España

Tensión en el PSOE: la ruptura de Podemos con Sumar revienta sus opciones en Galicia

Los socialistas tantearon a los de Yolanda Díaz para concurrir juntos antes de la implosión del partido de la vicepresidenta con la esperanza de desbancar al PP. Pero la división lo imposibilita

El PSOE se ha puesto tenso. La ruptura de Podemos y Sumar supone un serio revés a sus aspiraciones electorales. Fuentes de la ejecutiva socialista reconocen que la implosión de su izquierda revienta sus opciones en Galicia. Lo cierto es que Ferraz tanteó a los de Yolanda Díaz para concurrir juntos en las elecciones gallegas antes de la implosión del partido de la vicepresidenta. En el PSOE vivían con la esperanza de desbancar al PP. Pero la división lo imposibilita casi por completo.

El partido lo va a dar todo para conquistar Galicia. El lado socialista del Gobierno se va a volcar con el candidato José Ramón Gómez Besteiro, ahora diputado por Lugo. Y Moncloa prepara ya una batería de medidas sociales que le ayuden a capear el temporal que tiene al PSOE noqueado por la amnistía. Pero el gran reto del PSOE es superarse a sí mismo, porque las mayorías absolutas del PP en Galicia han estado aupadas por un Partido Socialista desdibujado y enfrentado.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha arrancado una campaña de "pedagogía" como él mismo explica para intentar modular las críticas a la amnistía. El presidente es consciente de que no es una medida que guste fuera de Cataluña, donde se percibe como un pago al independentismo para permanecer en el poder. Pero el presidente, ante la inminencia de una adelanto electoral para este mismo mes de enero, acudirá al rescate de la federación gallega. Y es que Sánchez presidirá en La Coruña una conferencia para renovar la Ejecutiva Federal del PSOE los próximos 20 y 21 de enero.

La incógnita de la izquierda a la izquierda del PSOE

La gran incógnita es la izquierda a la izquierda del PSOE. Tanto Podemos como Sumar aseguran públicamente que darán libertad a sus ejecutivas autonómicas para decidir cómo se presentan a las elecciones. Pero todo parece indicar que irán por separado. En el PSOE llevaban tiempo "viendo venir" la jugada de Podemos, pero no se la esperaban tan pronto. Y aunque admiten que trastoca los planes, también lanzan un mensaje de serenidad, porque, piensan, los morados no supondrán un impedimento a los principales retos legislativos de la coalición.

Eso sí, fuentes gubernamentales socialistas echan la culpa de la ruptura a Sumar por no saber imponerse en la interna del partido. Sánchez conversó sobre el tema con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz nada más conocer ambos este martes por la prensa que Podemos se iba al Grupo Mixto para negociar mano a mano con el Ejecutivo. También lo hicieron el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y la secretaria general morada para sellar un pacto de no agresión.

Aunque todo parece indicar, dado el historial de Podemos, que los de Ione Belarra harán sudar tinta al Gobierno y atacarán sin piedad las normas cocinadas por los ministros de Sumar: desde Yolanda Díaz (Trabajo) hasta Sira Rego (Juventud e infancia), pasando por Mónica García (Sanidad), Ernest Urtasun (Cultura) y Pablo Bustinduy (Derechos sociales, Consumo y Agenda 2030). También las del Partido Socialista. Podemos hará todo lo posible por arrastrar a la coalición a su marco; sus medidas y sus propuestas para no perder protagonismo ante los españoles y terminar siendo un cadáver sin pulso.

Galicia, punto de partida y de fin

Lo más llamativo es que en Galicia empezó la relación política entre Pablo Iglesias y Yolanda Díaz. La historia de ambos viene de lejos. Iglesias fue asesor de Yolanda Díaz hace una década, cuando la gallega estaba en la cocina de Alternativa Galega de Esquerdas (AGE), una coalición electoral levantada tras un trato entre una facción del nacionalismo gallego e Izquierda Unida, junto a Xosé Manuel Beirás. Y las cosas salieron bien, porque se situaron como tercera fuerza por detrás de PP y PSOE. Entonces Podemos no existía. Y el liderazgo de Yolanda Díaz estaba por hacer.

El idilio entre Iglesias y Díaz se intensificó en aquellos años. La política estaba mutando y muchos miraban al equipo de Beirás como un reflejo del expresidente griego Alexis Tsipras: la Syriza gallega batallaba en el Parlamento autonómico y después, el "referente morado" inventó Podemos y la marea gallega subió tanto que inundó Madrid. La entrada de Yolanda Díaz en el Congreso en 2015, impulsada por los 408.000 votos de En Marea, la coalición que amarró con Podemos y los nacionalistas de Anova, la volvieron a poner cerca de Iglesias.

El panorama ahora es muy distinto: Sumar es frágil en Galicia y Yolanda Díaz no tiene buen recuerdo de los últimos comicios gallegos: Galicia en Común-Anova-Mareas no sacó ningún diputado. Los navajazos y las escisiones les aniquilaron. No obstante, Yolanda Díaz tiene un problema serio en las provincias de Lugo y Orense. Sumar reitera que quiere implantarse en el territorio. Aunque los resultados del 23-J deberían hacer sonar las alarmas en el cuartel general de Sumar, porque sus votos pueden perderse. De hecho, los cerca de diez mil sufragios que lograron no obtuvieron representación y restaron un diputado al Partido Socialista. Esa es la ingeniería electoral que Ferraz quiere desplegar.

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