La orden de desalojo inminente del cuartel de la Guardia Civil de Herrera de Pisuerga (Palencia) aún sigue en el candelero. Los agentes que viven en la zona y sus familias continúan pendientes de tener una solución definitiva mientras que el problema central de la infraestructura se ubica en el tejado que, al parecer, tiene riesgo de derrumbe. "Hay peligro para las personas", enfatiza un cartel que ha sido puesto en la entrada de la estancia, al que ha tenido acceso Vozpópuli.
El mensaje que ha sido ubicado en la puerta de entrada de los pabellones avisa a los agentes y sus familias. "Se prohíbe alojarse en el interior de los pabellones de este acuartelamiento por haberse decretado el desalojo, según informe realizado por la arquitecta del servicio de acuartelamientos". De igual forma incide en que el documento que la estancia no se puede habitar "debido a la situación de peligro para las personas, por las numerosas humedades, condiciones de salubridad y riesgo de desprendimiento".
La notificación fue recibida el pasado 18 de diciembre. Un día después, el teniente coronel Jefe de la Comandancia se desplazó al cuartel y ordenó de forma verbal a los agentes afectados que debían abandonar sus viviendas y buscar un lugar para dormir esa noche. Todo ello con una temperatura de dos grados y a pocos días de la llegada de la Navidad. El número de afectados son once guardias civiles y sus familias.
El Gobierno pagará las mudanzas
El subdelegado del Gobierno, Ángel Domingo Miguel Gutiérrez, ha expresado el compromiso de que la Administración se hará cargo del abono de la mudanza y del guarda muebles para las familias de guardias civiles que serán desalojados de inmediato de otros tantos pabellones del cuartel.
Una decisión que fue comunicada por la asociación profesional Justicia para la Guardia Civil (JUCIL) que se reunió con el representante del Ejecutivo central. Esta entidad aún no cuenta con el informe técnico sobre la situación exacta en la que se encuentra el inmueble. Sin embargo, han avanzado que el tejado ha sido calificado de "ruina inminente".
"Tampoco tenemos claro qué va a pasar, tras el desalojo, con las dependencias oficiales que aún están allí, como la oficina del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), las oficinas de la compañía o los vestuarios de Tráfico”, ha enumerado el secretario general de JUCIL. Se da la circunstancia de que algunas de las familias desalojadas del cuartel ya se habían gastado en algunos casos 4.000 euros para reformar la vivienda asignada.
Esta asociación ha pedido que los desalojos no sea "en precario" por lo que elevará un escrito en este sentido tanto a la Junta de Pabellones de León como a la propia Dirección General de la Guardia Civil. "De esta manera, los compañeros contarán con una seguridad de que, después de que se les adjudique un pabellón de forma temporal, no serán desplazados del mismo dentro de unos meses porque lo haya reclamado otro compañero en un traslado", explican desde JUCIL.
La Comandancia de Palencia ha ofrecido a los guardias civiles desalojados de inmediato del cuartel de Herrera de Pisuerga, pabellones disponibles en Melgar de Fernamental, Frómista, Aguilar de Campoo, Alar del Rey y en la residencia de la Comandancia de Palencia. Nueve familias ya tienen la comunicación oficial mientras dos aún seguían esperando el pasado 23 de diciembre.
Los daños del cuartel
Según informó Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), este edificio del cuartel tiene forma de "U" y presenta desperfectos en un extremo, concretamente en el tejado. "Este desperfecto lleva varios años y ha sido puesto en conocimiento de responsables del acuartelamiento, sin que se haya reparado", lamentaron.
El desalojo inesperado de los Guardias Civiles en Herrera de Pisuerga ha generado una gran preocupación, según afirma a Vozpópuli el portavoz nacional de AUGC Pedro Carmona. "A pesar de la orden de desalojo inmediato basada en un informe de riesgos estructurales, la mayoría de las viviendas no presentaban daños graves", añade.
Los guardias afectados "no entienden la urgencia del desalojo, cuando los daños están tan localizados y sus viviendas presentan las mismas condiciones de habitabilidad desde hace tantos años". "No somos arquitectos, pero no vemos un peligro inminente para nuestras vidas o las de nuestras familias, sino abandonaríamos nuestras viviendas", afirman algunos de los afectados por el desalojo de parte del cuartel.
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