La pandemia ha propiciado que la enseñanza en línea adquiera cada vez más peso en el sistema educativo español. Todos los esfuerzos están dirigidos a sacar adelante la educación presencial, pero el avance de los contagios por coronavirus hace que la sombra de las clases a distancia planee sobre todas las etapas.
Sobre todo en las universidades. Estas han optado por un modelo bimodal: la mitad de los alumnos estarán presencialmente en clase mientras que la otra mitad seguirá la clase por videoconferencia siempre que las condiciones sanitarias lo permitan. Habrá "rotación de grupos", según explicó el presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), José Carlos Gómez Villamandos.
La intención es reducir el riego de propagación de la enfermedad y que el retorno a las aulas se produzca de forma segura. Pero la crisis sanitaria podría implicar la vuelta a las evaluaciones online que tantos quebraderos de cabeza dieron al profesorado durante el confinamiento.
Varias son las instituciones que han pillado a algunos de sus alumnos aprovechando las condiciones de la pandemia para copiar desde sus domicilios. La UNED es una de ellas. Tal y como publicó Vozpópuli, el centro ha expedientado a 31 alumnos que copiaron a través de WhatsApp durante un examen realizado el pasado mes de junio a través de la aplicación AvEx.
No es la única. En una prueba de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Sevilla todos los alumnos sacaron un diez, cuando el índice de aprobados habitual es del 60%, según informó ABC. Y en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Cantabria (UC) hubo estudiantes que hicieron trampas durante las evaluaciones por Internet.
Además, existen anuncios en conocidas plataformas como milanuncios donde algunas personas se ofrecen a hacer exámenes en tiempo real por precios desde los 20 a los 50 euros.
"¿Has pedido ayuda pero no has obtenido los resultados esperados? ¿Tienes miedo que te quieran timar? ¿Buscas gente seria? Resuelvo exámenes de calculo, cálculo numérico, análisis vectorial, ecuaciones diferenciales, álgebra lineal, geometría, estadística, química, física, termodinámica... Precios por lo general desde los 50 euros", reza una oferta.
"Profesora de Lengua y Literatura, con experiencia como correctora de Selectividad, me ofrezco a hacer exámenes por ti. Hago examen por ti. 30 euros", lanza otra anunciante.
Conscientes de la situación, los docentes procuran blindar sus pruebas con todo tipo de herramientas. "El último trimestre nos ha servido para aprender. Quien quiere copiar lo va a intentar tanto de forma presencial como a distancia y aunque pueda parecer más fácil hacerlo a distancia hay formas de detectar si un alumno no ha hecho el examen", explica Ramón Izquierdo, secretario estatal de acción sindical de ANPE.
"Las preguntas están mucho más encaminadas a razonar y a explicar procedimientos que a memorizar. El tiempo es el justo para que una persona que se lo sabe, pueda contestar. Hay quienes hacen pruebas individualizadas y otros han pedido a sus alumnos explicar por videoconferencia cómo han resuelto ciertos ejercicios", apunta Izquierdo.
Fuentes estudiantiles consultadas por este diario consideran que "el miedo de los profesores a que los alumnos copiasen" ha desembocado en una "serie de medidas bastante abusivas" para evitarlo.
"Evitar que se suplante identidad o se copie es imposible, pero no creemos que lo haya hecho más gente de la que lo intentaría de una forma normal. Los que no lo hacían, que son la gran mayoría, han pasado los exámenes de una forma mucho menos agradable", comentan.
Los exámenes del último trimestre, alegan, resultaban casi imposibles. "Ha habido tiempos de respuesta muy cortos en exámenes tipo test, exámenes en los que se exigía que se vieran en todo momento las manos, la cara y la pantalla de cada persona... La lista es larga, pero para evitar copiar en exámenes online, se impusieron una serie de métodos de difícil cumplimiento", resumen.
"Digamos que el problema no reside tanto en ese porcentaje de la gente que ha podido copiar, sino en cómo al dificultar el sistema de evaluación mucha gente lo ha pasado mal", opinan las mismas fuentes.
Para evitar plagios, el Ministerio de Universidades elaboró una guía con recomendaciones para llevar a cabo las pruebas telemáticas. Con el título Informe de iniciativas y herramientas de evaluación online universitaria en el contexto del Covid-19, el departamento dirigido por Manuel Castells estableció tres recomendaciones.
Sugiere que las pruebas sean tipo test y modificar la tipología de las preguntas. "Es recomendable evitar aquellas que puedan responderse simplemente memorizando contenidos. Aunque el contenido de la pregunta dependerá del tipo de aprendizaje que se esté abordando, se debería tender a trabajar competencias complejas que vayan más allá de la repetición de actividades realizadas en clase y que requieran un análisis o reflexión propia", apunta el documento.
Realizar exámenes con preguntas aleatorias es otro de los consejos. El cuestionario sería el mismo para todos los alumnos, pero estos responderían las cuestiones en diferente orden o bien el software selecciona las preguntas de una batería y los alumnos responden cuestiones diferentes.
"El tiempo seleccionado ha de ser suficiente para garantizar una lectura reflexiva del examen y proporcionar respuestas, pero tampoco excesivamente largo para evitar conductas no apropiadas", indica el Ministerio de Universidades.
El informe recoge varios sistemas de control para garantizar la certificación de la autoría y la vigilancia durante los exámenes. Los online proctored exams, donde a partir de la webcam del ordenador, pueden desplegar mecanismos de reconocimiento facial, de voz, estudio del movimiento de los ojos y control de la pantalla en la que se realiza el examen.
La supervisión online en vivo realizada por el docente. "En este caso, el estudiante se conecta con la persona que realice las tareas de vigilancia de forma virtual mediante webcam, se identifica mediante su tarjeta universitaria y se realiza un barrido de 360º del entorno donde se realiza el examen", explican. También los hay sin supervisión, más allá del registro en la plataforma mediante usuario y contraseña.
No obstante, el Ministerio de Universidades reconoce que "el mero reconocimiento facial no garantiza la no intervención de terceras personas y la no utilización de materiales no permitidos". "En el caso de los exámenes de tipo test o pregunta corta, no existe una tecnología que pueda garantizar completamente la autoría y evite la realización de actos fraudulentos durante la realización de las pruebas, pero existen recomendaciones y medios que permiten minimizar su impacto", incide.
El Informe sobre Procedimientos de Evaluación no Presencial. Estudio del Impacto de su Implantación en las Universidades Españolas y Recomendaciones elaborado por CRUE aclara que "no existe una solución universal para el diseño de un procedimiento de evaluación no presencial". "No se va a poder aplicar el mismo procedimiento de evaluación en todas las asignaturas. Aun así, existen soluciones globales que se pueden adoptar", garantiza.
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