A los agentes del grupo de Secuestros y Extorsiones de la UCO que liberaron a un vecino de Rentería (Guipúzcoa) de una banda de delincuentes les llamó poderosamente la atención uno de los objetos incautados al grupo de captores. Aparentemente no era más que un teléfono móvil marca Iphone, pero en realidad era un arma capaz de inmovilizar a una persona con sólo apretar un botón.
Camuflada dentro de un smartphone, los secuestradores franceses pero de origen magrebí portaban una pistola tipo Táser, un recurso que no llegaron a emplear sobre el secuestrado, según informan a Vozpópuli fuentes de la investigación. Este tipo de armas han sido desaconsejadas por diferentes cuerpos policiales debido a los efectos que sus descargas eléctricas pueden producir a quienes las reciben, principalmente personas con problemas cardíacos.
Los investigadores de la Guardia Civil y la Ertzaintza que participaron en la denominada como operación Bahiketa sabían que los delincuentes a los que se enfrentaban eran peligrosos. No en vano era la segunda vez que intentaban secuestrar a la misma persona para cobrarse una vieja deuda. La ocasión anterior, en 2012, fueron arrestados por la Gendarmería francesa y tras su arresto se les incautaron varias armas largas.
Esta vez fueron arrestados por la Guardia Civil en Tarragona cuando hicieron una parada en una estación de servicio de camino a Francia con el secuestrado. Las autoridades ya les seguían los pasos por lo que aprovecharon la parada de descanso para proceder a su arresto sin que tuviesen capacidad de reaccionar o usar su novedosa arma.
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