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Los dos únicos testigos protegidos de ETA, al juez: "Josu Ternera era el número uno. Mandaba en todo"

Los etarras confesos aseguran que se secuestró a Miguel Ángel Blanco por "venganza" tras la liberación de Ortega Lara. Su declaración se adhiere a cinco sumarios para actuar contra los jefes de ETA

Dignidad y Justicia agradece a dos etarras su "disposición a reducir el daño" y resolver crimen de Miguel Ángel Blanco
Unas personas muestran dos banderas en memoria de Miguel Ángel Blanco Europa Press

Los dos exmiembros de ETA a los que la Justicia ha otorgado la condición de testigos protegidos han desvelado en la Audiencia Nacional más detalles sobre cómo funcionó la organización terrorista entre las décadas de 1980 y 1990. De sus testimonios se desprende que, en la primera fase, Josu Ternera era el "número uno" y el que "mandaba todo", mientras que en la segunda etapa era la dirección de ETA (integrada por 'Iñaki de Rentería', 'Anboto' o Mikel 'Antza') la que ordenaba los asesinatos.

Estos dos testigos protegidos (identificados como 001 y 002) declararon el pasado 22 de abril ante el magistrado Manuel García Castellón. El instructor, ya jubilado, les tomó declaración en el marco de las diligencias abiertas por el asesinato de Miguel Ángel Blanco, según se desprende del acta de sus testimonios, a la que ha tenido acceso Vozpópuli.

Estos dos testigos protegidos ya declararon ante la Guardia Civil el pasado año. Ambos etarras explicaron entonces que los secuestros y asesinatos de políticos y jueces se diseñaban desde el comité ejecutivo de ETA y que, en lo que respecta al asesinato de Miguel Ángel Blanco, éste se pudo haber evitado, de haberlo querido la entonces cúpula.

"La dirección de ETA planificaba todo"

Sus revelaciones propiciaron que el magistrado García Castellón les citara en la causa abierta por el asesinato del exedil de Ermua, para ampliar sus revelaciones. En esta nueva cita judicial, avanzada por el diario El País, ambos diseccionaron el funcionamiento de ETA y señalaron a una decena de cabecillas que tienen pendiente sentarse en el banquillo por ser autores intelectuales de estos asesinatos.

Evitar sí se podía evitar, pero la dirección no quería evitarlo. El comité ejecutivo (de ETA) mandó a ejecutar a Miguel Ángel Blanco y el secuestro. Declaración del testigo protegido 002 en la Audiencia Nacional

El primero de los testigos protegidos -que estuvo integrado en ETA en la década de 1980- dijo que los comandos tenían libertad para atentar contra guardias civiles, Policía y Ejército. "Para esos tres tenían autonomía los comandos", expuso a preguntas del instructor, si bien matizó que estas acciones también habían sido supervisadas por la dirección. Para el resto, se ejecutaban las órdenes de la dirección. "Lo planificaba todo", apostilló.

"Siempre ha sido igual la estructura, han cambiado los objetivos, pero no la estructura. El Comité Ejecutivo ha trabajado siempre igual", expuso, señalando especialmente al sanguinario etarra Josu Ternera. "Era el responsable del aparato político (...). Era el número uno, el que mandaba en todo", razonó.

Las órdenes en aquella época las recibían únicamente a través de una carta introducida en el buzón y actuaban con material explosivo y metralletas. Preguntado por si se tomaba alguna represalia contra los etarras arrepentidos, el testigo protegido dijo que se les "obligaba a marchar a Venezuela o México, por no haber actuado en una acción concreta".

"El asesinato de Miguel Ángel Blanco fue por venganza"

Preguntado también por quién fijaba los objetivos, este testigo 001 respondió tajante que el comité ejecutivo. "Siempre ellos decidían contra esos objetivos", dijo en referencia a los atentados contra jueces y políticos. Más específicamente, en lo que respecta al asesinato de Gregorio Ordóñez en 1995 y de Miguel Ángel Blanco, dos años después, el exmiembro de ETA volvió a apuntar a la cúpula de la banda terrorista.

El comité ejecutivo de ETA (también conocido como 'la empresa') estaba integrado por el aparato logístico, el militar y el político. Además, había un cuarto aparato, el internacional, que lo llevaba Josu Ternera. Al respecto explicó que el asesinato de Miguel Ángel Blanco en el verano de 1997 se orquestó desde el comité ejecutivo en respuesta a la liberación del exfuncionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, quien estuvo secuestrado más de 500 días en un zulo de ETA.

María Soledad Ipagirre, 'Anboto', en la Audiencia Nacional

"Yo creo que aquello fue cuando liberaron a Ortega Lara, pues sin pensarlo por venganza tomaron esa decisión de secuestrar a Miguel Ángel Blanco. Como respuesta porque hubo euforia después de la libertad de Ortega Lara secuestraron a Miguel Ángel Blanco", razonó.

Preguntado específicamente por si se pudo haber evitado el cruel asesinato del exconcejal de Ermua la respuesta fue afirmativa, en sintonía con lo defendido por el segundo testigo protegido. Este perteneció a la banda terrorista desde 1993 a 2001. Su testimonio fue especialmente relevante porque señaló a dirigentes como Mikel Albisu más conocido como 'Mikel Antza'; María Soledad Iparraguirre, 'Anboto'; e Ignacio de Gracia Arregui, 'Iñaki de Rentería'.

"ETA era organización jerarquizada con una dirección ejecutiva. Los aparatos eran logística, aparato militar, dirección, responsable de los comandos legales e ilegales. Hay responsables de cada aparato. Las personas que formaban parte de esos aparatos eran Anboto, Txapote, Iñaki Rentería y más. Es de los que me acuerdo había alguno más", razonó.

Se adhiere a causas contra jefes de ETA

Estos testimonio se han aportado al menos a cinco sumarios más que se siguen en la Audiencia Nacional contra la cúpula de ETA. Se trata de causas -impulsadas en su mayoría por querellas interpuestas por Dignidad y Justicia- que se siguen por el asesinato de Gregorio Ordóñez (año 1995), el que fuera concejal de PP en el Ayuntamiento de Durango (Vizcaya) Jesús María Pedrosa Urquiza (año 2000) o el asesinato del que fuera fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Luis Portero.

Del mismo modo se adhiere también a los sumarios abiertos por el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Santa Pola en el año 2002 y el atentado en la T-4 de Barajas. Se trata de procedimientos que -al igual que ocurre con el de Miguel Ángel Blanco- tratan de esclarecer la autoría intelectual de los hechos.

En todos ellos se investiga la autoría intelectual de los entonces cabecillas de ETA. Precisamente en el caso del asesinato de Miguel Ángel Blanco el juez procesó a 'Mikel Antza', 'Anboto', 'Iñaki de Rentería' y a José Javier Arizcuren, 'Kantauri', por ordenar el atroz atentado que ejecutó Francisco Javier García Gaztelu, alias 'Txapote'.

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