La financiación de proyectos humanitarios dirigidos a Palestina ha sido objeto de polémica esta semana en la Unión Europea: varios países miembro han decidido cortar sus fondos tras la ofensiva de Hamás sobre Israel, aunque Bruselas -en la misma línea que España- ha decidido mantener las subvenciones. La controversia, no obstante, viene de lejos. En octubre de 2021 Israel vinculó a varias ONGs palestinas con actividades terroristas, pero la UE no encontró ninguna prueba sólida que justificase esos vínculos, tal y como consta en una resolución de octubre de 2022 a la que ha tenido acceso Vozpópuli.
La tesis que sostenía el Gobierno israelí se centraba en los supuestos vínculos de varias organizaciones humanitarias palestinas con los grupos terroristas locales. Principalmente, con el Frente Popular por la Liberación de Palestina, considerado como una organización terrorista no sólo por Israel, también por Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros.
Las acusaciones de Israel se centraban en siete colectivos, que atendían a los nombres de Al-Haq, Addameer, Bisan Center for Research & Development, Defence for Children International-Palestine, Union of Agricultural Workers Committees, Union of Palestinian Women’s Committees y Health Workers Committees. Y pedía a la comunidad internacional -incluida la Unión Europea- que dejase de financiar sus proyectos, debido a sus presuntos vínculos con el Frente Popular por la Liberación de Palestina.
El Parlamento Europeo
Bruselas recibió la solicitud israelí con cierta sorpresa, en tanto que financiaba de forma activa algunos de los proyectos de estas organizaciones que decían trabajar en favor de la población palestina que a duras penas cubría sus necesidades. Los colectivos aludidos se defendieron de las acusaciones, se desmarcaron de cualquier tipo de vinculación con ninguna organización terrorista, arremetieron contra Israel por clausurar algunas de sus oficinas y pidieron amparo a la comunidad internacional.
Esta última solicitud llegó a los oídos de Bruselas. Según ha podido comprobar este diario, varios eurodiputados registraron iniciativas en el Parlamento Europeo solicitando más información sobre la decisión que tomaría la Unión ante los planteamientos de Israel. También denunciaban la "gravedad" de los hechos y defendían la integridad de las siete organizaciones.
La respuesta que ofrecían desde Bruselas era idéntica a todas las solicitudes formuladas. Afirmaban que "la UE ha tomado nota de la inclusión" de estas organizaciones "en la lista del Ministerio de Defensa de Israel" y admitía que "algunas de las cuales llevan a cabo actividades financiadas con contribuciones de la UE o de sus Estados miembros".
Pero al mismo tiempo dejaba entrever sus dudas sobre cualquier tipo de vinculación terrorista. "La UE considera que este asunto es muy serio, lo está estudiando y se mantiene en contacto con los socios israelíes para pedir aclaraciones sobre sus acusaciones [...]. Las acusaciones anteriores de uso indebido de los fondos de la UE, que afectaban a determinados socios de organizaciones de la sociedad civil palestina, no han sido demostradas".
La Unión Europea se mostró abierta a conversar con Israel sobre este asunto, pero lo cierto es que nunca recibió ninguna prueba concluyente sobre las supuestas conexiones terroristas de las organizaciones.
Reunión UE-Israel
El 3 de octubre de 2022, la Unión Europea y la Israel Association Council celebraron su 12ª reunión bilateral, al más alto nivel diplomático, donde se fijaban las líneas maestras de las relaciones bilaterales. En dicho encuentro se habló de las acusaciones de Israel contra las siete ONGs palestinas, pero las explicaciones ofrecidas no debieron convencer a Bruselas, según se desprende del documento resumen que ha podido consultar este diario.
"La UE muestra su orgullo por su continuo apoyo a la sociedad civil que contribuye a los esfuerzos de paz y fomento de la confianza entre israelíes y palestinos", rezaba el documento. A renglón seguido manifestaba su "profunda preocupación" por las "redadas" de Israel contra las referidas organizaciones, al considerar que dicha acción suponía "una preocupante reducción del espacio para la sociedad civil en el territorio palestino ocupado".
Bruselas también exigía a Israel que se "abstuviera de cualquier acción que impida a estas organizaciones continuar con sus actividades", aunque manifestaba su intención de "actuar en consecuencia" en caso de que el Gobierno de Benjamin Netanyahu aportase "pruebas convincentes que justificasen una revisión de la política de la UE" respecto a estas organizaciones palestinas.
Esta semana, tras el ataque terrorista de Hamás sobre Israel, la polémica ha vuelto a centrarse en las subvenciones europeas a organizaciones palestinas. Austria y Alemania anunciaron su decisión de cortar cualquier tipo de ayuda; una línea que siguió la Unión Europea, aunque después se desdijo y manifestó su voluntad de seguir colaborando con estas instituciones. España, tal y como ha manifestado el ministro de Exteriores en funciones, José Manuel Albares, también mantendrá las ayudas designadas.
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