España

El teléfono móvil perdido durante 20 años de Déborah Fernández no revela información

La familia de la joven viguesa Déborah Fernández ha estado esperando durante 20 años el volcado de su dispositivo móvil que no ha ofrecido pruebas

El teléfono móvil de Déborah Fernández fue hallado en las dependencias policiales 20 años después de ser entregado por su madre a los investigadores de la Policía Nacional. La familia de la joven viguesa ha esperado meses el resultado del volcado del dispositivo. Un volcado que no ha ofrecido información relevantes para la investigación que tiene como objetivo esclarecer las circunstancias de la muerte, según el oficio de los agentes al que ha tenido acceso Vozpópuli.

El examen del teléfono móvil fue remitido a las diferentes partes el 15 de enero de 2024 pero el oficio está firmado el 5 de septiembre de 2023. Una demora que ha generado malestar entre los familiares de Déborah Fernández. El dispositivo móvil es un Nokia modelo 3310 que fue analizado por el Área de Telecomunicaciones de la Policía Nacional.

El análisis del Nokia 3310

En el oficio se resalta que el Nokia se encuentra sin la tarjeta SIM, necesaria para un arranque del dispositivo, además, "en este tipo de terminales es donde se guarda la mayor parte de la información". "Con las herramientas forenses disponibles en este laboratorio se consigue acceder al dispositivo, no mostrando ninguna información relativa a los contactos, llamadas o SMS", según los especialistas.

"En las fotografías inferiores se muestra la pantalla del dispositivo, donde también se aprecia la carencia de contenido en la memoria del terminal", finaliza el informe. Un oficio que apenas consta de cuatro páginas con cuatro fotografías del dispositivo de Déborah Fernández.

El Juzgado nº2 de Tuy ha sido el encargado de notificar el informe a las partes. La familia de la joven denuncia que es inexplicable como pudo aparecer este teléfono sin la tarjeta SIM. "Si bien era esperado este resultado", la defensa de la familia critica la demora del proceso. "Cuando además la Policía Nacional se negó a que los peritos de las partes estuvieran presentes cuando se llevara a cabo la pericia, negativa a la que accedió el Juzgado de Tuy", añaden.

Nuevas pruebas de ADN al único investigado

No obstante, en un comunicado, aseguran que se ha "notificado igualmente que se procederá a la toma de ADN del único investigado, eso sí, sin la presencia de los letrados de la familia de Déborah Fernández, resolución que ha sido ratificada por la Audiencia Provincial de  Pontevedra". "Esta prueba había sido pedida por los letrados de la acusación visto que la obtención de ADN del actual investigado efectuada en 2002 era  del todo punto irregular pues no había dato fehaciente alguno de que fuera a él a quien se había tomado ADN", critican.

Cabe recordar que los análisis recogidos en 2010 o "bien no se remitió al Instituto Nacional de Toxicología o bien el resultado de la misma no se unió a las  actuaciones, pues no constaba el resultado de dicha prueba". La familia de la joven asegura que son "conscientes de que no va a aparecer ADN de nadie que concuerde con el del semen hallado en el interior de Déborah Fernández y en un pañuelo de papel que había junto a su cuerpo".

El caso de Déborah Fernández

"A nuestro juicio y de expertos se puso ese semen para despistar, como prueba de descargo, se renunció a la prueba para que ello no fuera un motivo para prorrogar la causa. A lo que no accedió el Juzgado decretando seguir adelante con la prueba", añaden. El asesinato de Déborah Fernández-Cervera en Vigo sigue siendo un misterio dos décadas después. El caso de Déborah se remonta al 30 de abril del año 2002. Ese fue el último día que se vio a la joven de 21 años en Vigo. Salió de su casa en la zona de Alcabre para hacer ejercicio pero nunca volvió. 

La joven Deborah Fernández asesinada en Vigo hace 20 años

El 11 de mayo su cuerpo fue hallado a 40 kilómetros de donde residía en una cuneta de una carretera de O Rosal. Estaba desnudo y tapado con la vegetación. Los agentes encontraron indicios de que había sido preservado en una cámara frigorífica. El calvario de su familia en busca de justicia sigue más de 20 años después.

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