El Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG) llamó a la calma de los vecinos después de los terremotos registrados esta última semana en Granada, con varios temblores continuados a lo largo de la pasada noche. Según los expertos, el hecho de que se produzcan pequeños terremotos evita que la energía acumulada en la falla desemboque en un terremoto mayor.
Granada se asienta sobre una zona sísmica de riesgo moderado en los límites entre la placa euroasiática y la africana, por lo que “no es inusual” que se produzcan este tipo de terremotos. De hecho, “hay registros documentales de terremotos en la zona desde la época anterior a los Reyes Católicos”, explicó el presidente del Colegio de Geólogos, Manuel Regueiro.
El último gran terremoto se produjo en 1884 en el municipio granadino de Arenas del Rey y causó daños en 106 poblaciones, 39 de las cuales fueron muy graves, quedando completamente destruidas tanto Arenas del Rey como Ventas de Zafarraya, que tuvieron que ser reconstruidas, recordó Regueiro.
“Los daños se observaron en una zona de doscientos kilómetros de longitud por ochenta de anchura, situada en las provincias de Granada y Málaga. Este devastador sismo produjo más de 1.200 víctimas mortales y unos 1.500 heridos, destruyendo totalmente unas 4.400 casas”, rememoró.
Mapas de peligrosidad sísmica
Aunque aún a día de hoy no se pueden predecir los terremotos, los geólogos “sabemos dónde se van a producir gracias los mapas de riesgo, estudios de peligrosidad y a la serie histórica”. En este sentido, el gremio quiere que se actualicen los mapas de peligrosidad sísmica con nuevos datos.
Tras el terremoto de Lorca de 2011, el Colegio de Geólogos elaboró un decálogo dirigido a los poderes públicos para minimizar los daños de los terremotos en España, donde la actualización continua de la Norma de Construcción Sismorresistente era una de las medidas principales.
La institución considera “fundamental transmitir el mensaje de que el terreno geológico tiene influencia en la gravedad de los efectos”, por lo que “el mismo terremoto en el Albaicín tiene unos efectos muy distintos de los que genera en la parte baja de Granada. Y la norma sismoresistente debe ser adecuada a esa diferenciación geológica”.
“Desde el terremoto de Lorca no se ha avanzado mucho en este aspecto”, lamentó Regueiro, que solicitó al Instituto Geológico y Minero de España (IGME) que se hagan más estudios de sismicidad y actualice los mapas de peligrosidad. “Son necesarios más fondos para mejorar la investigación geológica de los terremotos en España”, concluyó.
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