“España no se va a romper como dice el PP, pero sí podemos volverla más desigual”. Esta frase la pronunció el viernes un alto cargo del PSOE -no especialmente crítico con Pedro Sánchez- mientras rememoraba con un punto de melancolía aquellos años en que Josep Borrell triunfaba en televisión rebatiendo con vehemencia a Oriol Junqueras y al independentismo el mantra España nos roba, basado en unas balanzas fiscales España/Cataluña a todas luces trucadas.
El Alto Representante para la Política Exterior Europea, quien llegó a plasmar sus tesis en un libro con el título Las cuentas y los cuentos de la independencia, escrito en 2015 a cuatro manos con su director de gabinete y militante del PSC, Joan Llorac, hoy calla desde Bruselas para no desbaratar la investidura del candidato a la presidencia.
Como hacen, por cierto, buena parte de los barones socialistas, los cuales, a excepción del extremeño Guillermo Fernández Vara, han acogido con un más que significativo silencio el acuerdo firmado por Junqueras y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, este jueves en Barcelona; hasta el presidente asturiano, el sanchista Adrián Barbón, ha salido a exigir para su territorio el mismo trato que a Cataluña.
Ese silencio “resignado”, dicen, no significa que no teman la imagen de entreguismo a los socios independentistas que está dando el PSOE y, sobre todo, las dificultades de explicarse en el resto de España. Al margen de la tormenta generada por la Ley de Amnistía, preocupan sobremanera las cláusulas económicas rubricadas, de momento sólo con ERC, que incluyen de entrada la condonación del 20% (15.000 millones mas otros 1.300 en intereses) del total de deuda contraída por Cataluña con el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) desde hace una década y el traspaso de Rodalíes (Cercanías).
Más que esa quita del 20% de la deuda a Cataluña, la cual se hará extensiva al resto de comunidades autónomas, según se apresuró a matizar el propio Bolaños horas después de firmar el acuerdo, preocupa que en materia de inversiones el PSOE asuma “toda la paranoia del España nos roba”, reconoce un economista tradicionalmente vinculado al partido.
Y más que esa quita del 20% de la deuda a Cataluña, la cual se hará extensiva al resto de comunidades autónomas, según se apresuró a matizar el propio Bolaños horas después de firmar el acuerdo, preocupa “que el PSOE haya asumido toda la paranoia del España nos roba”, reconoce a Vozpópuli un economista tradicionalmente vinculado al partido.
A éste respecto, el acuerdo firmado por los socialistas con ERC asume el relato independentista sobre las polémicas balanzas fiscales que combatió Borrell al aceptar que una comisión bilateral certifique que las inversiones del Estado en esa comunidad se corresponden en cada uno de los cuatro ejercicios presupuestarios de la legislatura con el PIB nominal que aporta el territorio. “Catalunya -se dice en el texto- es un contribuyente neto al sistema de financiación de acuerdo con el nivel de renta de sus ciudadanos y a su vez, es necesario que reciba un nivel de financiación e inversiones suficiente”.
Y añaden los dos partidos firmantes, PSOE y ERC, una frase que está levantando ampollas en las federaciones socialistas: “Catalunya ha sufrido un problema de infraejecución de inversiones en materia de infraestructuras que ha comportado que, en términos de inversión real, se encuentre por debajo del lugar que le correspondería en relación a sus necesidades reales”.
Madrid vs Cataluña
Desde esas federaciones, y desde el entorno económico socialista rebaten la tesis de que Cataluña este hoy más perjudicada que muchas otras comunidades por fallos del sistema, y recuerdan que La Generalitat se acogió desde 2013 a los créditos del FLA -porque los mercados no compraban sus emisiones de bonos -, mientras que Madrid, con sus mismas características de población y renta media, renunció a hacerlo.
Además, Cataluña resulta contribuyente neta al IRPF porque sus ciudadanos, como los madrileños, tienen una renta media más alta que el resto de los españoles. “Las comunidades -prosigue- gastan el 50% de todo gasto público del Estado y tienen mucha inversión. A la administración del Estado le queda un 20%, sus planes de infraestructuras tienen un carácter global y por eso no debe regionalizarse. Para eso está la inversión de las autonomías, que tienen más dinero”.
“Cuando se amplió el aeropuerto del Prat, Cataluña recibió más inversión anual del Estado de la que le correspondía por su PIB… y nadie dijo Cataluña nos roba”; Ese victimismo tradicional del independentismo incorporado ahora al pacto de investidura es lo que va a hacer más difícil a los cargos territoriales socialistas defenderlo
Y concluye este economista: “Cuando se amplió el aeropuerto del Prat, Cataluña recibió más inversión anual del Estado que la que le correspondía por su PIB… y nadie dijo Cataluña nos roba”. Es ese victimismo tradicional del independentismo incorporado ahora al pacto de investidura de Pedro Sánchez lo que va a hacer más difícil a los cargos territoriales socialistas defenderlo.
En Madrid, por ejemplo, el equipo que dirige a Juan Lobato, no tiene duda de que Isabel Díaz Ayuso y el PP va a usar el acuerdo como ariete para hacer oposición a la oposición. El PSOE-M es consciente de que éste es un territorio refractario al “victimismo” independentista catalán desde siempre y el Gobierno tendrá “muy difícil” convencer de las bondades del pacto.
“Cualquier medida de condonación de un céntimo de deuda para Cataluña debe ir automáticamente acompañada de la reforma del sistema de financiación autonómica absolutamente proporcional para el resto de comunidades y, desde luego yo me voy a encargar, singularmente, de que Madrid tenga el mismo trato que Cataluña”, declaró el viernes Lobato a este periódico.
Page reclama para Castilla-La Mancha un trato mejor que a Cataluña porque está peor financiada: si se le quita un 20%, “entiendo que a la Comunidad Valenciana, Andalucía, Murcia y Castilla-La Mancha, que somos las cuatro autonomías objetivamente infrafinanciadas, tendremos que tener una quita algo mayor o al menos un trato para que sea justo”
Otro tanto ocurre con Castilla-La Mancha, donde su presidente, Emiliano García-Page, fue muy claro este viernes en su primera valoración: “No tengo la más mínima duda de que lo que se haga con la deuda será para todos” porque así lo obliga la ley.
Dicho esto, Page señaló que, lejos de lo que dicen los independentistas, “Cataluña, que lo está reclamando, está sobrefinanciada, tiene deuda y es bueno que todo el mundo plantee quitar deuda, hasta ahí vale, porque eso siempre aligera la carga de la mochila, pero la realidad es que está financiada por encima del 100%”.
Sin embargo, Castilla-La Mancha, señaló su presidente, está financiada al 94,8%, es decir, “por debajo de la media”, por lo que “si se quita un 20% al conjunto de las autonomías, entiendo que a la Comunidad Valenciana, Andalucía, Murcia y Castilla-La Mancha, que somos las cuatro autonomías objetivamente infrafinanciadas, tendremos que tener una quita algo mayor (que Cataluña) o al menos un trato para que sea justo”.
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