Palizas, descargas eléctricas y sin comer. Así fue el secuestro de un argelino que pasó once días de cautiverio en dos puntos de Alicante y Murcia. Las torturas fueron grabadas y enviadas a sus familiares ya que pedían un rescate de 350.000 euros. La Guardia Civil realizó una investigación 'express' y consiguió liberar a la víctimas y detener a los cinco captores que ya se encuentran en situación de prisión provisional sin fianza, según informa este lunes el Instituto Armado.
La operación 'Sitdown' ha sido desarrollada con gran hermetismos por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Alicante, junto a la Unidad Central Operativa (UCO). Este 'silencio' era clave para mantener con vida a la víctima. Los autores del cautiverio eran delincuentes reincidentes y violentos.
Un familiar del hombre fue el que denunció su desaparición ante la Guardia Civil de Villajoyosa (Alicante) el pasado 29 de mayo. Aseguró que la víctima había sido secuestrada dos días antes y que otro familiar en Argelia había recibido la llamada telefónica de los captores en el que pedían un rescate de 350.000 euros.
Las torturas
Ante esta situación, la Guardia Civil inició de inmediato esta investigación, en la que se ha trabajado "ininterrumpidamente hasta conseguir la liberación de la víctima y la detención de los responsables", según informa el Instituto Armado sobre el secuestro.
Los investigadores corroboraron que a última hora de la tarde del pasado día 27 de mayo, la víctima abandonó su lugar de trabajo con dirección al domicilio de una conocida donde había quedado. Todo ello en el municipio de Villajoyosa, no llegándose a presentar en ese lugar.
Tras la liberación de esta persona, se ha podido conocer que en ese trayecto la víctima del secuestro fue abordado por tres personas encapuchadas. A punta de pistola lo introdujeron en un turismo, donde fue agredido con gran violencia, llegando incluso a propinarle golpes con un martillo, abandonando el lugar con gran celeridad.
El relato del secuestro
En un principio, el secuestrado fue trasladado hasta un piso situado en el casco urbano de Santa Pola, en el que permaneció dos días encerrado, bajo vigilancia permanente y atado mediante bridas. Ante las más que fundadas sospechas de un posible seguimiento policial, sus captores lo trasladaron a una casa rural ubicada en un lugar apartado del municipio de Yecla (Murcia).
En este punto fue agredido brutalmente en varias ocasiones, incluso empleando una pistola eléctrica, comúnmente conocidas como “taser”, mientras lo grababan para coaccionar a la familia a que pagara su rescate si querían que fuera liberado. Llegaron incluso a amenazarlo con matarlo en caso contrario, cosa a la que sus parientes no accedieron.
Localizado el posible lugar de cautiverio por parte de los agentes, el pasado 7 de junio, la Guardia Civil llevó a cabo la pertinente entrada y registro, localizando y liberando al secuestrado, así como deteniendo a las dos personas que lo custodiaban. De forma simultanea, fueron detenidas otras dos personas vinculadas directamente con el secuestro en Cartagena (Murcia), al igual que un quinto responsable que fue detenido el pasado martes en la localidad de Villajoyosa (Alicante).
Jóvenes españoles con antecedentes
Estas cinco personas, todos de nacionalidad española, contaban con antecedentes de robo con violencia, hurto y apropiación indebida en otros, y con edades comprendidas entre los 19 y 28 años. Tras ser puestos a disposición de los Juzgados de Yecla, Cartagena y Villajoyosa, respectivamente, se les decretó el ingreso en prisión para todos ellos como autores de un secuestro extorsivo.
Respecto a la víctima, pese a que sus captores lo mantuvieron en pésimas condiciones durante la duración del secuestro y sin apenas comer, fue liberada consciente y caminando por su propio pie, aunque presentando ciertas lesiones.
Desde la Guardia Civil se incide en la importancia de denunciar hechos como este con la mayor premura posible, presencialmente en el Cuartel más próximo, o llamando por teléfono al 062. Si un familiar ha sido secuestrado mantenga la calma, trate de tener desocupados los teléfonos en los que es probable que le contacten y prepárese para recibir la llamada de los secuestradores; no les lleve la contraria, pero tampoco acceda inmediatamente a las peticiones. Trate de trasladarles la imposibilidad de hacer inmediatamente el pago requerido y ponga en conocimiento de los agentes lo más pronto posible las instrucciones que ha recibido.
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