "sensibilidad" política: más dinero para quienes eran más afines ideológicamente o ayudaron con sus votos, según revelan los correos electrónicos que la cúpula de la caja intercambió entonces. Según detalla en 'emails' que el ex secretario del consejo de la caja, Enrique de LaTorre, envió a su sucesor, "todo lo anterior tiene la bendición presidencial y (salvo las dietas y tarjetas de [Pedro] Bedia y [Francisco] Baquero) de la comisión de retribuciones".
"Buena parte de ellos, además, son seleccionados por las diferentes sensibilidades para cubrir vocalías según el cupo, cada uno conforme al porcentaje de su representación en la asamblea general", explica en uno de estos correos Enrique de La Torre como parte de un sistema que ha cuantificado la Fiscalía Anticorrupción y que suma más de 15 millones de euros en gastos sin declarar desde al año 2003 y hasta el año 2012.
La “sensibilidad” o cercanía política se recompensó por estratos. En el primer escalafón, los directivos de Caja Madrid fueron quienes obtuvieron tarjetas con mayor límite de crédito. Así, el más beneficiado por el sistema fue Ildefonso Sánchez Barcoj, el exdirector financiero de Caja Madrid y quien estableció el sistema de pagos, que recibió la cifra récord de 484.200 euros lo que significaba una media de gasto de 60.000 euros anuales. En tercer y cuarto lugar figuran también directivos: el director de organización y sistemas de Caja Madrid, Ricardo Morado, recibió 448.300 euros mediante el pago con tarjetas de crédito y el presidente de la entidad, Miguel Blesa, gastó 436.700 a cargo de su Visa “black”. En quinto lugar, Matías Amat, director de negocio de la entidad pasó gastos a su tarjeta en negro por valor de 389.900.
El valor de los votos
El segundo escalón de “sensibilidad” recompensado fue el de quienes permitieron a Miguel Blesa acceder a la presidencia de la entidad con sus votos. Los consejeros de CC.OO. María Jesús Paredes y su marido, Francisco Baquero, sellaron un pacto con el Partido Popular para que Blesa sustituyera al anterior presidente Jaime Terceiro en 1996. En ese pacto fue también fundamental el voto de Izquierda Unida, cuyo representante, José Antonio Moral Santín, también apoyó a Blesa. Esa afinidad tuvo recompensa:
- Moral Santín es, precisamente, el segundo consejero más agasajado con las tarjetas en negro, sólo por detrás del propio director financiero de la entidad.
- Por su parte, Francisco Baquero completa el ranking de los cinco mejor tratados con una tarjeta a la que cargó 266.400 euros y un sistema de retribución a medida.
Esas retribuciones contrastan con las de otros representantes como los de UGT cuyo consejero, José Ricardo Martínez, apenas percibió 44.500 euros a través de su tarjeta o la de otros miembros de CC.OO. como Juan José Azcona Olondriz que sólo gastó 100 euros de su Visa en negro.
El tercer escalafón significativo de cobros lo marcaron quienes fueron propuestos por el Partido Popular. Entre esos nombres, destaca especialmente el de Mercedes de la Merced, quien, sin formación financiera (era licenciada en Filosofía) y de la mano de José María Aznar, pasó a cobrar un sueldo de 376.000 euros anuales y cargó gastos a su tarjeta por valor de 287.000 euros. O Ricardo Romero de Tejada, ex secretario general del PP en Madrid y ex alcalde de Majadahonda que, después de haber sido acusado de participar en el tamayazo, recibió un salario de 270.000 euros anuales y cargó a su tarjeta 212.900 euros.
Caja Madrid en 'black' | Vozpópuli
El sistema de las tarjetas
Caja Madrid otorgó diferentes tarjetas de crédito a los diferentes órganos de la caja y a sus diferentes cargos. Así, los miembros de la comisión de control, el organismo encargado de vigilar al consejo de administración, recibían dos tipos de tarjeta de crédito black (con dinero negro a efectos fiscales) con diferentes límites: 25.000 euros para los miembros de la comisión y de 50.000 euros para su presidente. También tenían derecho a tarjeta los miembros del Consejo de Administración, el máximo órgano de gobierno de la caja: los consejeros obtenían tarjetas con límites de 25.000 euros por su pertenencia a ese órgano, los vicepresidentes disponían de tarjetas con un límite de 50.000. La presencia de algunos cargos en diferentes órganos daba derecho a acumular distintas tarjetas, recuerdan fuentes de la antigua Caja Madrid.
El informe de la Fiscalía Anticorrupción detalla en qué se gastaron los gastos los directivos agraciados el dinero de sus tarjetas. Resulta especialmente llamativo que algunos de ellos cobraron en efectivo porque llegaron a retirar hasta 2 millones de euros en líquido. En total, el reparto de gastos arroja que los 86 directivos que tuvieron tarjetas “black” o en negro gastaron además:
- 700.000 euros en ropa
- 800.000 euros en hoteles
- 1.000.000 en desplazamientos y viajes
- 3.000.000 en restaurantes
La adaptación de las retribuciones y las tarjetas a las sensibilidades fue tal que tres consejeros terminaron recibiendo sistemas de pago y tarjetas a medida: Francisco Baquero y Pedro Bedía, ambos de CCOO, y Mercedes de la Merced del PP. En el extremo contrario, otros tres consejeros nunca utilizaron dicha tarjeta pese a disponer de ella: Félix Manuel Sánchez Acal, de UGT, y los directivos Iñigo María Aldaz y Esteban Tejera.
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