Tras unos años de paulatina decadencia, especialmente en los delicados tiempos de la COVID-19, la tauromaquia en España vuelve a recuperar la fuerza e influencia de antaño. Y todo ello a pesar de sus detractores, que se cuentan por miles y están volviendo a reclamar a las instituciones que se acabe con la lidia en toda España.
Buena prueba de ello fue la manifestación convocada por PACMA el pasado sábado en Madrid, y que recorrió, tomando como punto de partida la plaza de toros de Las Ventas, buena parte de la capital del reino. Según las cifras compartidas por la organización animalista, el evento reunió a más de 5.000 personas clamando contra la "vergüenza nacional" que supone para ellos la tauromaquia, pidiendo a Unión Europea que "presione" al Gobierno de España para "poner fin" a esta actividad, una contra la que "hay un rechazo mayoritario".
De hecho, desde PACMA celebran como un "éxito rotundo" la manifestación cuyo lema era 'Misión Abolición'. La protesta era contra la tauromaquia en general, apuntando también a los festejos del toro embolao, los cuales tienen lugar por numerosos rincones de nuestra geografía.
El presidente de PACMA, Javier Luna, expuso ante los medios que el "principal" objetivo de la formación es la abolición de todos los festejos taurinos que se celebran en España, desde las corridas a actos populares como los 'bous a la mar', entre otros. Además, hizo especial hincapié en que "hay un rechazo mayoritario a la tauromaquia", una actividad que "no es arte ni cultura".
No deja de ser chocante que PACMA, principal partido político animalista de España, el pasado 23-J contó solo con 164.000 votos en todo el país. Por poner la cuestión en perspectiva, a lo largo de la feria de San Isidro, desfilan cerca de medio millón de personas por Las Ventas. Otra cifra, en 2022 hubo 20.561 festejos taurinos, mejor dato desde 2010.
Esta nueva ola de condena y búsqueda de ostracismo para la tauromaquia no es nueva, ya que lleva décadas bajo el radar de la opinión pública, especialmente en la era de las redes sociales, donde una minoría de personas parece poder poner en jaque y sentar cátedra sobre cualquier tema, aunque el recorrido no sea mayor que un puñado de retuits.
Para añadir más fuerza al relato de ese rechazo mayoritario, una toma aérea el pasado domingo durante la última etapa de la Vuelta Ciclista a España encendió la mecha. En ella se pudo ver la plaza de Las Ventas, medio vacía durante la faena que apenas convocó a más de 6.000 personas. Cifras de asistencia bajas, pero para nada es la realidad que se quiere hacer ver, no es ni tan siquiera una aproximación al buen momento que vive la tauromaquia en 2023.
La tauromaquia rompe récords en España
Cuando el mundo se paró en 2020 por la pandemia sanitaria de la COVID-19, el sector de la tauromaquia fue uno de los más perjudicados, como todas las actividades comerciales o espectáculo que se nutrían de reunir a un determinado número de personas al aire libre o bajo techo. Las restricciones impidieron, durante casi dos años, volver a la normalidad.
La temporada pasada supuso el regreso por la puerta grande de las corridas de toros en España. Tras la citada crisis y varios años más de desapego con la lidia, 2022 resucitó el sector taurino de arriba a abajo. Los datos publicados por la ANOET (Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos) indican que hubo récord de actividad, mejorando un 14% los dígitos obtenidos en 2019, último capítulo taurino previo al coronavirus.
En total, hubo 436 corridas, 278 novilladas, 159 rejones, 202 festivales y más de 80 becerradas. Las mejores cifras desde 2012, un síntoma claro de cómo la gente se está volviendo a enganchar a las corridas de toros. 17 de las 17 Comunidades Autónomas, además de Ceuta y Melilla, aumentaron los festejos programados.
Hay muchos factores, entre ellos un plantel de toreros de primer nivel que están viviendo el mejor momento de sus vidas profesionales. También ayudó la falta de corridas en 2020 y 2021 por la pandemia, que generó expectación en los seguidores.
Hombres como Roca Rey, Emilio de Justo, Morante de la Puebla, 'El Juli' (pese a su anuncio de retirada a final de año), Daniel Luque, Sebastián Castella, Pablo Aguado, José María Manzanares o Diego Urdiales, entre otros, son un reclamo para las plazas, que están viendo ferias con carteles de no hay billetes, tanto en cosos de primera y de segunda categoría.
Para muestra, un botón. Las Ventas, principal templo taurino de España, está viviendo un 2023 de ensueño. San Isidro sumó 482.177 espectadores durante los 23 festejos que tuvieron lugar, un éxito para la empresa Plaza 1, encargada de la gerencia. En tiempos anteriores a la pandemia, la ANOET cifró el impacto de la feria de mayo en 75 millones de euros, con lo que las ediciones de 2022 y 2023 habrán dejado lo mismo, siendo muy conservadores en las predicciones.
Tras cerrarse el plazo de abonos para la feria de Otoño en Las Ventas, Plaza 1 anunciaba que se habían alcanzado los 17.034 abonados, la mejor cifra de la última década. Un éxito sobresaliente que se une a grandes números en ferias como la de Sevilla, Pamplona, Castellón, Málaga o Bilbao. Queda por dilucidar la trascendencia de las Fiestas del Pilar en Zaragoza, última gran semana del año taurino.
En definitiva, un golpe encima de la mesa de la tauromaquia, anunciando que tienen más músculo que nunca. Si 5.000 manifestantes es un éxito para PACMA en la marcha contra una actividad que, según ellos, genera "rechazo mayoritario", que debe de ser el trajín de 22.000 personas diarias durante tres semanas disfrutando de los mejores toreros del planeta en la Monumental de las Ventas. Cuestión de perspectiva, supongo.
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