La embarcación Guardamar Calíope de Salvamento Marítimo ha remolcado este 25 de diciembre un cayuco localizado a unos 18 kilómetros del puerto de Arguineguín (Gran Canaria), a cuyos ocupantes no ha podido rescatar debido a que las condiciones del mar han desaconsejado el transbordo en esta jornada de Navidad en la que Salvamento Marítimo ha asistido a otros cinco cayucos llegados a las islas con 324 inmigrantes.
En tránsito, han fallecido seis migrantes y hay 28 supervivientes varados en centros de asistencia sanitaria en la costa de Mauritania, todos de nacionalidad de Mali, cuando la embarcación en la que viajaban sufrió algún tipo de percance a la de Nouadhibou, según confirmó este 25 de diciembre una fuente oficial mauritana y la oficina maliense del primer ministro, el general de división Abdoulaye Maiga. También ha ocurrido una cosa extraña con otro: un cayuco procedente de Saint Louis se incendió en la costa mauritana. Después de varios días de búsqueda infructuosa, las familias, abrumadas por el dolor, organizaron los funerales de los desaparecidos. Oficialmente eran pescadores, según el parte informativo del mediodía de este 25 de diciembre la radio RFM en Saint-Louis. Extraño porque las familias sostienen que apenas eran un puñado de senegaleses lo que iban en cayuco. Otra cosa es qué hace un cayuco artesanal de pesca de Saint Louis a la altura de Nouadhibou que, en línea recta, les separa 300 kilómetros.
En el caso de los seis fallecidos rumbo a Canarias, se trata de uno de los peores naufragios de los últimos tres meses aunque fuera de jurisdicción europea. Todos los muertos y supervivientes tienen nombres de regiones malienses, dijo a Vozpópuli este Día de Navidad de 2024 un funcionario de la oficina de gestión de malienses en el extranjero. Las autoridades malienses están cotejando datos para intentar dar con el dirigente de la mafia que reclutó a los 34 inmigrantes irregulares que iban en ese cayuco.
Mauritania, que ha iniciado este diciembre la aplicación de un programa de migración legal en cooperación con España, cuya primera fase prevé la contratación de 50 trabajadores agrícolas mauritanos para trabajar en el sector agrícola peninsular, ha comenzado a movilizar su diplomacia por a presencia en su suelo de asiáticos que buscan ir a Canarias en cayucos. El ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Mauritanos Residentes en el Extranjero, Mohamed Salem Ould Merzoug, recibió el pasado martes a Muhammad Zulqar Nain, que es el embajador de la República de Bangladesh acreditado en Mauritania y residente en Argelia. En el programa de migración circular serán seleccionados entre 300 candidatos con un plazo de presentación de candidaturas hasta el 3 de enero de 2025.
La agricultura en Mauritania representa aproximadamente el 20-25% del PIB y emplea a una gran parte de la población rural, que depende de cultivos de subsistencia y ganadería. Sin embargo, solo el 0,5% del territorio es apto para la agricultura debido al clima árido y la desertificación. En el valle del río Senegal, se concentra la mayor parte de la producción agrícola, destacando el cultivo de arroz, que cubre alrededor del 80% de las necesidades del país. En 2023, la producción de arroz alcanzó unas 200.000 toneladas, pero Mauritania sigue siendo dependiente de las importaciones para cubrir la demanda. A pesar de su limitado potencial agrícola, el país recibe apoyo de organizaciones internacionales, como el Banco Mundial, que financia proyectos para mejorar la productividad y mitigación.
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