España

La tecnología llega al negocio de la marihuana: casas domotizadas con el control a distancia del cultivo

Los agentes están desbordados por la gran cantidad de operaciones que tienen en marcha y denuncian que España se ha convertido en la "industria" de esta droga en Europa

Detenida una banda con 377 kilos de hachís y 93 de marihuana que vendían entre Madrid y Toledo
Detenida una banda con 377 kilos de hachís y 93 de marihuana que vendían entre Madrid y Toledo EFE

España se ha convertido en la industria de las plantaciones de marihuana de Europa. Los agentes que tienen que investigar estos hechos se encuentran desbordados por la gran cantidad de intervenciones que permanecen abiertas, según informan fuentes policiales a Vozpópuli. Los delincuentes cada vez hacen más uso de las nuevas tecnologías y para ello cuentan con casas domotizadas con el control absoluto de lo que sucede en el interior. De forma paralela, las compañías de la luz han desarrollado en los últimos tiempos un sistema para desarticular estos cultivos.

El negocio de la marihuana en nuestro país viene por varios factores que proporcionan abundantes ingresos a los delincuentes mientras que son condenados a penas mínimas. En primer lugar, para entender este fenómeno hay que recordar que esta sustancia estupefaciente está catalogada como una "droga blanda" y sus condenas son bajas en el marco del Código Penal.

Las plantaciones se ubican en propiedades privadas para las que la Policía Nacional y la Guardia Civil tienen que solicitar una orden de entrada y registro. Una actuación que no se concede de forma 'gratuita' y lleva aparejada horas y horas de vigilancias y actuaciones para demostrar que en el interior de estas fincas o casas se está llevando a cabo un delito.

El negocio de la marihuana

Este negocio que se está multiplicando en el ámbito rural, en demarcación de la Guardia Civil, está generando una gran carga de trabajo para los agentes de unas patrullas que ya están maltrechas con falta de efectivos en los cuarteles. Los funcionarios del Instituto Armado practican durante meses diligencias que presentan en sede judicial.

Los beneficios de esta práctica delictiva son indudables y han situado a España como la industria de Europa en esta materia. Y es que el precio de esta droga se puede llegar hasta a multiplicar por tres si se vende fuera de nuestras fronteras.

Sin embargo, los empresarios de la marihuana cada vez son más 'autodidactas', aprenden de sus errores y ponen trabas a las investigaciones. "Se aprenden los atestados, saben porqué les hemos pillado, y vuelven a las andadas con los errores aprendidos", explican fuentes policiales que luchan contra estas plantaciones.

La plantación de marihuana

Por estas circunstancias, los sistemas tecnológicos de los cultivos de marihuana son más sofisticados y cuentan con más protección. Si antes los delincuentes usaban a 'agricultores' para regar las plantas ahora ya disponen de herramientas domotizadas que permiten que solo tengan que ir dos veces al lugar del delito: una para plantar y otra para cortar.

Las mediciones de la luz

Una de las formas más frecuentes de conocer que existe una plantación de marihuana es su excesivo olor. Los vecinos muchas veces son los que comunican esta circunstancia a las autoridades y después lo reflejan en las actuaciones. Sin embargo, ya se dan casos de cultivos con un filtro de última generación que anula este aroma y complica su detección.

En los últimos cinco años, los enganches ilegales han crecido en torno a un setenta por ciento. Además de peligrosos, estos fraudes a las compañías eléctricas pueden provocar sobrecarga en la red y cortes de luz en las viviendas colindantes.

Imagen de archivo de una plantación de MarihuanaGUARDIA CIVIL

Las autoridades no se quedan atrás y en la actualidad han mejorado sus 'armas' para combatir a estos delincuentes. Las compañías de la luz han mejorado su sistema de mediciones y ahora es capaz de conocer con el consumo en qué fase se encuentran las plantaciones de marihuana. Una información que es fundamental a la hora de realizar las intervenciones policiales. Todo ello por el perjuicio que ocasionan a las empresas las conexiones ilegales a la red eléctrica.

Las condenas pequeñas

Una vez que los agentes consiguen desarrollar con éxito las intervenciones el trabajo se produce de forma frenética. En el caso de la Guardia Civil, se tiene que completar la instrucción y llevar cortada la marihuana a Sanidad. En plantaciones de gran tamaño tienen la colaboración de chatarreros o en el caso de Andalucía, los miembros del Ejército.

Todo este esfuerzo que realizan los miembros de las Fuerzas de Seguridad para acabar con esta delincuencia muchas veces acaba chocando en sede judicial con unas penas ridículas que hacen incluso rentable el negocio de la marihuana. Es por ello que las asociaciones llevan desde hace tiempo reclamando un endurecimiento de las condenas.

Las últimas grandes operaciones de la Guardia Civil contra estos delitos se han producido en Almería. Una de ellas en Roquetas de Mar y la otra en el municipio de Las Tres Villas. En este punto se detuvo a un joven que tenía en su vivienda 469 plantas de marihuana. Se pudo llegar hasta él gracias al olor que detectaron los vecinos y a la conexión irregular a la red eléctrica.

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