La casi segura designación de Enrique López como nuevo magistrado del Tribunal Constitucional supondrá el primer paso en el vuelco político en esta instancia judicial, hasta ahora con mayoría progresista. El Consejo de Ministros hará público este viernes, con toda probabilidad, los nombramientos de los sustitutos de Manuel Aragón y Pablo Pérez Tremps, que abandonan el alto tribunal al concluir su mandato. Con estas dos salidas, el color del alto Tribunal se equilibrará hacia posiciones más moderadas puesto que Enrique López circula en la órbita conservadora, según los singulares clichés con que los que se maneja el estamento jurídico español. Cabe pensar que su compañero de ingreso en el Constitucional, que también designará este viernes el Gobierno, será de similares características ideológicas.
El nombramiento de López, caso de que finalmente se concrete, como parece indicar, es un empeño del Ejecutivo del PP, que lo intentó ya en la anterior Legislatura pero recibió el veto del PSOE, muy crítico con la excelente labor desarrollada por este magistrado en su desempeño como portavoz del Consejo del Poder Judicial. Las campañas de descrédito contra López por parte de ciertos sectores jurídicos socialistas bloquearon su llegada al Constitucional, asunto que ahora va a quedar posiblemente zanjado.
La completa renovación del Constitucional quedaría así solo pendiente de que el Consejo de Poder Judicial decida también los nombres de los dos sustitutos de Pascual Sala, hasta ahora presidente del Tribunal, afecto a los progresistas, y Ramón Rodríguez Arribas, conservador. Tensiones internas en el cuerpo del Gobierno de los jueces han aplazado hasta la fecha estas designaciones.
Sobre la mesa del Consejo aparecen los nombres de Roberto Enríquez y José López García de la Serrana, ambos conservadores en tanto que por el otro sector aparecen Juan Antonio Xiol Rios y el que fuera Fiscal General del Estado, el muy polémico Cándido Conde-Pumpido. Por el lado conservador parece no haber ningún tipo de problema, puesto que Enríquez es el que cuenta con más posibilidades. Conde-Pumpido no goza del refrendo de todos sus compañeros de tendencia e incluso los esfuerzos desplegados por el presidente del Consejo, Gonzalo Moliner, para poner paz y llegar a un consenso en las filas progresistas, no han sido coronados por el éxito. Margarita Robles, exsecretaria de Estado con Juan Alberto Belloch y veterana en el órgano del Poder Judicial, es uno de los elementos más activos en contra de Pumpido.
Ley del aborto o tasas judiciales, en manos conservadoras
En cualquier caso, una vez que se produzcan estas jubilaciones y sus respectivos relevos, el Constitucional aparecerá con un nuevo color político, de mayoría conservadora, lo que influirá sin duda en la evolución de varios casos importantes que el Tribunal tiene pendientes aún de resolución. Así, por ejemplo, esta alta instancia tiene que decidir cuestiones tan cruciales como la ley de plazos del aborto, las tasas judiciales, la reforma laboral, la propia reforma del Poder Judicial, o la amnistía fiscal. Asuntos muy determinantes en la gestión del Gobierno de Mariano Rajoy. Con el vuelco en el Constitucional, las cosas resultarán mucho más sencillas para el Ejecutivo popular, que ha tenido que lidiar hasta ahora con un Constitucional absolutamente hostil a muchos de sus planteamientos, en especial caso tan sensibles como la legalización de fuerza políticas próximas a la banda terrorista ETA.
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