España

'Normalidad' en la clínica Dator durante el primer día de la reforma de la ley del aborto

A partir de este viernes, las menores de entre 16 y 18 años podrán abortar sin el consentimiento de los padres. Durante la primera jornada tras la reforma, se respira normalidad a las puertas de la clínica

Normalidad este viernes en la calle Hermano Gárate, cerca del metro Tetuán de Madrid. También en su portal número 4, donde está ubicada la sede de la clínica Dator, el centro abortista más importante de España. Para los que pasan por la zona, no hay novedad. Pero para los voluntarios de las asociaciones provida de la puerta y para los doctores que practican los abortos, este viernes es muy diferente porque es el primer día desde que se modificara la ley "de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo" en el BOE. A partir de ahora, entre otras cosas, las menores de entre 16 y 18 años podrán abortar sin el consentimiento de los padres.

Se aprecia poco movimiento por la mañana del viernes a las puertas del centro. Durante dos horas, entran cuatro chicas. "Es la normalidad", cuenta a este periódico una voluntaria de la asociación '40 días por la vida' que suele acudir a las campañas de oración por la vida que se realizan a las puertas de los centros de abortos de toda España. "Por mi experiencia, te puedo decir que la media es de unas dos chicas por hora", añade.

Aunque todo depende de la hora, explica Nayeli Rodríguez, coordinadora de la asociación en España. Según el recuento de la misma, hay horas puntas en las que ven que entran en la clínica madrileña hasta diez mujeres por hora. "Pero eso era antes de la reforma. Creemos que ahora veremos menos mujeres, porque con la modificación no será necesario ir para hacer revisiones previas al aborto. Las que entren ahora, será para abortar directamente", señala a Vozpópuli.

En la acera de enfrente de la clínica, se ven tres mujeres que rezan toda la mañana dentro de la campaña de '40 días por la vida'. "La idea es que durante 40 días haya siempre alguien a las puertas de las clínicas rezando por los bebés que van a abortar y por esas madres que van a hacerlo", explica Belén, la voluntaria que ha querido hablar con este periódico. Para ello, la asociación organizadora, que lleva el mismo nombre, organiza turnos para los 4000 voluntarios distribuidos en todas las comunidades de España, excepto en Galicia, Cantabria y La Rioja.

Los voluntarios tienen, eso sí, una orden: no pueden acercarse ni dirigirse a las mujeres que entren a la clínica, a no ser que sean ellas las que se inicien el contacto. "Funcionamos así porque nuestra intención no es violentarlas. Estamos ahí para acompañarlas si así lo desean, pero no nos acercamos para no victimizarlas ni culpabilizarlas. Como dicen nuestros carteles, estamos aquí para ayudarlas, no para juzgar", prosigue Belén. "Pero, por poca gente que entre algunos días, no deja de ser duro saber qué es lo van a hacer. Sentimos dolor, pero no lo vivimos con desesperanza", añaden tanto la voluntaria como la coordinadora.

De las cuatro mujeres que entran, dos son llamativamente jóvenes. Una de ellas, parece casi una niña. "Es una desgracia que tomen esta decisión que les va a arruinar la vida sin contar con sus padres. Con esta modificación de la ley, se desampara a la niña. Ahora no tienen ni la oportunidad de que sus padres les demuestren su apoyo", lamenta Nayeli. "Personalmente, me destruye ver que van a tomar en soledad una decisión que les va a destruir toda la vida", continúa la coordinadora de la asociación provida.

Señala que, "aunque la herida es la misma" para una mujer que aborta con 40 que para una niña de 16, se imaginan "que es más dramático hacerlo a una edad temprana, porque se tiene mayor inmadurez" y, por lo tanto, "más impulsividad". "Además, a esa edad hay muchísimos más agentes externos que te violentan e impiden que se tome la decisión con raciocinio. Qué pena que esas chicas lo pasen solas... Están convirtiendo el aborto en una decisión de impulso", añade Nayeli Rodríguez.

La nueva ley del aborto, una "malísima noticia"

Mientras que una gran mayoría de la sociedad celebra la modificación de la ley del aborto, como los trabajadores de la Dator, para los voluntarios que rezan en la puerta y los organizadores del proyecto es una "barbaridad, una desgracia y una malísima noticia". Aunque, como punto positivo sacan que es una oportunidad para que el aborto vuelva a estar en el debate público y se pueda llegar a consensos.

Tanto para Belén como para Nayeli con la reforma de Irene Montero hay que lamentarse todavía más, no solo porque puedan abortar menores de edad, sino porque están modificando el plan de estudios de los médicos, "tratando de cambiar la verdad científica", y porque han prohibido la posibilidad de ofrecer a las mujeres que acuden a alguno de los centros un sobre con información sobre lo que se va a hacer y sobre posibilidades alternativas al aborto.

También porque ya en la primera consulta se puede abortar, sin necesidad de realizar una revisión previa del bebé y sin que tengan que pasar los tres días de reflexión desde que se acude al centro hasta que se realiza la interrupción. "Realmente, la ley del aborto y su nueva modificación son una desgracia..." sentencian ambas.

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