España

El efecto colateral del asedio a Ucrania: "El aceite de oliva se va a poner por las nubes"

La crisis en Ucrania ya está provocando los primeros desabastecimientos, como el del aceite de girasol. Este ha repercutido, a su vez en que los precios del de oliva se disparen, por el aumento de la demanda

La crisis de Ucrania está teniendo muchos efectos colaterales. La globalización de la economía y la sociedad ha hecho que ya estén teniendo lugar los primeros desabastecimientos en España, como el del aceite de girasol, ya que cerca del 60% que importa España viene de Ucrania. Como en este momento la exportación de productos está tan limitada en el país, la oferta (y los precios) se han disparado.

Y precisamente el desabastecimiento y el alza de precios en este tipo de aceite ha repercutido directamente en que el precio del de oliva se dispare. "Todavía no te sé decir cuánto van a subir los precios del aceite de oliva, hay que esperar un poco. Pero sí te puedo asegurar que escasez va a haber seguro", apuntan a Vozpópuli fuentes de una gran exportadora española de aceite de oliva.

Lo mismo ha explicado otra de las fuentes consultadas, también del sector, que asegura que "el aceite de oliva se va a poner por las nubes", aunque tampoco se atreven a hacer estimaciones de cuánto: "A día de hoy, no damos ni cotizaciones de precios a los clientes, una experiencia que no he vivido en 33 años". La valoración de los expertos es que habrá girasol para un máximo de dos meses si no cambia la situación.

"Ya veníamos de una fuerte subida de precios, pero la escasez de las importaciones del {aceite de} girasol ha hecho que aumente considerablemente la demanda del de oliva", explican. Con el aumento de la demanda, aumentan los precios. "El problema es que el consumo de aceite de girasol es altísimo en todo el mundo, y más después de lo que pasó con el aceite de palma". De hecho, España es absolutamente dependiente de Ucrania en este sentido, tanto "de pipa como de crudo".

Trasvase de ventas

Aparte de que aumenta la demanda, el gran problema es que se tiene que llevar a cabo un trasvase de ventas de aceite de girasol a otro tipo de aceites comestibles en un período de tiempo muy corto. "Eso ejerce mucha más presión en los precios de otros aceites comerciales, entre ellos, el nuestro", explican las fuentes del sector. También apuntan que los clientes suelen pedir cotizaciones para comprar y por ahora no pueden darles esa información por la "presión que hay sobre la oferta".

Explican, además, que lo normal para que se mantenga la situación es ese trasvase necesario se produzca en aceites de la parte baja de las semillas, y no a la oliva, "pero hay muchísimas multinacionales que no quieren ni ver el aceite de palma".

Crisis de precios y sequía

Las fuentes consultadas explican que la guerra Ucrania no es el único problema al que van a tener que hacer frente desde el sector del aceite de oliva. "A toda esta guerra, que ha provocado un fuerte desabastecimiento del girasol, hay que sumarle la actual crisis de precios", que afecta a toda la economía, aunque muy especialmente al sector primario. Los procesos de producción son mucho más caros, lo que hace que los precios se encuentren en una tendencia al alza.

Otro de los factores que va a provocar que los precios suban es la sequía que todavía no termina de desaparecer en España. "En el sector agrícola, y por supuesto también en el del aceite, la falta de lluvias ha provocado muchísimas pérdidas económicas".

Una espiral de subida de precios que "sin duda" va a afectar al sector entero y, por supuesto, repercutirá en el precio final de los productos y en el bolsillo de los consumidores. La subida del aceite no es la única que se va a producir en nuestro país. La guerra en Ucrania preocupa a toda la industria alimentaria en general. Como ya contamos en este periódico, al sector de la alimentación le preocupan, aparte del aceite de girasol, el maíz y el trigo. Según los datos de la Secretaría de Estado de Comercio, cerca del 30% del maíz que importa España viene de Ucrania, un porcentaje cercano al del trigo, que ronda el 20%.

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