Nathalia es una joven que vive en Benetúser, a pocos kilómetros de Valencia, donde lleva tres días sin luz, agua o víveres después de que la DANA arrasase su pueblo. En conversación con este diario, afirma que ha estado "dos días sin luz, por lo que mucha comida de la nevera la he tenido que tirar", por lo que ha tenido que salir de casa para ir en busca de un supermercado en Valencia. "Nos hemos quedado sin coche y sin moto y sin nada", asegura, ya que no pudo salvar ninguno de los vehículos.
Además, el día de la riada, tuvo que recoger de urgencia a su cuñado y sus dos hijas, una de ellas nacida hace apenas diez días. "Mi cuñada tuvo que saltar un coche para entrar a mi casa estando recién parida", asegura Nathalia en conversación con este diario. "Se tuvieron que quedar en casa porque viven en un bajo. Se han quedado sin casa", señala. La fuerza del agua provocó que se quedara encerrada junto a ellos y su novio dos dias: "Tenía cinco coches estampados en mi puerta".
Apunta que los cadáveres que han sido recuperados han sido encontrados por los vecinos. Al no haberse producido un levantamiento de cadáver, estos todavía no cuentan para el listado oficial, que ya acumula 158 víctimas. "Los garajes están como piscinas y muchos vecinos se metieron para intentar salvar sus coches, seguro que ahí hay cuerpos", apunta. En uno de ellos, "que se sepa, salió vivo uno", añade.
Otro drama de los que ha vivido es el de un vecino próximo, que gritó "auxilio" cuando crecía el agua. El chico vive en un bajo, por lo que no se sabe si está vivo o no.
"Hay un hombre chino con un bazar que lleva buscando desde la riada a su niña de once años después de que se la llevara el agua", señala a este diario para añadir que todavía hay mucha gente encerrada en sus coches: "En el pueblo hay vehículos con una 'X' pintada, gente que está encerrada en sus coches pero a la que no se puede rescatar por el cúmulo de coches a su alrededor".
Nathalia ha recibido llamadas "hasta de Brasil", país donde tiene familia, ya que estuvo sin luz "hasta ayer", de modo que ha estado totalmente desconectada de su familia, toda ella en Madrid. "Hay un taller que sí tenía luz, por lo que muchísima gente fuimos a cargar los móviles".
"Ha venido gente de toda España con escobas y con palas" que están ayudando a volver, poco a poco, a la normalidad. De momento, su cuñada ya se ha ido a casa de sus suegros. "Ellos cuentan con gas, por lo que tienen agua caliente. Yo al tener todo eléctrico estoy vendida", afirma, aunque asegura que las idas y venidas de la luz parecen haberse detenido y el servicio ya es permanente. "Por mi parte he intentado ayudar todo lo qeu he podido, pero ya ni fuerza tengo después de tantos días", sentencia.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación