La fotografía no solo ha corrido como la pólvora en foros de la Guardia Civil, también en los del Ejército de Tierra. Porque entre los inmigrantes ataviados en Ceuta con uniformes del Instituto Armado también los hay con ropa oficial del cuerpo militar. En la imagen se ve al menos a dos de ellos con estos elementos; uno con las botas áridas y el otro con el uniforme completo de campaña, ambos del Ejército de Tierra. Según informan fuentes asociativas a Vozpópuli, ya se prepara una batería de preguntas al Ministerio de Defensa, solicitando una investigación sobre este episodio.
El escenario de la fotografía es el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta, espacio donde se ofrece una “primera acogida provisional” a los inmigrantes que llegan a España por vías irregulares mientras que se realizan los trámites de identificación y chequeo médico, antes de adoptar una decisión sobre su situación administrativa en nuestro país.
La asociación Jucil de la Guardia Civil difundió la imagen en redes sociales, en la que se ve a cinco inmigrantes en el CETI de Ceuta. Cuatro de ellos visten la parte superior de su cuerpo con prendas inequívocas del Instituto Armado: polos, gorras y sudaderas. Según afirman fuentes oficiales, los inmigrantes alegaron que localizaron esta ropa en un contenedor. La Guardia Civil ya ha abierto una investigación para determinar la trazabilidad de la ropa y, tras identificar a estas personas, procedió a retirarles la uniformidad.
Prendas del Ejército
Pero esta no es la única prenda oficial que aparece en la imagen. Una de las personas lleva las botas áridas del Ejército de Tierra. Otro está vestido con el uniforme de campaña completo, incluyendo un chaquetón tres cuartos, las botas y el chambergo. ¿De dónde apareció esta ropa? ¿Cabría la posibilidad de que apareciera en el mismo contenedor que, según fuentes oficiales, se encontraron las prendas de la Guardia Civil?
Fuentes de la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) consultadas por este diario manifiestan su intención de elevar al Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas (COPERFAS), del Ministerio de Defensa, una batería de preguntas relacionadas con este episodio. En ellas solicitarán información sobre cómo pudieron acabar estos uniformes en manos de las personas internadas en el CETI de Ceuta.
Las inquietudes se sostienen en dos premisas. La primera está relacionada con un posible incumplimiento de la ley que regula las normas de uniformidad de las Fuerzas Armadas. En ella se establece que los militares en servicio activo y en reserva con destino tienen “derecho al uso del uniforme reglamentario” y el “deber de utilizarlo durante el servicio en el desempeño de sus actividades diarias de su puesto de trabajo, así como en ejercicios y maniobras”.
La ley restringe el uso de la uniformidad oficial a los miembros de las Fuerzas Armadas, exigiéndoles que lo vista con propiedad y corrección, portando las prendas y ostentando los emblemas, divisas, distintivos y recompensas reglamentarios que cada ocasión requiera y para los que esté autorizado. También se indica que el militar sólo podrá portar prendas de uniformidad cuyas características físicas y de diseño hayan sido aprobadas por la normativa vigente.
En el caso de la polémica fotografía cabría aplicar la norma octava de esta ley, en la que se fijan los criterios particulares para el uso de las prendas militares: “El uniforme de campaña es aquel que se emplea en actividades operativas, de adiestramiento o de instrucción”.
Uniformes a Ucrania
Estos uniformes tienen unas normas muy restrictivas respecto a su uso, como quedó patente tras la donación del Ministerio de Defensa de miles de uniformes de invierno a Ucrania. En el Parque y Centro de Abastecimiento de Material de Intendencia (PCAMI) del Ejército de Tierra se activó toda la maquinaria para retirar los elementos distintivos de las prendas; particularmente, las banderas de España.
Pero desde ATME también plantea otra inquietud en su planteamiento, relacionada con las “dificultades” que encuentran los miembros del Ejército de Tierra para adquirir nuevas prendas de uniformidad. Esta gestión se formula a través de la Aplicación de Vestuario del Ejército de Tierra (AVET), destinada a la gestión del vestuario y equipamiento de los miembros.
Los militares disponen de puntos que pueden canjear por artículos para la reposición de su equipo. Las mismas fuentes asociativas destacan los problemas que encuentran algunos de los efectivos del cuerpo militar al no tener los puntos suficientes para comprar nuevas prendas, obligándoles a vestir “uniformes de otras tallas”.
Por el contrario, las botas y el uniforme de campaña que se ve en la fotografía “parecen a estrenar” o, por lo menos, sin un desgaste aparente. Por eso, desde la asociación exigirán información al Ministerio de Defensa sobre las razones por las que sus uniformes han aparecido en el CETI de Ceuta.
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